En el marco de la graduación de la VI Promoción de Bachilleres Integrales de la Misión Ribas el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, informó (nuevamente) que Venezuela contará con 58 nuevas universidades. El mandatario nacional explicó que de ellas, 28 universidades serán construidas totalmente nuevas, de las cuales 10 ya está en marcha su edificación. Veintinueve (29) son remodelaciones de institutos y colegios universitarios convertidos en universidades politécnicas.
A diferencia de cuando anunció la construcción de los Hospitales Tipo IV, especializados en sendas áreas de la medicina, que indicó que para El Vigía fue asignado el de Gastroenterología –el cual ya ha sido iniciado en varias oportunidades; pero sin haberse logrado su conclusión–, esta vez no indicó si una de esas universidades politécnicas iría a satisfacer los anhelos tanta veces frustrados de esta población, la cual lleva años aspirando una universidad que le sea propia.
Necesario es recordar que fue El Vigía el que luchó por la creación de la Universidad del Sur del Lago; pero, cuando se obtuvo, el poder oculto de Mérida logró su traslado hacia Santa Bárbara del Zulia, por el impacto económico que aquella sufriría al mermar la matrícula estudiantil del Sector de la Panamericana. Tampoco se corrió con suerte con la proposición de que fuera la sede de la UNEFA, pues al parecer el calor de la zona no sólo sofoca las esperanzas, sino también a quienes se dirigen a ella desde otros lugares del país.
Recuerdo que, como siempre surge algún funcionario de Caracas quien alega que el problema es la falta de terrenos para la construcción de la sede –no se por qué en la ciudad de Mérida siempre aparece alguno y en El Vigía más bien se desaparecen– se obtuvo un terreno para la Universidad del Sur del Lago. De la información que carezco es si este terreno fue transferido a otro instituto, porque de lo contrario se puede empezar por presentárselo al gobierno para que construya el Instituto Politécnico Panamericano.
Ya que el gobierno central aceptó mi proposición de la ruta alterna al Puente Chama actual –partiendo de El Km 15, pasando aguas debajo de la actual y saliendo más allá de Mucujepe–, su construcción abriría espacios urbanos para edificar una sede con amplia vegetación, adecuada al clima de la zona; de no poderse recuperar el terreno mencionado más arriba.
Si se logran ambas cosas, puede construirse también el Tecnológico. La inminente calificación de internacional que debe estar pronto a recibir de nuevo el Aeropuerto Juan Pablo Pérez Alfonso abre la brillante oportunidad de crear la carrera de Ingeniería Aeronáutica, para el primero, y TSU en Mecánica de Aviación, para el segundo; entre otras muchas proposiciones que surgirán.
Para quienes aspiran candidaturas a cargos de elección popular y no se informan adecuadamente sobre la historia de El Vigía que se pretende olvidar, la lucha por una universidad propia para El Vigía lleva cuatro décadas y yacen en el olvido algunos de sus pioneros, sólo porque llevaron la “estigma de ser comunistas”. Los jóvenes que en ese entonces los apoyábamos éramos calificados de actuar con “las loqueras propias de la edad” por quienes sólo aspiraban que la población creciera para su beneficio personal.
No vengan ahora a reclamar espacios periodísticos para promocionar su candidatura demandando reivindicaciones para quienes podrían aportar votos a su favor, sin la averiguación previa de quienes y cómo han luchado antes por ellas. Aún en contra de mis colegas especializados en el área, sostuve la proposición de la vía alterna tal cual fue aprobada, puesto que salir del peaje y llegar a La Blanca crearía un caos mayor. Dejo claro que nunca he aspirado ser candidato a cargos de elección popular; no pertenezco a ninguna organización política; es sólo el amor que mi padre me inculcó por esta tierra.
Aunque el Rector de la Universidad de los Andes ya picó adelante en sus aspiraciones como gobernador, al crear la extensión de la ULA para El Vigía y anunciar que se ocupará del nuevo urbanismo que dicha población requiere, esta extensión no debe impedir la continuación de la lucha por una universidad propia y el desarrollo urbanístico deberá condicionarse a la vía alterna. La lucha por la plena operatividad del aeropuerto, debe continuar. “Por ahora”, el Rector debería darnos una muestra de sus buenas intensiones creando un equipo multidisciplinario de la ULA que presente un anteproyecto.
Léster Rodríguez tiene muy claro que, desde Florencio Porras, los gobernadores de Mérida ahora los elige la Panamericana. Por conveniencia política –es decir, si desea asegurar la Alcaldía de Alberto Adriani y la gobernación de Mérida– el gobierno debería anunciar la nueva universidad (tarea que deberían liderizar el viceministro y los diputados regionales) y, con la debida planificación y la disposición de los recursos, iniciar inmediatamente la construcción de este ente educativo y de la vía alterna; además de concluir el hospital y operar plenamente el aeropuerto.
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