Falta poco para que nos apliquen el guion completo, puputovs incluidas. Ha funcionado en casi todas partes, menos aquí. Guaicaipuro y sus descendientes no nos dejamos. No es metáfora —no soy poeta—, es que es así literalmente, o sea, dicho sin maña. Solo falta la invasión —por ahora. No luce viable, pero la decisión no está en nuestras manos sino de un imperio desquiciado. Me gustan pescados fritos y rivales racionales, con quienes negociar. Tienes 20 cañones y yo uno y con él te puedo hacer mucho daño, aunque acabes conmigo.
En cambio la enemistad irracional, fanática, fundamentalista, exaltada, guarimbera te responde que no le importa el daño que pueda caerle «con tal de salir de Chávez». Para kamikazes así lo esencial no es triunfar sino causar el mayor estropicio posible, por eso la oposición venezolana pierde siempre porque sabe que, aun perdiendo, daña. Como en el paro patronal de 2002-3 o la guarimba, solo busca desfogarse y a la dirigencia le sirve para cumplirle a Washington. No les importan las victorias pírricas, en que quien gana se malogra más que quien supuestamente pierde. Hay millones de ejemplos en las guerras pero los de esta oposición son los más deslumbrantes. Si sabes de uno más vistoso escríbemelo a @rhm1947.
Ahora tenemos un majareta de ceremonia —no pasa de ahí—: Trump. Cumple con creces con las dos virtudes mínimas de la oposición: histeria y no temer el ridículo. Sin eso no podrían actuar Julio Borges, Ramos Allup, María Corona, Enrique Capriles y un largo etcétera. El más esperpéntico es la excelsa y heroica puputov, la aportación intelectual cumbre de la oposición. Uno lo cuenta en el extranjero y la primera reacción es la incredulidad. Haz la prueba. Si vas a contar ese sabio prodigio acopia pruebas para que te crean, fotos, vídeos. No acuses sin pruebas como a Lula.
La hiperinflación y el escamoteo del dinero comenzaron en la Independencia, cuando héroes de verdad como Sebastián Francisco de Miranda tuvieron que adoptar los «asignados», inspirados en los bonos aplicados durante la Revolución Francesa, con dispositivos de seguridad que son lo más parecido a la cadena de bloques de las criptomonedas. No es jactancia sino evidencia que esta revolución es más avispada que esta derecha pavosa.
