Tumbar a Chávez ya no es posible; no estamos en el 2002, PDVSA anda muy adelantada en el proceso de su recuperación, la Fuerza Armada Nacional ha sido depurada, y el pueblo se está movilizando en orden de batalla.
No obstante, está en marcha una agenda criminal organizada y dirigida desde Panamá a través de México, Costa Rica, Dominicana, Honduras, Chile y Perú, fundamentalmente, para desestabilizar a Venezuela.
Es evidente que esa agenda ensaya actualmente distractivos que no por tales debemos subestimar; esfaratarlos sería como echarle sebo a perro, pero eso, desde mi punto de vista, no nos conviene. Hay que vigilarlos pelo a pelo para que no se pasen de maraca pero dejar que el pueblo los vea revolcar en su propio fango.
Uno de esos distractivos es la malhumorada rectora de la UCV, que con el motor prendido y los cuatro cauchos espichaos pretende intentar tumbar a Chávez. La referida mujer anda esgaritá con una cuerda de manganzones esmangalillaos raspando fósforos para jugar a la candelita y llamar la atención pero hay que dejarla actuar-eso sí-desnuda ante el pueblo para que su miserable conducta de malandra sea conocida.
Basta la guerrilla comunicacional para explicarle al pueblo quien es la referida mujer, que sea el propio pueblo quien la considere. Y, de paso, que ello sirva a nuestros muchachos, de entrenamiento para la batalla dura que está en puertas.
Sí
tú observas bien, por ti mismo comprobaras que la ambigua rectora
está cazada en su propia red; no es más que un pez que quiere
volar.