Los servicios de inteligencia de la OTAN y el ejército norteño vienen abriendo posibilidades de control para asumir ventajas con relación a sus adversarios y enfrentarlos a gobiernos rivales sin su intervención directa. Es una estrategia muy pequeña tomada en Libia por Sarkozy y Obama, ambas potencias en una ubicación precisa y con un ejército desordenado en tierra lograron capitalizar la acción de los androides psíquicos que en lugares claves dejaban sus pintas y que al final culminó con la muerte abrupta del líder tribal Muhamar Gadaffi.
En el antiguo Egipto, los faraones lograron mecanizar a seres humanos en artificiales, eran estatuas articuladas emocionalmente que, solían moverse para construir grandes obras mesiánicas y cobraron vida en la Grecia Clásica a través del campo filosófico y alquímico. A partir del siglo XVI y XVII, los sirvientes constituían un sistema artificial de carácter científico hasta llegar al punto culminante en el siglo XXI, cuando observamos un género creado por medio no naturales al anclar al hombre en un ser operativo y mecanicista.Es una nueva casta de guerreros que acceden a una disciplina espiritual, donde se encuentran psicoterapeutas y gurús, con el fin de desarrollar todo su potencial humano y enfrentar al enemigo en una acción de hecho vertical y con un argumento asimétrico de una realidad política cerrada. Podemos decir que los nuevos ejércitos llevan en sus ejercicios militares una influencia profunda de ocultismo y paradas sobrenaturales y que llevan en sí una cubierta del mundo pacifista y deseado por un mundo globalizado y lleno de proyecciones audiovisuales y musicales.
La cibernética, como inteligencia artificial es un anhelo demiurgo para crear seres que marchen solos y obedezcan a las máquinas de información, es una utopía, que, los siglos la ejecutaron para ser real y, donde los movimientos de un hombre o una mujer están regulados por un sistema electrónico y grandes circuitos electrónicos donde se recrea la imagen y semejanza de quienes deseen regir el poder mediante la provocación del consumismo y la ilusión de un equilibrio social estable.La historia de los videntes espías comenzó en 1972, cuando el físico Harold Puthoff se encargo del servicio de proyectos científicos de carácter gurnamental y la gerencia del INSCOM bajo el tutelaje del general Albert Stubblebine y 16 mil soldados para ser capacitados oníricamente y en parapsicología. Estos, constituyen en un número mayor en el cuerpo elite militar de Estados Unidos con la cooperación de Francia, Alemania, Israel cubriéndose como el pueblo de Dios y los ingleses, sin obviar el carácter religioso de cada misión.
Videntes del ejército dieron con el paradero- por ejemplo- de un familiar de Saddam Husseim y éste mediante hipnosis los llevo al escondite subterráneo donde se encontraba oculto, contando con un aliado, el sistema satelital norteamericano. La idea es preparar al soldado especial en diversas técnicas visuales y cognoscitivas, como en el arte de la presión y acción bélica. Más que una paranoia, los ejércitos empiezan sus acciones con hechos audiovisuales y esquemáticos ante una sociedad dormida y domesticada por las hamburguesas y refrescos con cafeína y liquido de coca para apuntar hacia un fin requerido, la energía.Los islamitas, afganos y pakistaníes fueron los primeros eslabones de estas experiencias en el medio oriente y los virus en el Sur, quebrantan la morfología biológica de sus residentes. Hay motivaciones para pensar en una realidad física y un nivel de ánimo para determinar que los últimos discursos presidenciales de la órbita occidental reflejan el control mental como un asunto creativo para organizar la sociedad a capricho de un presidente y lograr con su equipo la técnica necesaria para tomar sus riquezas por medio de una invasión y voladura de sus industrias.
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