El guáramo que muestra nuestro Comandante Presidente Hugo Chávez Frías en todos sus asuntos, viene bien cotejarlo con el subtitulo anterior. Estamos claros, que gracias a los milmacromultiples problemas que giran alrededor de todo el entramado de responsabilidades que tiene el presidente con su pueblo, con cada gobernador, alcalde, ministro, gerente, economía, y sobre todo ese problemón de defender con uña y diente nuestra soberanía de los ataques internos y externos, no es nada comparable con los problemillas expuestos por el o la que no tiene casa, el que no tiene empleo, la que no ha recibido una prebenda, el que insulta porque no han arreglado una calle que tiene cuarenta años en el abandono y pare de contar.
Gracias a todo el destape de la olla del 26S, nuestro rumbo socialista está en la ruta de radicalizar sus proyectos. Nuestro rumbo socialista está sacando poco a poco y con pinza, cada uno de los obstáculos sobre todo a lo interno de nuestro proceso. Y ya estamos observando como, nuestro Comandante nos enseña con sus pies sobre la tierra, que la cosa no es con prisa, que la cosa es segura con el aplomo que desde hace mucho le caracteriza. ¡Que nosotros nos desesperamos cuando vemos el cinismo y la mentira de los globovicioneros, los canales de la derecha local e internacional y de la prensa de los bobolongos y los petcosasos, los martacolomisasos y etc es cierto! ¡Que nosotros nos desesperamos cuando vemos la negligencia de algunos y quizás muchos burócratas de alto cargo y menores haciendo de la suyas, es cierto! ¡Que nos desesperamos por la impunidad en muchos delitos por los vicios heredados, también es cierto! ¡Y sobre todo, es más cierto que el desespero nos carcome cuando vemos la corrupción que campea en algunos hombres y mujeres que no nos imaginábamos! Pero aporreadores, son problemillas, simples problemillas comparados con los problemas que las 24 horas del día y los trescientos sesenta y cinco días de todos los años, tiene nuestro presidente sobre sus lomos y nunca lo vemos quejándose. Antes al contrario, anima en cada intervención a sus más directos colaboradores y a su pueblo en cada oportunidad que tiene. Nuestro comandante nos enseña que todos los problemas son prioritarios, cuando en cualquier momento detiene la marcha de un discurso para abrazar a cualquiera que le presente “su” problema y buscar la forma de resolverlo. Atiende a la señora con el niño enfermo en los brazos y lo manda al médico local o a Cuba. ¿Cuántos problemas tiene nuestro presidente en sus lomos? ¡Y entonces por qué carajos nos desanimamos por los problemillas estúpidos que tenemos cada uno de nosotros!
Ahora bien, ¿hasta cuándo pretendemos que sea nuestro presidente quien enfrente hasta la falta de sal en las cocinas de cada venezolano? El problema de Globovisión ya no es problema de nuestro comandante, ya es un problema de las autoridades competentes y nosotros como pueblo perjudicado con ese canal. El problema de los sindicatos, de la salud, de las pensiones, de las carreteras, de las calles con huecos o troneras, la falta de viviendas, los problemas del Metro de Caracas o de Valencia, los problemas de los indígenas, la corrupción y la inseguridad, tiene sus más directos responsables ya delegados para resolverlos. ¿Entonces por qué carajos la pretensión de que sea el presidente que se encargue? ¡Basta ya de amontonar sobre nuestro presidente los problemillas individuales de cada uno! Y en cuanto a las fallas a lo interno del PSUV, que se pongan las pilas los responsables. A mi modo de ver, la corriente radical filas adentro es necesaria, como también es necesaria la corriente que modere la radicalización sin dar concesiones a los traicioneros y mucho menos a la derecha.
¡Patria socialista o muerte!
¡Chávez es socialismo radical!