La política maestra de laa Unión de Socialistas de Venezuela (USV)

El sistema social, al emerger del cotidiano trajinar de la congregación humana en el seno de su entorno natural, se torna en una magna obra existencial desarrollada en un escenario cuyo vestuario está conformado por un trío de aposentos en cuyas entradas aparecen las inscripciones subjetiva, intermediaria y objetiva para ordenar la agrupación de los partícipes de acuerdo a la función que ejercen dentro del perenne proceso social de transacción transformadora mediante el cual, en primer orden, los factores intermediarios son incapaces de cumplir la función subjetiva y se incorporan parcialmente a su resultado; en segundo orden, los ingredientes objetivos ceden íntegramente su valor al producto y son incapaces de cumplir la función subjetiva y, en tercer orden, los constituyentes subjetivos ejercen las funciones consistentes con sus exclusivos atributos señalados más adelante.

De acuerdo con las concepciones de la política, la estrategia y el poder según las cuales éstas responden, respectivamente, a las preguntas qué hacer, cómo hacerlo y con qué hacerlo, consideramos que la política maestra del instrumento del poder popular hasta ahora nominado Partido Socialista de Venezuela o la Unión de Socialistas de Venezuela aquí propuesto, necesariamente debe ser congruente con la vivencia de una aventura que nos conducirá progresivamente al encuentro con la esencia subjetiva y gregaria de su célula básica: el ser humano. Dicho en otras palabras, el ejercicio de la subjetividad colectiva se convierte así en el propósito esencial de dicho instrumento político, ya que así lo exige el salto cualitativo impuesto por su adjetivo socialista según el cual se hace indispensable el logro de la liberación del género humano de la servidumbre y la esclavitud a la que ha sido sometido en las precedentes formaciones sociales clasistas llamadas esclavismo, feudalismo, capitalismo e imperialismo.

Esta etapa inferior del devenir histórico de la humanidad que hoy muestra evidentes síntomas de haber entrado en su fase agónica, podríamos designarla como la prehistoria de nuestra especie, por haber vivido en circunstancias donde sólo hemos garantizado nuestra sobrevivencia en razón de la combinación de un preeminente ejercicio de las funciones mediáticas y objetivas con una insignificante práctica de la autoría exigida por el papel subjetivo para el cual con exclusividad hemos sido potencialmente dotados por nuestra madre naturaleza y nuestro padre universo. Y de este aberrante desequilibrio ha resultado la paradójica situación donde esclavistas y esclavos, siervos y señores feudales, proletarios y capitalistas y colonos e imperialistas se han convertido en súbditos de una tiránica riqueza en la cual subyace el esfuerzo del hasta ahora autosojuzgado ser humano.

La especie humana ocupa el pedestal correspondiente al constituyente universal de mayor grado de complejidad debido a su esencia creativa y consciente que le confiere el potencial de cristalizar e incrementar el valor de aquellos bienes y servicios que resultan de su actividad, de valorizarse a sí mismo y de ser protagonista y partícipe mutante del proceso social de transformación y, en consecuencia, el establecimiento y la práctica del ensanchamiento de su consciencia y creatividad gregaria debe ser el norte de la brújula que sirva de guía a la marcha de toda agrupación auténticamente revolucionaria.

Como consecuencia de la política maestra antes señalada, se hace indispensable para el Partido Socialista Unido o la Unión de Socialistas de Venezuela llevar a cabo una estrategia madre que permita el establecimiento y la práctica en su seno de una interacción de personas, medios y objetos de la cual surge la estabilidad resultante del equilibrio dinámico del ejercicio de los papeles subjetivos, mediáticos y objetivos que deben cumplir las individualidades en aras de poner en acción su intrínseca potencialidad de expandir la conciencia y la creatividad colectiva.

A su vez, los planteamientos antes escritos nos avala la propuesta de darle el nombre de Unión de Socialistas de Venezuela a la asociación política que en estos momentos se empieza a consolidar. Refuerza esta propuesta, en primer lugar, los sinónimos bandería, clan, facción y secta que posee el término partido; en segundo lugar, los adjetivos dividido, cortado, parcialidad, bando y grupo de la mencionada palabra; en tercer lugar, la connotación que la inmensa mayoría de organizaciones políticas, tanto a nivel nacional como internacional, le han legado a este vocablo; en cuarto lugar, la similitud que la designación propuesta posee con la de la recién nacida asociación de países suramericanos y caribeños y, en quinto lugar, la subversión cualitativa implícita en el Socialismo del Siglo XXI que graficará un salto cuántico en el devenir histórico de la humanidad.

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Nicolás Urdaneta Núñez


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