La mejor definición de Fe que he leído la escribió Neruda en sus memorias(*): “Fe es aceptar sin discusión, lo que dice alguien sin conocimiento, sobre un asunto que no tiene explicación”. Según lo escrito por el bardo, yo no tengo fe en la revolución bolivariana; lo que tengo es confianza en su potencial. Me explico: no podemos confiar ciegamente en que la revolución socialista se dará por sí sola, como resultad automático de simple imperativo histórico y exigencia popular. ¡No! La revolución hay que trabajarla con ánimo de combatiente y diseñarla con preciosismo de esteta. No es entonces asunto de fe, sino de trabajo, de mucho trabajo inteligente, entusiasta y bien ejecutado.
¿Pero cómo se ejecuta bien un trabajo de tamaña envergadura, con adversarios en el interno de las instituciones públicas? Tengo mucha confianza en la posibilidad del proyecto socialista, pero es ingenuo querer trabajarlo con quienes nos adversan. ¿Y saben ustedes que las empresas, ministerios y demás instituciones del Gobierno están cundidas de estos adversarios? Cualquiera que trabaje en ellas y sea nuestro, me dará la razón sobre este aserto y es asunto que debemos resolver.
¿Y cuál es el problema? Sencillo. Esas organizaciones están dirigidas y operadas por gente de clase media difícil de reemplazar, una clase permeable al veneno mediático por fácil y continuado acceso y a la que la revolución no ha presentado oferta. No es cierta la simpleza de que procesos como el nuestro se reducen a una lucha de clases entre quienes más tienen y quienes menos poseen. Eso es un maniqueísmo decimonónico afortunadamente sepultado por la Historia. Entre esas dos clases extremas, existe una intermedia que es igualmente explotada por la primera, no es enemiga de la segunda y ocupa espacios importantes. Es la clase media, clase a la que debemos rescatar de la tiranía mediática e incorporar sin complejos a la oferta revolucionaria. Esto sí que sería una revolución democrática, participativa e incluyente, modalidad siglo XXI. Invito a nuestros líderes a la reflexión sobre el tema y a sustituir la fe por el trabajo.
coguevara@yahoo.com (*) “Confieso que he Vivido”