Los oportunistas no discuten

La proposición del Partido Socialista Unido de Venezuela, entre otros aciertos, ha tenido la virtud de revelar rasgos del comportamiento político oportunista. Quienes han hecho de la política un medio de vida para la acumulación de poder e influencias personales o partidistas, no han puesto en duda ni por un momento la proposición y a pies juntos manifiestan su disposición a obedecer y renunciar así a los planteamientos y estructuras organizativas que hasta hoy habían inspirado y dado sostén a su actividad política.

Ni siquiera se preocupan por hacer consideraciones hipócritas que justifiquen el desmantelamiento, argumentando, por ejemplo, la unidad de los revolucionarios, o las tareas ingentes que tiene la Revolución por delante o las exigencias derivadas de la conducción de un proceso complejo como el venezolano. Tampoco hacen ningún énfasis en la necesidad de la elaboración colectiva de los programas de transfomación que se impulsan al calor de las luchas populares. Bien lejos de sus preocupaciones la sabia advertencia de Lenin: Para unirse y antes de unirse es necesario discutir.

Lo suyo es: “¿cómo quedo yo ahí?” Y, en ese sentido, entiende que mientras menos hable –y sobre todo- mientras menos asuma una posición crítica, da mayores muestras de fidelidad y aceptación. En todo caso, interventrán para atacar a quien haga la menor objeción y lo acusarán de antiunitario, personalista, etc., cuando no sencillamente lo señalen como infiltrado o traidor a la revolución.

Pero, la verdad es que este asunto del partido unido es de gran trascendencia para asumirlo a la ligera. Es una gran oportunidad para construir el partido de la revolución venezolana y para profundizar la democracia en términos de una dirección colectiva, de elaboración de un programa político a partir de militantes revolucionarios concientes del proceso venezolano, con proposiciones e iniciativas discutivas y aprobadas mayoritariamente, con dirigentes surgidos al calor de los frentes populares de lucha, en clara sintonía con los sectores populares.

El oportunista no discute porque le da igual el destino del país y de la Revolución Bolivariana. Lo que le interesa en su propia ubicación en la estructura de poder.

rhbolivar@gmail.com


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Rafael Hernández Bolívar

Psicología Social (UCV). Bibliotecario y promotor de lectura. Periodista

 rhbolivar@gmail.com

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