Cada vez que se da una directriz en el PSUV, los neoadecos comienzan con sus interpretaciones sobre lo que dijo la directiva o el Líder Comandante. Estos iluminados de la oscuridad política entienden mejor que cualquier pendejo militante sobre:
- El sentido real de lo que quiso decir el Presidente.
- Las calamitosas consecuencias de no entender como solo ellos lo hacen.
Por lo tanto:
- Desestiman cualquier idea u opinión opuesta a la suya
- Llegan a creer que sin ellos no sopla el huracán revolucionario
- Conocen de primera mano la opinión del Don Safrisco Pomalaca Masquetú (se ufanan de eso)
- La vehemencia con que se oponen a ideas surgidas en discusiones de las bases es directamente proporcional a sus aspiraciones dentro del Proyecto del Don regional o local.
Esto, que no es un invento ni una novela medieval sobre feudos, hechiceros y siervos pisoteados por el Lord de la Comarca, sucede actualmente con el auspicio de las fuerzas adversas al proceso. Los operadores políticos que están, se hacen los locos. En los tiempos que vivimos es tabú hablar sobre eso pero las omisiones traen consecuencias. Recuerdo a un viejo zorro político cuando el golpe de estado. Abatido por la realidad del momento solo atinaba a decir: No estábamos preparados para esto. Bueno, hay que prepararse para los tiempos que vienen.
Esas fuerzas adversas no son de la oposición, de los del otro lado, los golpistas pues. Son de adentro del proceso. Es gente relacionada directamente con el gobernador, el alcalde, el diputado y sus anillos de poder. Uno no deja de asombrarse cuando en una reunión pautada para hablar del poder popular y de la organización de las bases, sale un operador político a decir que nos abre su corazón para indicarnos cual profeta, que el camino correcto es con Don Fulano Salvador de la Patria. Resulta repugnante ver a sinvergüenzas con disfraz de oveja tratando de convencer al prójimo sobre sus buenas intenciones.
El camino es el Poder Popular, la organización de las bases y de los movimientos populares. Pero hasta allí llega la canalla en búsqueda de votos, escudada en visiones populistas. Ante la propuesta de cambios en la manera de hacer política bajo esquemas de liderazgos colectivos, surgen voces agoreras advirtiendo que es tiempo de correr riesgos y apoyar a Sutano o Mengano. Sus tesis resultan falsas pues el simple hecho de oponerse al trabajo de base para consolidar el proceso desde las comunidades, les identifica con sus titiriteros; su mimetismo rojizo empalidece ante propuestas que les incomoden. Por si fuera poco, debemos enfrentar la otra andanada proveniente de quienes quieren salir del Señor Feudal de turno para encaramarse ellos a nombre de otro o viceversa. La fiebre candidatural los tiene locos.
Debo decir que estamos dando la pelea, no pediremos tregua porque no la daremos. Durante las discusiones hemos identificado a los operadores, sabemos de las trampas y triquiñuelas en la conformación de los cuadros regionales. En algunos casos hasta un 40% de sus integrantes son funcionarios que llegaron gracias a Batallones fantasmas.
Que se entienda, no proponemos candidatos, proponemos una nueva forma de relaciones de poder ejercida desde las bases comunitarias con el concurso activo de los movimientos populares, como crisol para los verdaderos liderazgos, como eje fundamental para la transformación del entorno comunitario. Es incomprensible otra forma organizativa al calor de la revolución. Hay que trascender las ambiciones personales o de grupitos para forjar el Poder Popular. Es una batalla básicamente ideológica y de largo aliento.
Está claro y es necesario que debemos avanzar a pesar de los “bacalaos”, pero sin la organización de las bases seguiremos sufriendo la propia ineficiencia y falta de voluntad para transformar nuestras comunidades. Si no existe una forma expedita para que la voluntad popular sea respetada por los mandatarios regionales y locales, si la gente en los barrios tiene que esperar o mendigar a lo que tiene derecho, si la disciplina impone voto de silencio mientras el tunante elegido traiciona, jamás lograremos real soberanía, pues ¿cual es la diferencia de que no nos joda el imperio si nos viene a joder el propio hermano? Los caminos populares son del Pueblo y de quienes quieran de corazón andarlos, no de bandidos quienes ven en ellos atajos para alcanzar carguitos y cargotes, para pegarse del erario como garrapatas. Puede notarse el cambio inmediato en quienes hasta hace poco aspiraron a delegados y cuadros. Llegaron allí gracias a nosotros y al Comandante y ya defienden a quienes repudiaban hace unos meses ¡es tan solitario el sendero de la dignidad! En estos tiempos de vendaval de candidaturas hay que estar sereno, ser prudente y creer en el Pueblo. Porque solo El Pueblo salva al Pueblo, solo El Pueblo salva a Chávez. Demostrado está y toda esta cuerda de vagabundos, los de adentro y los de afuera, lo saben muy bien. Aquí no hay palos de ciego.
pladel@cantv.net