Lecciones para el PSUV: El anti-imperialismo no basta

Observo con perplejidad y preocupación como se escamotea el debate sobre el carácter anticapitalista de la revolución democrática y socialista en la declaración de principios del PSUV, despachando un debate que tiene casi 80 años en América Latina. Al parecer, han matado al tigre y le tienen miedo al cuero. Cuando se dice (ver ultimas noticias, edición 1-2-2007) que el anticapitalismo está implícito en los principios del PSUV porque se asume como anti-imperialista, se comete el error de Haya de la Torre y el APRA y de Rómulo Betancourt con AD. ¿Acaso re-fundaremos a la vieja AD, al viejo APRA? ¿Ignorancia histórica? No lo creo. El general (r) Alberto Müller Rojas, miembro de la Comisión de Apoyo de la organización, cita a Lenin al aclarar que "el imperialismo es la fase avanzada del capitalismo, entonces está automáticamente negado el capitalismo al incluir el antiimperialismo como uno de los principios del partido". Grave error ya debatido históricamente. Escuchemos a Mariategui (Punto de vista antiimperialista):

“La divergencia fundamental entre los elementos que en el Perú aceptaron en principio el APRA – como un plan de frente único, nunca como partido y ni siquiera como organización en marcha efectiva – y los que fuera del Perú la definieron luego como un Kuomintang latinoamericano, consiste en que los primeros permanecen fieles a la concepción económico-social revolucionaria del anti-imperialismo, mientras que los segundos explican así su posición: ‘somos de izquierda (o socialistas) porque somos anti-imperialistas’. El anti-imperialismo resulta así elevado a la categoría de un programa, de una actitud política, de un movimiento que se basta a sí mismo y que conduce, espontáneamente, no sabemos en virtud de qué proceso, a la revolución social […] El anti-imperialismo, para nosotros, no constituye ni puede constituir, por sí solo, un programa político, un movimiento de masas apto para la conquista del poder. El anti-imperialismo, admitido que pudiese movilizar al lado de las masas obreras y campesinas, a la burguesía y pequeña burguesía nacionalistas (ya hemos negado terminantemente esta posibilidad) no anula el antagonismo entre las clases, no suprime su diferencia de intereses […] Ni la burguesía, ni la pequeñoburguesía en el poder pueden hacer una política anti imperialista”.


A parecer, el mismo error es justificado por todos aquellos que suponen que al plantear que el PSUV es una organización socialista, plantearía una lucha por superar el capitalismo. ¡También Bernstein se autodefinía como socialista! El tema de fondo es ¿Cuál socialismo? Si de verdad se quiere sellar el vínculo entre socialismo, democracia y revolución no se pueda dejar implícitamente el carácter anticapitalista de una organización socialista. La palabra revolución socialista significa liquidación del capitalismo. En nuestros tiempos postmodernos, por “socialismo” se interpreta por efectos de la tesis dominante de la internacional socialdemócrata, la lucha por introducir mejoras sociales en el capitalismo. Eso es socialdemocracia reformista.

En el PSUV parece repetirse la vieja retórica del nacionalismo de izquierda que escamotea el carácter capitalista-desarrollista-nacional de su propuesta. No se supera en nada la vieja tesis estalinista de la revolución por etapas, aunque se estanquen en la etapa desarrollista antiimperialista. En tiempos del nuevo imperialismo (ya las tesis de Lenin son insuficientes), del Imperio, estimados, no hay espacios para desarrollismos nacionales. Esto conduce al pantano del “Capitalismo de Estado”, en alianza con la burguesía monopólica y las corporaciones transnacionales. La “triple alianza” termina consolidando burguesías asociadas (públicas o privadas) al capital transnacional. Como ha dicho Negri (Imperio): El Estado será el regalo envenenado de los movimientos de liberación nacional.

Recordemos. El APRA había surgido en 1925 como una propuesta de frente único del ala izquierda de los estudiantes e intelectuales de la Reforma Universitaria y del movimiento obrero. En 1927, su principal dirigente, Haya de la Torre, se define contra el comunismo y postula al APRA como el “Kuomintang latino-americano”, es decir como un partido nacionalista con una estrategia de conciliación de clases.

Este es un tema de fondo en el PSUV: la ausencia de una perspectiva socialista revolucionaria del bloque popular subalterno, un punto de vista de los sectores explotados y excluidos que no se empantane en la tesis de la conciliación entre los intereses del capital y los intereses de la mayoría del pueblo asalariado. Habrá que recordar a Mella, en su texto “¿Qué es el ARPA?” donde desarrolla la relación entre lucha anti-imperialista y revolución de las clases trabajadoras: “En la lucha contra el imperialismo –el ladrón extranjero– las burguesías –los ladrones nacionales– se unen al proletariado, buena carne de cañón. Pero acaban por comprender que es mejor hacer alianza con el imperialismo, que al fin y al cabo persiguen un interés semejante. De progresistas se convierten en reaccionarios. Las concesiones que hacían al proletariado para tenerlo a su lado, las traicionan cuando éste, en su avance, se convierte en un peligro tanto para el ladrón extranjero como para el nacional. De aquí la gritería contra el comunismo. […] Para hablar concretamente liberación nacional absoluta, sólo la obtendrá el proletariado, y será por medio de la revolución obrera”. Ya Mella, lo reconocía al diferenciar nacionalizaciones pactadas con las clases dominantes y las socializaciones. “Nacionalizar puede ser sinónimo de socializar, pero a condición de que sea el proletariado el que ocupe el poder por medio de una revolución.

De este modo, la historia vuelve a repetirse pero esta vez puede ser como farsa, como simulacro de revolución. El fenómeno de la revolución bolivariana ha hecho resurgir las tesis del “nacionalismos” de diversa intensidad, han alimentado la vuelta de ciertos debates en torno al anti -imperialismo, la relación entre la emancipación nacional y la lucha de clases y la unidad latinoamericana, entre otros. Triste seria ver todo esto en manos de una nueva ADEQUIDAD.

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Javier Biardeau R.

Articulista de opinión. Sociología Política. Planificación del Desarrollo. Estudios Latinoamericanos. Desde la izquierda en favor del Poder constituyente y del Pensamiento Crítico

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