Las elecciones burguesas son una manera de remozarse el sistema, en estas épocas llueven sobre los humildes, además de una fuerte dosis de manipulación, promesas, miedos, amenazas, algunas gotas de mejoría en el reparto de la renta. Funcionan bajo los vapores de la repartición, el ambiente de una competencia deportiva y un espíritu carnavalesco, donde todo es un disfraz, todos usan antifaz, nada es verdad, lo que les confiere características de un "Pan y circo" moderno.
La elecciones burguesas funcionan muy bien en casi todos los países, aquí lo hicieron en el pacto de punto fijo hasta que las contradicciones fueron tan grandes que se salieron de la arena del circo y necesitaron dilucidarse con un motín y un golpe, ya las elecciones siguientes tuvieron otra característica: el enfrentamiento del socialdemócrata pacto de punto fijo, ya derrotado en la realidad, contra su cuestionamiento que con Chávez ascendía triunfante.
A partir de allí las tensiones fueron entre la socialdemocracia y la posibilidad socialista cuyo germen venía creciendo en las entrañas de la Revolución. La socialdemocracia externa fue derrotada, identificada sin ninguna duda, no así la socialdemocracia interna que se mantuvo agazapada dentro del proceso, saboteando cuando y cuanto pudo, pero sometida por la fuerza del Comandante. Luego de la desaparición de Chávez la socialdemocracia resurge y nos regresa a la vieja contienda entre fracciones de la misma calidad. Tanto es así que el gobierno llama a un pacto para después de las elecciones, lo que devela el verdadero carácter bufo de la confrontación. El socialismo fue relegado con las consecuencias económicas, políticas y sociales que eso trajo.
Hoy la confrontación es entre fracciones de la socialdemocracia, la del gobierno y la opositora. El circo está montado pero tiene dificultades, la marca de Chávez es muy fuerte y el gobierno se consume entre su condición de capitalista y la nostalgia del pasado chavista, socialista, que le confería la fuerza. Si afirma su condición capitalista se desdice de su pasado chavista, le queda como una declaración vacía poco creíble, pierde apoyo de una masa ya incrédula. Si reafirma su condición chavista, socialista, entra en choque con su desempeño capitalista. Así golpea a mendoza pero lo llena de dólares, denigra del capitalismo pero le da participación en la planificación de la economía y en la Faja. La conciencia capitalista que el mismo gobierno estimuló en la masa dificulta el reparto: los “bachacos”, esa especie de capitalistas marginales, se interpone entre la dádiva y la masa, el subsidio no llega. Amenaza pero no cuaja, promete pruebas que nunca llegan. En esta ambigüedad, el circo no funciona.
El pan está acabado, no hay dólares, no sube el petróleo, la masa mal acostumbrada tiene expectativas no satisfechas, no fue preparada para la dificultad, se les dijo "no importa que el petróleo llegue a cero, todo seguirá igual", y eso exige.
Es así, las elecciones fallaron en distraer las contradicciones. Entonces más allá de los resultados, o mejor, a pesar de los resultados, cualquiera que estos sean, estallarán las contradicciones. Ya los gringos tienen preparada a la OEA que es la cara maluca de los países de UNASUR, para que les apruebe una invasión, un golpe. La mud no acepta los resultados, el gobierno llama a prepararse. Está claro que todo se decide después de las elecciones y el deber de los revolucionarios, de los chavistas, es hacer que el Socialismo entre en combate nuevamente.
