La antítesis del progreso

"si en este momento, por azar infortunado del destino, los precios del petróleo bajaran de una manera importante en el mercado mundial, Venezuela sería un caso para la Cruz Roja Internacional, aquí vendrían a repartir sopas en las esquinas". Uslar Pietri, 1991

Impresionante profecía aquella, cuya trascendencia es de tal magnitud, que retumba hoy día en nuestras mentes, cuando observamos el desolador y penumbroso panorama económico y social, que trastoca el quehacer diario del país y de los venezolanos. En efecto, la cruz roja internacional ha intervenido ante la impresionante debacle ocurrida durante la era madurista, no solo sopas han repartido, medicinas y productos de cuidado personal ha sido parte de la ayuda a los más necesitados, y se puede decir que la ayuda ha sido insuficiente para atender tanta miseria.

Estamos viviendo en tiempo presente, en primera persona y atónitos, aquel enunciado fatídico expuesto por Pietri en su octogenario análisis de sembrar el petróleo, en el que advertía los resultados inminentes de depender exclusivamente de la explotación de las minas, lo cual convertiría al pueblo venezolano en parásitos e inútiles.

Conviene subrayar que no hizo falta que las minas se agotaran o que los precios internacionales del petróleo bajaran, lo que se hizo fue autodestruir la principal fuente de ingresos del país, considerando que se hizo en el peor de los momentos, ya que jamás se tomó en cuenta la diversificación racional de la economía, no hubo estímulos en la producción agrícola y ganadera y menos incentivar la producción industrial y crecimiento de empresas privadas, no se fomentó el ahorro, al contrario de eso el Estado atrofió el sistema económico convirtiéndolo en un modelo primitivo.

Es necesario recalcar que el comienzo de todos los males inició con las expropiaciones de empresas agropecuarias y agrícolas, siderúrgicas, productoras de grasas y aceites, lácteos y azúcar, químicas, gas, bancos, hoteles, telecomunicaciones, empresas eléctricas cementeras y la tan anhelada estatal petrolera, es decir se adueñaron de la tasa de oro de Venezuela, el desmembramiento fue seguido por los controles de precio y controles de cambio, control de las tasas de interés y además de las políticas populistas de regalías nacionales e internacionales, propias del modelo socialista que pretendía ser extendido a nivel de Sudamérica y el Caribe, lo que en conjunto aceleraron el gasto del proyecto de gobierno, cuestión que trajo como consecuencia la disminución a niveles trágicos de la producción, escases y mercados negros, contrabando, cierre masivo de empresas, corrupción y aumentos astronómicos de la inflación que nos sitúa hoy en día con el índice más alto del planeta, lo que en consecuencia ha convertido al país en un caos de tal magnitud, que las sopas en las esquinas que según Uslar Pietri podían ser repartidas también escasean.

Hay que mencionar además la desatinada administración de recursos obtenidos por la vía petrolera, tomando en consideración el aumento sostenido de los precios del petróleo en la era revolucionaria, que para el año 1999 se encontró con un barril de petróleo en 16 dólares, duplicándose para el 2004 a 32 dólares por barril, hasta llegar a 88 dólares para el año 2008, dinámica de aumentos sostenida hasta los año 2011 y 2014 con picos de hasta 103 dólares, es decir se obtuvo un promedio de más de 56 mil millones de dólares anuales por 17 años, sí así como lo ve, más de 950 mil millones, casi un billón de dólares.

Se debe agregar que a pesar de semejantes ingresos por vía petrolera adicionalmente el gobierno contrajo una exorbitante deuda entre 1999 y 2011 de acuerdo a Ecoanalítica por más de 55 mil millones de dólares emitiendo bonos de la república y bonos de la petrolera estatal, sin dejar de mencionar las deudas contraídas con China y Rusia por más de 65 mil millones de dólares según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, lo que ha dejado como resultado compromisos hasta el 2027 por encima de 100 mil millones para pagos de intereses y capital, increíblemente de todo este dinero obtenido, no quedó ni para repartir sopas en la hambruna actual, dilapidaron la mayor cantidad de ingresos recibidos por algún gobierno en la historia.

En definitiva el boom petrolero solo sirvió para quintuplicar la deuda y malgastar el dinero, no se ahorró para la época de vacas flacas, mucho menos se invirtió, el gobierno ocultó la incapacidad de producir, con gasto público e importaciones, creyeron que jamás bajarían los precios del petróleo y que podían mantener el nivel excesivo de gastos que mantenían dentro del país y fuera de nuestras fronteras a través de los subsidios o ventas preferenciales de petróleo y regalías a otros países. Esto me hace recordar las palabras de Hugo Chávez en 2009 en las que refería lo siguiente: "Póngame el precio del petróleo a cero y Venezuela no entra en crisis, pónganmelo a cero. La crisis es del capitalismo, no del socialismo". Tesis que no pasó la prueba, sin necesidad de bajarle el precio del petróleo a cero.

Para concluir, es esta la antítesis del progreso y el bienestar, lo que estamos viviendo es la aplicación práctica de un modelo fallido, que ha destruido las capacidades de lo que fue un portentoso país, la experimentación no ha dejado más que destrucción y hambre. Uslar Pietri se quedó corto en su predicción, la cruz roja Internacional no está en la capacidad de atender semejante catástrofe.

 

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Jiferson Santiago

Contador Público con Maestría en Finanzas. Docente Universitario y Asesor financiero

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