Nicolás, ese chamo grandote que no aprende

Eufemismo más, eufemismo menos, es lo que dijeron Roland Denis en cinco minutos de entrevista callejera (lo mejor que he escuchado en Aporrea en mucho tiempo), y Vladimir Acosta en casi una hora en su programa radial. Las intervenciones del Presidente bolivariano dan pena, y no es que uno no lo quiera apoyar, es que él no se apoya a si mismo. A ver, Presidente, qué es eso de invitar a un cantante a ir a Venezuela para mostrarle el alma buena del “pueblo venezolano”, ¿no es eso farandulizar la política de Estado?, amén de sensiblería barata de telenovela colombiana. A mí en su lugar me cuadraría más invitarla a Shakira que a Rubén. ¡Ay, Presidente, no me acuse de sexista, sería el colmo del pensamiento políticamente correcto!. Qué es eso de invitar a Obama a una discusión política de altura, ¿qué ridiculez es esa? Qué es eso de invitar a los terroristas a un diálogo para construir la paz. No joda.

Para construir la verdadera paz, llame a los familiares de decenas (…y decenas) de líderes campesinos y de culturas originarias asesinados por las bandas fascistas a las órdenes de los grandes propietarios de la tierra, desde el año 1999; para recibir de la gente que sabe del tema, cómo se puede frenar esas flagrantes violaciones a los Derechos Humanos. Usted y su Gobierno están llevando al Estado venezolano a convertirse en un Estado fallido. Que a diferencia de Honduras, República Dominicana, Colombia y México, por nombrar solo cuatro del área, tienen un hampa y una delincuencia terrorista funcionales a los intereses del establishment. No es el caso de Venezuela en la cual el hampa y los grupos desestabilizadores terroristas no son precisamente funcionales a los intereses de transformación social para una mayor justicia distributiva de la riqueza, que proclama la Revolución bolivariana.

No le da vergüenza que se publique (y que suceda, que es lo más trágico) que un monigote, Angel (Rambo-Rambito-Rambón) Vivas, salga con un fusil de asalto y desafíe a la Guardia Nacional, a la Policía, y al Ministerio Público. Eso no pasa ni en el México de Peña Nieto (que es mucho decir). Son signos de un Estado fallido, y Usted como si nada, paz y amor. Es lucha de clases Presidente, es lucha de clases; y deje el rosario y el catecismo a un lado. Qué es eso de salir cada cinco minutos a contarnos lo malucos que son los fascistas. Eso lo saben los niños del jardín de infantes. Lo que es absolutamente infantil es creer que al fascismo, al terrorismo oligárquico (que es el único terrorismo), se lo desmantela con declaración de intenciones, proclamación de deseos, con explicar las verdades ontológicas del bien con respecto al mal, con el voluntarismo de repetir “no pasarán”, “no volverán” y ganzadas por el estilo.

Un Estado que se precie como tal, tiene que ser respetado y tiene que hacerse respetar. Mande a los guarimberos a que le hagan guarimbas a Putin, a Obama, a Rajoy, a Harper, a Merkel, a Nguyen Minh Triet, a Kim Jong-un, o a Park Geun-hye. Todos Presidentes y Primeros Ministros que se proclaman cabezas de naciones y Estados democráticos. O mejor ahórrese muchos pasajes de avión y aprenda, pero aprenda en serio, cómo estos Estados democráticos tratan a los guarimberos, a los que destruyen la propiedad privada y pública, a los que asesinan, a los que incendian edificios y automóviles, a los que interrumpen la libre circulación, a los que destruyen hospitales y centros de enseñanza.

Deje de gastar saliva tratando de convencer a aquellos que nunca serán convencidos; y a los bobalicones que están en el medio, no se los convence con palabritas sino con acciones rápidas y efectivas, que traigan la estabilidad politica y social, condición sine qua non, para poder trabajar por los grandes objetivos de la Nación: su industrialización, su soberanía alimentaria, su guerra a la burocracia y a la corrupción (pero de verdad-verdad), y su desarrollo científico-técnico. Presidente, tiene poco margen de maniobra y muy poco tiempo, si no cambia radicalmente su manera de manejar el asunto. La historia nuestroamericana nos lo ha mostrado en varias oportunidades. El golpe está ahí, si sigue repitiendo el mismo modus operandi.

La voluntad revolucionaria de los pueblos también se desgasta, no libra cheques en blanco ad infinitum.


zeustheboss55@gmail.com


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Erasmo Magoulas


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