¿Qué es el SERCE? Estas son las siglas del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo que realiza el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de Educación (LLECE), éste es la red de sistemas de evaluación de la calidad de la educación de América Latina y es coordinado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para la América Latina y el caribe (OERALC-UNESCO) cuyas oficinas se encuentran en Santiago de Chile. En este segundo estudio participaron 15 países de Nuestra América: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay; y el Estado de Nuevo León, México. Dados el proceso de descentralización de la educación que se dio en varios de los países de Nuestra América, el LLECE consideró la participación de regiones (estados, provincias, etc.) que quisieran someter sus sistemas educativos a una evaluación comparativa internacional. Las pruebas del SERCE evalúan en lengua, matemáticas y ciencias naturales a estudiantes de tercer y sexto grado de los países participantes. Los reportes detallados para cada una de estas áreas académicas, así como el primer informe del SERCE se encuentran disponibles gratuitamente en la página: http://portal.unesco.org/geography/es/ev.php-URL_ID=7901&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
Venezuela no participó en el SERCE. ¿Por qué? No conozco la explicación oficial. Es más no se si hay una. Lo cierto es que nuestro país si participó en el Primer Estudio Internacional Comparativo en Lenguaje, Matemática y Factores Asociados que realizó el LLECE en 1997. En este primer estudio participaron estudiantes de Tercer y Cuarto Grado de educación básica provenientes de 13 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia. Costa Rica, Cuba, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela. Los resultados nos mostraron una cara de nuestra educación que no queremos ver. Mientras Cuba ocupó el primer lugar solitario en todas las pruebas en ambos grados, lejos de un segundo grupo de países, y mucho más lejos de un tercer grupo que ocupó el último lugar, en el cual se ubicó Venezuela. El desempeño de nuestros niños y niñas de Tercer y Cuarto Grado de Educación Básica en las pruebas diseñadas por el LLECE fue lamentable. Ocupamos prácticamente el último lugar en lenguaje y matemática. Sería lamentable si las autoridades educativas decidieron que nuestro país no participara en el SERCE basado en los resultados obtenidos en el primer estudio. Sería lamentable que de antemano nos retiráramos del estudio realizado por el LLECE anticipando que ocuparíamos los últimos lugares al igual que el primer estudio. Dejar de participar en estos estudios internacionales comparativos no es la solución a nuestros problemas. Todo lo contrario, estos estudios nos darían información relevante para mejorar nuestro sistema educativo. Tenemos que reconocer que algo no anda bien en nuestro sistema educativo, que los enormes esfuerzos hechos por la Revolución Bolivariana a favor de la inclusión de todos y todas a la educación, no ha ido acompañado de los debidos controles de desempeño. Tenemos que reconocer que no es suficiente integrar cada años más personas a todos los niveles del sistema educativos, precisamente la masificación fue la política educativa predominante en la IV República. No es suficiente reportar cuántos miles de niños y niñas, jóvenes y adultos se incorporaron al sistema educativa y a las misiones educativas. Si a esos cientos de miles de incluidos no le brindamos una educación retadora, exigente, con bondad, hemos hecho muy poco.
Por otro lado, retirarnos de estos estudios comparativos estaría en la dirección contraria de nuestro empeño por la integración de Nuestra América. Si perseguimos la integración de todos los pueblos de América, tenemos que estar dispuestos a mostrar nuestros logros educativos. Pero, como señalé anteriormente, no podemos limitarnos a reportar cifras de escuelas remodeladas, de nuevos planteles construidos, de computadoras instaladas, de jóvenes y adultos alfabetizados, de muchachos y muchachas en las misiones, etc. Tenemos que estar dispuestos a mostrar cuánto se aprende en las misiones y en nuestras escuelas.
Podríamos tener objeciones al tipo de estudios internacionales como el SERCE. Si el Ministerio del Poder Popular para la Educación las tiene debería hacerlas públicas. De lo contrario pareciera que no participamos para no quedar en evidencia. No podemos renunciar a la idea de entregar cuentas en educación. De alguna manera las instituciones públicas de educación deberían reportarle a la sociedad toda cuánto están aprendiendo nuestros niños y niñas. Hay muchas maneras de medir cuánto se aprende en las escuelas. Escojamos la más adecuada y presentemos al país los resultados. Acompañado a lo anterior debería presentarse una explicación pública por parte del MPPE de por qué no participamos en el SERCE.