Los sucesos en Bolivia, en Venezuela, en Irán y en Rusia se constituyen en escenarios de confrontación del imperialismo norteamericano- británico- israelí contra los pueblos que no se le someten.
En el 2002 Venezuela fue el teatro de operaciones que enfrentó los intereses del capitalismo y los de un proceso revolucionario de orientación socialista. En aquellos aciagos días el tema de enfrentamiento era el destino del petróleo. Este enfrentamiento se expresaba en el reconocimiento o no de la gobernabilidad del Gobierno Bolivariano por parte de los grupos de privilegiados de la Burguesía nacional y un importante componente de la pequeña burguesía reaccionaria.
El desenlace es conocido por todos. Las fuerzas de la revolución vencimos e impusimos unos términos en el negocio petrolero que potenciaron el proceso de cambio Venezolano. El capital siempre reconoce su terrible miedo al pueblo organizado. A ello se debe que siempre estén dispuestos a realizar malabarismo para engañarnos.
Sin embargo, mas allá del tema del petróleo o mejor dicho entendiendo este dentro de un tema mayor. Tenemos que poner en claro que lo que está en juego es la lucha de clase internacional. En esta lucha el imperialismo norteamericano- británico- israelí, más que los pueblos de esos países, le declararon la guerra a todos los pueblos del mundo; con particular énfasis en aquellos pueblos que han sido históricamente dependientes pero que actualmente luchan por ser libres.
En síntesis el imperialismo pretende acumular más capital mediante la anexión de los activos de nuestros países; así como, nuestro mercado Latinoamericano. Recordemos los tratados de libre comercio (antiguo ALCA). La respuesta de imperialismo para nuestros pueblos es hacernos eternos esclavos suyos. La pobreza para nosotros y la gordura de ellos. Frente a estos intereses se plantan los intereses de pueblos como Venezuela y el resto de Latinoamérica que queremos ser libres y vivir como gente digna. El imperialismo quiere para nosotros la pobreza de los años 80 y nuestros pueblos pugnan por la libertad y condiciones de existencia dignas.
En Venezuela la CIA propuso la polarización entre venezolanos, como medio para recapturar el poder. No lo lograron; sin embargo, Globovisión, las diferentes radios, el Nacional y el universal sigue trabajando en la disociación.
Frente al poco avance en Venezuela el imperialismo escogió a Bolivia como punta de lanza para dividir y debilitar a los movimientos de avanzada. Bolivia vive una discriminación ancestral donde el 80 por ciento de su población es de origen indio; sin embargo, han sido discriminados y mediatizados por los que se autocalifican de blancos. Este es el ambiente ideal para las prácticas de los manos blancas (CIA) que exacerban los sentimientos discriminatorios para lograr sus fines. Muchos son los sectores pobres (“blancos”) en Bolivia que son utilizados como elementos contrarrevolucionarios; igual que en Venezuela son utilizados grupos de estudiantes. En Bolivia, en el fondo, lo que se trata de promover en el marco de la nueva constitución es el reconocimientos de las diferentes etnias como seres humanos con derechos y deberes. Reconocimiento por el cual luchó Bolívar y Sucre y que sin embargo los traidores aún en el siglo XXI porfían en mantener.
Estos son los elementos que toma el imperialismo para crear guerras fratricidas en los distintos países del mundo; y, que se traducen en su victoria en la lucha de clase internacional. El imperialismo después de crear estas guerras entre hermanos terminan quedándose con todo.
En el fondo lo que está planteado es romper la unidad latinoamericana que se ha conformado producto de que compartimos la misma bota sobre nuestras caras que nos pone el imperio norteamericano- británico- israelí.
Bolivia es un ejemplo como lo pueden ser en el futuro los pueblos de Uruguay, Ecuador Honduras, Guatemala, Nicaragua con un golpe militar, Argentina con una desobediencia apoyada por el sector militar, Brasil con una inhabilitación de facto para gobernar o el magnicidios que pesa sobre todos aquellos que se nieguen a condenar a sus pueblos a la miseria que le impone el imperio.
La decisión la tenemos cada uno de nosotros o tomamos la opción de la muerte y el golpismo o ponemos nuestro corazón en la esperanza de la construcción de una revolución verdaderamente socialista; que rompa con la corrupción, los intereses personales sobre los colectivos, la comodidad de una oficina sobre una aptitud combativa, el quince y último por encima de una aptitud crítica.
Por último, respecto ha si respaldamos la posición del comandante Chávez respecto a su apoyo a Bolivia y Evo Morales frente al golpe de Estado y su decisión soberana de expulsar al conspirador del Embajador Norteamericano en nuestro país sólo diremos que nuestro apoyo es total como fieles revolucionarios, porque como ya hemos señalado en nuestro concepto este es el camino correcto en la lucha de clases internacional.
Insistimos y declaramos nuestro apoyo al Gobierno de Evo Morales y los pueblos indios de Bolivia: solo estamos en espera de su llamado.
Por ello le pedimos, no le exigimos a todo el pueblo Venezolano y en particular a sus trabajadores y los que nos autodenominamos revolucionarios a que nos activemos en la movilización, en la discusión de altura y en el desarrollo de propuestas creativas para impulsar la unidad latinoamericana y construir la condiciones para la profundización del socialismo en Venezuela.
Le proponemos abrir debates en cada uno de los pisos y organizaciones; para demostrar con los hechos nuestro apoyo revolucionario.
Hasta la Victoria Siempre
Patria, Socialismo o muerte, Venceremos
chernan2007@hotmail.com