"Desde que ingresé a la política, muchos hombres se me han acercado para confiarme sus pensamientos de manera reservada. Algunos de los más importantes hombres de los Estados Unidos, de las áreas del comercio y de la industria están asustados de alguien, están asustado de algo. Saben que en algún lugar hay un poder tan organizado, tan escondido, tan vigilante, tan interrelacionado, tan complejo, que es mejor no hablar más alto que el ruido de la respiración cuando se lo condena"
(Woodrow Wilson).
A propósito de la conversación que mantuvo el comunicador y expresentador de Fox News, Clayton Morris, con el periodista Tucker Carlson en la plataforma periodística alternativa Redacted, en la cual el primero menciona las recientes acciones de EE.UU. en materia de política exterior, como la autorización dada por el presidente Joe Biden a Ucrania para lanzar misiles de largo alcance ATACMS contra el territorio de Rusia, y la decisión de enviar minas antipersona a Kiev.
Estas cuestiones, que se ejecutan antes de que Trump inicie su segundo mandato, llaman la atención de Morris, sobre todo porque la Administración Biden "estaba absolutamente en contra", y esa era su postura oficial. "Ahora de repente, en la última semana, todo esto ha cambiado. ¿Quién demonios dirige la Casa Blanca?", le preguntó a Carlson.
Ante ello este último respondió: "Si me hubieran preguntado ayer por la mañana, habría dicho que Antony Blinken es quien ha dirigido desde el principio, pero ahora diría que Satanás", por cuanto existen realmente "fuerzas oscuras a cargo".
Carlson piensa que "no hay justificación" para el uso de minas antipersona en este conflicto, porque no resolverán ninguna cuestión. "El único efecto de ese movimiento es matar inocentes, eso es todo. Ese es el único efecto y ellos lo saben. Y por eso lo están haciendo de todos modos, porque matar es el punto. Así que es malvado. No creo que sea una cuestión de defender la democracia".
Para el periodista, aquellos que aún apoyen y sigan defendiendo la guerra en Ucrania "no deberían formar parte de esta Administración ni de ninguna otra", ya que considera que estas personas carecen de la "sabiduría necesaria" para dirigir EE.UU.
"Están promoviendo una guerra porque sí, sin ninguna promesa de ningún tipo de victoria significativa. Verdaderamente la guerra por el hecho de matar gente. Totalmente sin adornos, nadie está siquiera pretendiendo que vamos a conseguir la democracia o algo así. Estamos matando porque podemos y esa es la definición del mal.
Sobre lo dicho, algunos comentarios.
El televangelista Pat Robertson, escribió. en 1991, el texto titulado: The New World Order (El nuevo orden mundial), que se convirtió en una especie de best seller. Allí, plantea la existencia de una conspiración que se encuentra siempre presente y detrás de la cual está la política de EEUU, que busca el establecimiento de "un gobierno mundial". Sus representantes constituyen el establishment que son los que tienen el control del dinero. Sus rostros y nombres: los Illuminati, el movimiento de la Nueva Era, los masones, el Consejo de Relaciones Exteriores y la Comisión Trilateral.
Por encima de ellos, se encuentra Satanás que busca cumplir las predicciones de la escatología cristiana premilenial, una señal de que se acerca el fin de los tiempos.
Ahora bien, más allá de la "conspiración dirigida por Satanás", lo real y concreto, es que el mundo se mueve, lo hace a pasos agigantados y todo es posible que ocurra. Se habla de un horizonte de barbarie que no es necesariamente un futuro incierto, cuyas expresiones podrían ser la guerra de Ucrania, el genocidio contra los palestinos, las hambrunas anunciadas para África, los terremotos, la mayor caída de los salarios reales en Europa en los últimos 40 años y pare usted de contar.
Tampoco es un futuro incierto que estos padecimientos generarán nuevos y más profundos procesos de contradicciones y de lucha de clases.
Ya el presidente Dwight Eisenhower, en su discurso de despedida, el 17/01/1961, decía: "Debemos cuidarnos de la adquisición de influencia injustificada, tanto solicitada como no solicitada, del complejo militar industrial".
Y, el presidente John F. Kennedy, el 27/04/1961, denunció. en un discurso ante la Asociación de editores de periódicos, a las sociedades secretas en los siguientes términos: "La propia palabra secreto es repugnante en una sociedad libre y abierta; y nos hemos opuesto intrínseca e históricamente a las sociedades secretas, a juramentos secretos y a procedimientos secretos. Porque nos enfrenta en todo el mundo una conspiración monolítica y despiadada que se basa principalmente en medios encubiertos para expandir su esfera de influencia basada en infiltración en lugar de invasión, en subversión, en lugar de elecciones, en intimidación en lugar de libre elección. Es un sistema que ha usado vastos recursos humanos y materiales para construir una maquina eficaz estrechamente tejida que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son ocultos, no se publican. Sus errores son enterrados no salen en los periódicos. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. No se cuestionan los gastos, no se publican los rumores, no se revelan los secretos".
Como se sabe, Kennedy fue asesinado el 22/11/1963.
Adrián Salbuchi, en el libro El Cerebro del Mundo. La Cara Oculta de la Globalización (2003), distingue entre el "poder formal" (integrado por "estructuras altamente visibles", como "las instituciones del Estado y de gobierno de la mayoría de los Estados-nación; organizaciones sindicales y otras estructuras de diversa índole)" y el "poder real" ("estructuras de poder que, dentro o fuera de los circunstanciales entornos jurídicos en los que están insertas, impulsan planes, medidas y decisiones políticas, económicas y sociales de efectividad concreta en el tiempo y el espacio, dentro de una nación, región, estamento social o estructura pública o privada, o en un conjunto de éstas"). Son estas las que permiten detentar el verdadero poder y tienen sus diversas expresiones o manifestaciones (económica, financiera, tecnológica, informática, comunicaciones, gubernamentales o "un conjunto de éstas").
De allí que el "poder formal", que tiene sus límites establecidos, sea una entelequia o la vía expedita para que el "poder real" sea realmente el que gobierne.
Por su parte, Peter D Scott, plantea la distinción entre el "Estado Público" y el "Estado Profundo". El primero se encuentra establecido en términos jurídico-constitucional y el segundo está integrado por las "fuerzas profundas" de la riqueza, el poder y la violencia, las cuales operan en "segundo plano", esto es, están detrás del "Estado Público". Ambos Estados está conectado por una "puerta trasera", ubicada al "fondo" del primero y es la que habilita el acceso de "fuerzas oscuras invisibles", provenientes de un contexto ajeno al "marco legal".
Para este autor, el entramado de dichas "fuerzas", más que construir una "estructura paralela", inciden directamente en la anatomía del "Estado Público" y su funcionamiento, a través de una "amplia zona de contactos" con aquél.
En definitiva, el "Estado Profundo", hace referencia al conjunto de personas e instituciones que dictan las políticas y que son una especie de gobierno en la sombra o secreto.
Y, finalmente, Noam Chomsky, en entrevista, publicado el 26/11/2020, dirá "sabe que en los Estados Unidos de hoy el sistema está manipulado a favor de los ricos y poderosos".
Así, que más claro, imposible. Ya se sabe quién dirige la Casa Blanca.
*Sociólogo. Doctor en Ciencias Sociales. Profesor Titular jubilado, ex director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV y analista nacional e internacional.