Chile: La Rebelión Estudiantil de los Ultra-Postergados (I Parte)

La firmeza del Movimiento Estudiantil frente a la intransigencia de un Gobierno pobremente estadista pone a relieve las falencias de un modelo que ha traído grandes satisfacciones a grandes grupos económicos y grandes dolores de cabeza para una clase que ha venido sosteniendo y avalando los dictámenes de la Clase Dominante.

Nunca antes dentro del marco actual democrático un gobierno había estado tan en aprietos como el actual gobierno de Sebastián Piñera y la Coalición por el Cambio; nunca antes, por lo menos en los últimos 20 años, habíamos tenido dentro de los autodenominados gobiernos democráticos los niveles de movilización que existen hoy.

Magallanes, Hidroaysén y las presentes movilizaciones estudiantiles han marcado significativamente la presente administración; siendo la estudiantil la movilización que más se ha extendido en este último tiempo, un volcán que ha entrado a rugir y que se niega a estar inactivo mientras no se les dé las garantías de lo que se ha pedido, principalmente relacionados con la EDUCACIÓN: fin del lucro, gratuidad en los establecimientos del CRUCH, desmunicipalización, etc.

Y si a lo anterior sumamos los actuales niveles de desaprobación, o los bajos índices de aprobación con la cual cuenta la actual administración, graficada en diversas encuestas que acostumbran a retratar el sentir actual, nos encontraremos con movilizaciones estudiantiles con alta aprobación ciudadana dentro de las mismas encuestas el cual condimenta el alto grado de participación estudiantil.

Respuestas retóricas diseñadas especialmente para el vulgo

La puesta en marcha del “comité de expertos” sobre educación, por parte del gobierno, para enfocarse en cambios estructurales respecto a la “ayuda estudiantil” (traducido a becas y créditos) es poco menos que faltarle el respeto una vez más al movimiento estudiantil, al hacer oídos sordos a las demandas estudiantiles.

Vemos entonces a un gobierno que para entregar respuestas al movimiento estudiantil, no se demoran ni un tantito en responderles con ingeniosas retóricas dirigidas especialmente al vulgo como, por ejemplo, de que la educación gratuita no es posible porque “es injusto que los pobres le paguen a los más ricos”, pero después los vemos armando un “comité de expertos” para entregar señales de que se está haciendo algo (¿aprovechándose quizá de que los máximos dirigentes habían viajado Europa en esa fecha?). ¿Por qué no han tenido el interés de armar primero un “comité de expertos” para ver si es posible o factible la educación gratuita en el país?

Que sepamos, el movimiento ha sido muy claro con el gobierno: “queremos cambios estructurales ya; no queremos que los asuntos se resuelvan tal y como se han venido resolviendo: con más becas y créditos por aquí y por allá”. Incluso hasta les han elaborado un esquema de cómo podría ser la educación gratuita: reforma tributaria; royalty; y recuperación de recursos naturales. ¿Tanto cuesta, por parte del Poder Ejecutivo, entender al movimiento estudiantil?

Sí. Son muy buenos para entregar respuestas retóricas para el vulgo con aquello de “calidad en la educación para todos y gratuidad para los que más lo necesitan” o con respecto a becas y créditos, y hasta con la calma desvergonzada de poder esperar hasta incluso tres meses más para entregar alguna conclusión; pero para entregar respuestas sobre la educación gratuita para los establecimientos del CRUCH -ni siquiera para los establecimientos privados- son sencillamente tajantes inmediatamente al solo escuchar frases tales como “fin al lucro” o “educación gratuita”. ¿Tanto les incomoda que el movimiento estudiantil les exija calidad y gratuidad para todos los hijos de este territorio llamado Chile, ya sean ricos o pobres?

Para TODO el Gobierno tiene sus respuestas: 1. Renuncia de Hinzpeter = “No politizar”; 2. Televisar reuniones estudiantes-gobierno= “Sin Condiciones”; 3. Educación Gratuita = “Los ricos no tiene por qué no pagar”.

Pero según ellos, son los estudiantes los “intransigentes”. Y cuando suceden hechos de violencia parecieran disfrutarlo, ya que siempre los vemos como impulsados a tener motivos para no querer avanzar a las demandas estudiantiles calificándolos, al conjunto estudiantil, como “inútiles subversivos”, “los ultra que se han tomado la CONFECH”, “grupos violentistas”, “saqueadores”, “encapuchados”; entregando proyectos de “urgencia” para combatir a los “saqueadores” –una forma sutil para en el fondo criminalizar las protestas, retener arbitrariamente materiales gráficos o videográficos sin ninguna orden previa, para dar cárcel a los “encapuchados” y a quienes osen tomarse por la fuerza los establecimientos educacionales, cortar las calles o carreteras, tomarse espacios o lugares públicos o privados, etc.


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Níkolas Stolpkin


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