Desde hace algún tiempo para acá se ha abierto el debate sobre la posibilidad real de construir el socialismo en nuestro país. Sin embargo hasta el momento se ha tenido poca consideración a uno de los elementos clave para la transformación socialista de la sociedad, este elemento es la clase trabajadora.
Otro aspecto que se debe tener en consideración es que el socialismo como modelo de organización social no se establece a través de un decreto, ni por voluntad de un gobierno, ni por cualquier otro factor que no sea la propia dinámica social de un país y del mundo, y sobre todo los niveles de concientización y capacidad de lucha de la clase trabajadora. La revolución socialista no se circunscribe a unas fronteras nacionales, una vez iniciada, su carácter es internacional y permanente.
La clase trabajadora venezolana, compuesta por el proletariado industrial, comercial y financiero; junto al campesinado y los profesionales y técnicos asalariados tanto del sector público como privado; que constituyen todos las grandes mayorías nacionales y las fuerzas productivas del país deben ser la fuerza transformadora fundamental que de paso a la nueva sociedad socialista, como uno de tantos puntos de partida de una oleada revolucionaria internacional que acabe con la dominación capitalista actual, el nuevo orden imperial y la globalización neoliberal.
Para lograr estos objetivos debe establecerse una agenda teórica y programática que nos permita avanzar a paso decidido en el cumplimiento de las tareas revolucionarias. Del mismo modo debemos proveernos de los instrumentos necesarios para lograr las metas fijadas.
La idea de formar el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) es acertada y coherente con un plan de acción revolucionaria, ahora debe definirse el mecanismo para formar una organización política de esta magnitud, considerando que ésta no puede ser creada bajo un esquema de "orden- ejecución" ni mucho menos en tiempo record sin tomar en cuenta que todo esto debe obedecer a procesos históricos y sociales en un contexto cronológico, geográfico y humano establecido.
No obstante la idea es perfectamente viable y además necesaria, el nuevo partido debe estar regido por principios de democracia interna profunda, toma de decisiones de carácter colegiado, amplitud, alternabilidad, pero al mismo tiempo mucha disciplina para evitar actitudes que puedan perjudicar el logro de los objetivos propuestos.
Otro elemento fundamental son los sindicatos, debemos avanzar hacia una nueva concepción sindical que rompa con el actual esquema patronal, partidista, oportunista y reaccionario que ha imperado hasta ahora en la mayoría de las organizaciones de los trabajadores, también hay que combatir a las aristocracias obreras que se han servido de la clase trabajadora para atender exclusivamente a intereses personales y grupales. Es importante despertar un auténtico sentido clasista, entendiendo esto como la defensa decidida de los derechos de los trabajadores, avanzando cada día hacia nuevas conquistas y reivindicaciones y al mismo tiempo servir como medio de transformación socialista de la sociedad.
Debe entenderse que sin emancipación y dignificación de la clase trabajadora no hay sociedad socialista y que para lograr el socialismo hay que pasar por la necesaria socialización de los medios de producción o por lo menos de aquellos que tengan mayor importancia para la comunidad y que sean de carácter estratégico. También debemos procurar rescatar derechos históricos logrados por las luchas sindicales del mundo que actualmente son vulnerados por la continuidad de políticas neoliberales y anti obreras en el área laboral, tanto en el sector público como en el sector privado. Los trabajadores venezolanos necesitan salarios dignos que les permitan vivir holgadamente, derecho real a la vivienda, estabilidad laboral, condiciones dignas de trabajo y muchas otras conquistas.
La emancipación de la clase obrera pasa también por la supresión del trabajo alienante para dar paso al trabajo creador y liberador, romper con las extensas y esclavizantes jornadas de trabajo para dar paso al tiempo libre y el ocio creativo que devuelva al trabajador su carácter humano y demos al traste con los actuales esquemas que envilecen al ser humano reduciéndolo a ser meras maquinas de trabajar.
La clase trabajadora venezolana no debe esperar a que se le abra "un espacio" dentro de los acontecimientos sociales y políticos por venir, ella misma con si instinto revolucionario de clase y procurando alcanzar cada día mayor conciencia de clase y mayores niveles organizativos debe asumir el rol protagónico que le corresponde en este momento histórico, ser la fuerza motriz de la revolución socialista venezolana.
Por esa razón lo primero que debe entenderse es que una auténtica revolución socialista debe ser orientada por la clase trabajadora, para la clase trabajadora y por la clase trabajadora que compone la inmensa mayoría del pueblo venezolano y ha sido históricamente explotada, siendo ésta la más interesada en la transformación del orden social hacia un modelo más justo, libertario, democrático y fraterno.