Son ya dos años sin tú presencia física, sin tus consejos, historias y anécdotas. Fuiste tanto para nosotros que 14 años que aún no terminamos de despertar de que ya no estás con nosotros aunque sí en nosotros. Cuánta agua ha pasado debajo del puente; cuántas maniobras perversas que han tratado de destruir tu Legado; cuántas veces amado Comandante te hemos llorado en silencio y hemos recordado cada enseñanza, cada sonrisa, cada lágrima tuya.
Dos años de tu partida y como robles aguantando todo de una perversa clase social política minoritaria que no puede aún con tu legado, con tu sombra con Pueblo. Dos años que nos han parecido 10 de soportar toda la furia de los que siempre buscaron tu derrota electoral, de sabotear tu gobierno y de complacerse verte muerto.
Los mismos de ayer que gritaban democracia mientras blandían sus armas contra ellos mismos y contra tu pueblo. Así amado Comandante no nos habían dejado de secar las lágrimas cuando entre copas y risas planificaban acertar el próximo golpe.
Hemos llorado, hemos soportado, hasta muchos han quedado confundidos de los por qué y las sin respuestas de todo un ataque mediático en seguir sembrando odio y desesperanza en los corazones débiles y carentes de conciencia social bolivariana.
Hoy amado Comandante a tus dos años que nos dejaste hemos asumido el reto de defender tu imagen, tu memoria y nuestro Legado ante los embates de personas inescrupulosas que nunca dejaron permear sus corazones de tu dulzura, de tu sabiduría de estar ciegos ante tu gallardía y ejemplo.
Aún resuena tu voz en millones de mujeres, hombres y niños que gritan tu nombre, entonan tus canciones y laboran como tú nos enseñaste. Tu amada patria está en constante peligro pero hoy el mundo que tú liberaste se ha unido en la defensa de tu Legado contra toda injerencia, contra toda mentira, contra todo pillaje de corazones torcidos quienes en la oscuridad planifican y diseñan estrategias macabras para confundir, desanimar y poner en contra de todo aquello que lleva tu nombre y tu huella.
Somos todos tus hijos, el verdadero Legado que dejaste los que hoy a pesar de tantas dificultades y ataque se unen como un solo cuerpo para hacer realidad cada uno de tus sueños.