¡Cuidando el cuchitril!

De las piltrafas más dañinas que se han enquistado en diversas instituciones del Estado, los “cuida cuchitril” son de los más terribles y difíciles de combatir; pues, se requiere de años para poder ver la miseria del cual están hechos. Son embrujadores por excelencia y suelen ser una suerte de wikipedia, cuya profundidad intelectual está limitada a la contra portada de los libros. Son unos verdugos en cualquier área y les fascina ser invitados a un sabroso y tranquilo congreso (por supuesto, con gastos pagados por el Gobierno: del cual dicen ser autocríticos y no complacientes). Esto realmente no es más que su fachada para así no asumir nunca, de forma pública, que trabajan en instituciones del Estado. Cosa que nunca harán, así anden “gotereando” alguna dádiva gubernamental. Les encanta vacilarse en fervor de la candela política, pero por televisión.

Consideran al chavismo, a la esencia de su discurso, como una suma de lugares comunes, de eslogas, de frases hechas. Eso lo dicen con los ojos encendidos por la rabia que significa, para ellos, ver los esfuerzos que se han hecho para tratar de liberar a la educación de su magnanimidad elitista. Cuando les hablan de “la masificación de la educación” se van en vómito: ellos están convencidos de que la educación es solo para unos cuantos. Sienten una profunda indignación por aquellas preclaras ideas del Comandante Supremo en las que él constantemente nos hablaba de la “Aldea Universitaria”. Eso, dicen entre sus refinadas amistades, es una falacia y hacen grandes esfuerzos para aniquilar cualquier manera a través de la cual el pueblo pueda tener estas posibilidades de manera concreta. En la boca siempre tienen ese apócrifo rosario de expresiones despectivas en contra de nuestra gente: “Los venezolanos son unos flojos”; “En Venezuela las cosas son tan particularmente extrañas”; “La cultura venezolana es tan de poca monta”; “Basta que una persona hable para saber que es venezolano”... ¡Y pare usted de contar!.

Ah, pero eso sí, cuando se cruzan con un inglés, francés o alemán, se tiran al piso, los alaban, le mueven la colita, balbucean las cuatro pendejadas que se han fusilado de google; se ofrecen como sus traductores, hablan de lo terrible que ha sido este Gobierno en materia de cultura. Y cual burgueses pseudo reformistas, hablan del “proceso”. Refritan y rerrefritan esas ¿teorías? europeas que nada tienen que ver con nosotros y, que menos aún, tienen algo que aportar a nuestras luchas. Martí, Mariátegui, El Che y hasta Ludovico jamás formarán parte de sus farfullas y menos aún de sus acciones. Los “cuida cuchitril” se hacen los locos en esas instituciones en donde las pirañas de la ultraderecha roban, estafan y desfalcan al país. Miran para otro lado y siempre buscan congraciarse con el jefe de turno. Su autocrítica vale menos que un quince y último. Eso lo hacen no solo porque son unos cobardes, sino también porque en ellos se encarna el infeliz sueño de ver derrotada a la Revolución Bolivariana. Lean esto sin poner cara de asombro: ¡SON ABSTENCIONISTAS!

Se inventan cualquier vaina para sacarle el cuerpo a los eventos electorales. Hablan de agricultura, de ambiente, de cultura de política de lo más granado que usted pueda imaginar: Eso sí, no arriesgan nada, es decir, te puedes pasar un mes buscando algún escrito que realmente ponga evidencia su compromiso con la revolución y nanai nanai... Estas falacias ambulantes también son artistas: cantan, pintan y son poetas... A ellos les debemos el sacro privilegio de esos versos que ellos y solo ellos, gracias a su extraordinaria capacidad intelectual, entienden. Son los furibundos bardos de perlitas como éstas:

La tierra. Camino.
El silencio. Llueve:
dos paraguas.
La soledad.

Y resulta que el bendito poema se llama “Naturaleza muerta”... ¡No me jodan.. ! La Poesía es el incendio sagrado que despierta la conciencia de los pueblos. No ese exquisito aluvión de estupideces ni tampoco es ese montón de artificios decorativos. Hay que salir y combatir a los “Cuida Cuchitril” esa plaga señorial, corporativa e indignante porque son fichas de la derecha, porque pretenden amputar el Ideario Bolivariano y sobre todo porque son enemigos de la Revolución. Estos adoradores del te y de Rómulo Betancourt, no pierden oportunidad para pisotear el legado del Comandante Chávez y no le cabe en la cabeza que ahora Nicolás Maduro sea nuestro Presidente. Dice la voz popular: “En cada nicho, un bicho”. ¡Y aquí son tantos...!

Peligrosas sabandijas éstas, pues saben escurrirse y meterse en lugares estratégicos para expandir el veneno de la mediocridad que los habita. Claro, eso mientras esperan cualquier cambio de rumbo (político) para irse a meter en las alcantarillas de donde salieron. Lo que no saben es que allá los esperan, puñal en mano, aquellos con quienes se congraciaron mientras trastabillaban en su lamentable vida académica. ¡Sin miedo a combatir y a poner en evidencia a esta sarta de vividores que tanto daño nos han hecho!


¡Chávez vive:
La lucha sigue y sigue!


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Isaías Cañizález Ángel

Poeta y comunicador de calle, registrado con el número 14880, del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (SIBCI). Premio Nacional de Poesía Fernando Paz Castillo (2010). Premio Municipal de Poesía (Trujillo 2003). También es autor de Ceremonia de lo adverso, Las buenas Razones, Cuaderno Palestino, La Tierra & El Fuego y de Otoño en Pekín: Crónicas de otro viaje. Es Magíster en Estudios Culturales de la U-ARCIS de Santiago de Chile.

 i.canizalez@hotmail.com

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