Para el 18 de abril del 2006, la empresa colombiana de petróleo (ECOPETROL) y el Instituto Industrial de Fomento (IFI), ya tenía 31 años de funcionamiento en el mercado cuando deciden venderle su participación accionaria a la Petroquímica de Venezuela S. A. (PEQUIVEN) y crear la empresa Monómeros Colombo Venezolano, S. A. El 21/12/2006 PEQUIVEN compró a DEM un remanente accionario, quedando la filial con la posesión absoluta de la compañía. Esta empresa tenía como objeto una amplia gama de producción de exclusividad no solo para Colombia; sino para países vecinos. En fertilizantes era la más grande y moderna; producía además sulfito de amonio, nitrato de potasio. Manejaba una política líder en el desarrollo de cultivos, con ingresos redimensionados que se distribuía en beneficios para Colombia. Otra rama que explotaba era la fabricación de alimentos para animales a base de calcio, fósforo, ácido nítrico, sulfato de sodio, yeso, azufre, soda cáustica, amoníaco, etc-
Su sede está ubicada en el puerto de Sanbuenaventura, Barranquilla departamento Atlántico frente al río Magdalena, en un área de 50 hectáreas. Era una empresa con una de las mejores Contrataciones Colectivas; con muchísimas oportunidades para surgir, con un crecimiento donde se premiaba la excelencia, la eficiencia y la preparación. Una empresa modelo y líder en procesos administrativos; con una visión muy particular en la administración de personal, producción, comercio interior y exterior. Con manuales de procedimientos, controles internos, métodos de delegación de autoridad, relaciones públicas. Respeto y conocimientos a las disposiciones gubernamentales que afecten su funcionamiento. En fin cumplía con todos los controles y procedimientos utilizados dentro de una organización que la hacen auditable. Todo este andamiaje que le permitió ser objeto de reconocimientos, como lo vamos a ver más adelante, se vino abajo para convertirse en un guiñapo inauditable, en manos de unos ladrones que no tienen ni idea de cómo se maneja un emporio empresarial de esta naturaleza.
En el 2016 en una medición que habría hecho una empresa internacional en Bogotá; resultó ser una de las mejores de Colombia. De 500 que fueron evaluadas, Monómeros obtuvo el número 14. El galardón fue recibido por el Sr. Pedro Lugo Gerente General y Salvador Meléndez, Gerente de Recursos Humanos. Carlos Cepeda Gerente de Logística, expresó en el acto: "Yo disfruto trabajar en Monómeros. Esta es una empresa donde los trabajadores vienen a trabajar felices, porque sienten el apoyo de la alta gerencia" luego dijo "Espero seguir vinculado a esta empresa por muchos años, porque creo que no hay mejor empresa en toda la región".
Pero ese mundo de cumplimientos, de retos, de producción, de llevar felicidad a 800 trabajadores directos y a 1300 indirectos. Cumplir con una cartera de clientes de 3 millones. Una empresa produciendo al 199% de su capacidad instalada, con un mercado cautivo; tanto nacional como internacional. Con un primer lugar entre las más grandes del sector industrial que le garantizaba parte del sustento a la ciudad que le sirve de asiento; Barranquilla.
En el 2017 vienen las sanciones gringas y con ella la tormenta y el apocalipsis para la empresa MONÓMEROS COLOMBO VENEZOLANA, S A; aparecen las restricciones las presiones de Trump y Duque por otro lado haciéndole coro en su arremetida contra Monómeros; el primero en salir afectado fue el mercado internacional. Viene el 2019 se abre las compuertas a la intervención indebida, robo abierto, saqueo y de un solo plumazo lanzan al foso 50 años de trabajo, de dedicación, de saldos altísimos de producción y ganancias. Iván Duque siguiéndole los pasos a su homólogo de la Casa Blanca, que ya se había apropiado de la empresa venezolana CITGO, hace lo mismo con Monómeros, de arrebatarsela al Estado venezolano para entregársela a un bandido como Juan Guaido; inmediatamente destituye la plana mayor de la alta gerencia y a la Junta Directiva. En febrero de 2019 Iván Duque niega la entrada a Colombia de cualquier directivo afecto al presidente Maduro. Ante esta decisión Humberto Calderón Berti quien fungía como "embajador" en Colombia del autoproclamado Guaido, ocasiono una airada polémica ante tan desaguisada decisión, agregando "que no se llevó el proceso de una manera profesional y adecuada, atropellando a funcionarios honestos".
En un juicioso artículo escrito por el senador José David Name: "Hay que rescatar a Monómeros" en el periódico digital Zona Cero. Escribe el Senador que la empresa en menos de un año ha tenido 4 gerentes generales, cada uno es mas pillo que el que lo sustituye. Todo aquello se mueve dentro de un concierto de un festín de Baltasar. Monómeros es administrado por cinco miembros principales y cinco suplentes; mas seis gerentes, incluido el Gerente General. Con todos los gastos pagos hotel, viáticos, pasajes, restaurantes, etc A los miembros de la Junta Directiva que asisten a reuniones reciben cada uno pagos de 3000 dólares por reunión de junta, que se realizan 4 veces al mes; mientras que los estatutos establecen tres juntas ordinarias al año. Este tipo de erogaciones esta por el orden de 4 millones de dólares al año.
De ser una empresa que tenía máximo atractivo, porcentaje de trabajadores de alto rendimiento, una capacidad instalada de producción del 100% su caída ha sido en barrena; llevándola a su mínima expresión En el 2019 la producción disminuyó en un 26% respecto a 2018 y un 30% al 2017. En el 2020 no existen saldos, pero según los entendidos son sencillamente alarmantes. La participación en el mercado ha llegado a niveles muy bajos. La incertidumbre ha embargado a los trabajadores, cuando observa a una gerencia sin rumbo, sin estimulo y sin noción alguna de lo que implica poner a producir una empresa.. Para los entendidos de este mercado lo que más cuestionan es que le están dando palo a un sector (agroquímicos) de gran importancia para Colombia, donde la agricultura ocupa un espacio, frente a un Covid – 19 que le reclama mayor protección a la industria local y seguridad alimentaria. De allí salen los abonos y los químicos para el campo. Solo a un gobierno obsesionado por el odio como el de Iván Duque y a un personajillo de opereta como Juan Guaido se le ocurre haber acabado con una empresa que le garantizaba seguridad alimentaria a Colombia; no era cualquier empresa era único en su especialidad.