Los enemigos del proceso revolucionario bolivariano, aglutinados, dirigidos y apoyados por los servicios secretos infiltrados desde el imperio, trabajan tiempo completo y a toda máquina para mantener vivo el complot y dar al traste con el gobierno de Hugo Chávez, el saboteo, la descalificación y una política subversiva nacional, donde está implementado todo un conjunto de operativos que se pronunciaran solapadamente para crear problemas y abortar la reconversión de la nueva moneda, mantener el desabastecimiento del mercado y principalmente una guerra a la propuesta del proyecto de la reforma constitucional, está a la orden del día. En una palabra, la estrategia señalada es la de levantar problemas políticos, sociales, religiosos, militares, diplomáticos y económicos, estimulados nacional e internacionalmente a través de una enorme campaña mediática.
Ahora bien, los verdaderos revolucionarios bolivarianos, sabemos que dentro del contexto nacional actualmente se presenta un ambiente favorable para que el postgolpismo, convertido en un grupo radical de oposición provoque todas esas acciones desestabilizadoras y lo que no me puedo explicar, es como todavía existen corrientes que se den a la tarea de subestimar al enemigo sabiendo que estamos en una hora critica, donde se juega el destino de la nueva nación venezolana.
La anarquía, la improvisación que estamos viendo, resta mucha moral a la revolución y no es que lo diga deportivamente, es que lo escucho de la boca de mis propios compañeros, leo las preocupaciones de periodistas, escritores, politólogos, economistas, internacionalistas, nuestros, y además porque lo vivo en carne propia.
Amigos y camaradas, a ese enemigo no se puede estar subestimando, es necesario convencerse de que estamos infiltrados y vigilados en todas partes, sobre todo y aunque lo nieguen, desde el mismo Ejecutivo hasta el organismo menos importante. En estos momentos no podemos estar jugando a la revolución y cayendo ingenuamente en el terreno del enemigo, porque si bien es cierto que no hay que subestimarlo, también es cierto que es un enemigo que tiene mucha base, pero que carece de lo mas importante, de líderes y nosotros contribuimos muchas veces a fabricárselos y a elevárselos.
A estas alturas uno de los graves errores nuestros es el de no tener capacidad de respuesta y a la falta de un verdadero bloque de prensa revolucionario bolivariano, no para que se ponga de tu a tu, con el enemigo, sino para que este por encima del mismo, se preocupe, vigile y ataque con la virtud de la seguridad y la confianza que es necesario desarrollar para darle una base, una plataforma segura a nuestro líder. El periodista revolucionario no puede caer en la trampa de ser un “politiquerito mas” dispuesto solo a defender al gobierno, no, el verdadero periodista tiene que convencer al enemigo para que la patria sea de todos.
Es preciso recordar en estos momentos, que el “triunfalismo” desbordado se nos puede convertir en una mueca amarga de derrota otra vez. De ahí que los verdaderos revolucionarios estemos alerta y conscientes a las criticas, a los errores, a las mentiras de muchos seudo revolucionarios que se encierran con la mala intención y nos venden un seguro triunfo.
La revolución se lucha en el trabajo de campo, tenemos que estar advertidos y preparados ante la tragedia que está levantando el enemigo. Por otra parte, hay que cambiar la “parrandita” por el trabajo, el “triunfalismo barato” por inteligencia, habilidad y audacia, la sordera por oír a esa lava volcánica que viene de adentro y de afuera y que si no nos preparamos nos va a devorar. La ceguera, por ver como se derrocha y como se cae en la “politiquería”, por ver como es que se va a levantar el partido que aún y a pesar de la insistencia de que su doctrina esté basada en el árbol de las tres raíces, muchos lo desconocen y lo llevan por otros senderos, que el enemigo si lo está aprovechando.
Uno se resiste a creerlo, pero es verdad, la cuarta republica está vivita, porque son muy pocas las voluntades políticas para luchar y exterminarla, la ineficiencia para combatir la corrupción, la inseguridad, la demagogia, la inflación, son los canceres por lo que hemos venido luchando desde hace años y aún están dentro del estado formando parte de este. Esa vaina que tenemos “desabastecimiento porque sobra dinero y porque los pobres ahora comen mas”, no se le puede ocurrir sino a las mentes que no ven lo que está ocurriendo y lo que el enemigo que subestiman nos está haciendo, para “jodernos cada día mas” como si fuésemos un grupito de tontos e idiotas.
Dentro de la política internacional, las tácticas y sus estrategias deben considerarse con mucho respeto, porque son diplomáticas, pues esos enfrentamientos “pendejos” “echones”, nos perjudican, le damos terreno al imperio y nos ponemos por debajo. Los revolucionarios sabemos que todo lo que está haciendo el enemigo lleva el interés de destruirnos y que si cerramos los ojos ante esos sucesos y creemos que todo lo tenemos controlado, nos vamos a joder.
Y en consecuencia, esa creencia, ese pleito, de que si no se está en el partido del PSUV, nos vamos a un enfrentamiento, es darle la razón precisa a lo que eso quieren que hagamos y es como estar de espaldas a la política moderna de estos tiempos, es como sujetarnos a un solo pensamiento y el socialista bolivariano precisamente tiene que ser unionista a toda costa, pues el partido debe partir de esa raíz y debe ser amplio de voluntad, de principios y de conciencia para que pueda unificar a todos los movimientos, a todos los partidos, como es el caso del PCV, de Podemos y de otros, pues hoy en el mundo no solo están ellos, sino otros que no se desorganizaran para venirse con nosotros, pero que si nos apoyaran, esa es la mentalidad y los principios de un partido abierto socialista, en una palabra para los que desconocen de verdadera política, eso en nuestro idioma se llama un partido confederado. ¿Entonces para que esos enfrentamientos que solo nos llevan es a la desunión y a las debilidades?.
Yo como revolucionario no estoy dispuesto a perder ningún apoyo, pues no sufro de dogmatismo y mi único compromiso es como mi patria y con el proceso bolivariano socialista. Recordemos que cuando nos iniciamos, hablamos de crear y no de copiar.
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