La “democracia” activada por el ejército mediático transnacional en contra de los pueblos de Irán y Honduras es simple y llanamente una forma de representación totalitaria, enmascarada de actividad semántica, semiótica, etimológica y paronímica por la fuerza armada mediática internacional: arma “democrática”, en donde la máscara de la opresión y la exclusión expresa su malandanza más profunda, en la búsqueda interminable de la esclavitud de los pueblos. Y en el acoso al patrimonio energético de los pueblos de Venezuela e Irán. Pero, también, asoma la máscara, para detener la deliberación extrema y fundamental sobre el orden “democrático” y la búsqueda interminable de la verdad, la unidad, el equilibrio y la justicia contenida en la transición socialista determinada en la Revolución Bolivariana iniciada en la Patria Grande.
La leyenda de una supuesta victoria del pitiyanqui iraní, Mir Hosein Musavi y la renuncia forjada del presidente de la República de Honduras, Manuel Zelaya, son estrategias copiadas del libreto impuesto el 11 de abril de 2002 en la República Bolivariana de Venezuela. Una vez más, sin el menor decoro ni vergüenza, la máscara “democrática” está modificándose; participando como maestra de obras y salvaguardia interesada de su realidad doctrinal, insubordinada del derecho de los pueblos. Comencemos por aclarar que el modelo político “democrático” se debe a una doctrina esencial que prescinde del derecho de los excluidos y de los derechos fundamentales de los seres humanos. Esta es la base de la disciplina moral del modelo político “democrático” y de su sistema de manipulación sacramental. Advertida con el golpe de Estado fracasado en contra del Gobierno Iraní y el secuestro y expulsión de Manuel Zelaya en una suma de estrategias que consuman los intereses de la cultura occidental dominante.
Por estas consideraciones y después de indagar las últimas tentativas “democráticas” de golpe de Estado en contra de la República Islámica de Irán (fraude electoral) y el pueblo de Guatemala (el presidente Manuel Zelaya renunció y cometió delitos). Es comprensible que cualquiera que observe las mentiras y las propensiones del enmascaramiento “democrático” se pregunte: ¿es ésta conducta enmascarada de legalidad mediática y de dominación constitucional liberal, la doctrina de golpe de Estado heredada de la definición de “democracia” ejercida en Chile a partir del 11 de septiembre de 1973?
Es difícil analizar la perturbación intelectual de los que se asumen como “demócratas” desde los escondrijos estructurales más representativos del modelo político “democrático”: OEA, ONU, medios radioeléctricos de desinformación masiva, Iglesia Católica, sociedad civil, oligarquías nacionales, ejércitos profesionalizados en exterminios y genocidios masivos, y por supuesto, la posición política - militar - económica de EE.UU, la Unión Europea e Israel. Difícil porque estos escondrijos son los productores de los conflictos en la medida del conflicto mismo. También son protagonistas de los conflictos históricos de dominación y esclavismo, expropiación y saqueo, muerte y genocidio; actuando entre lo que se ha denominado proceso civilizatorio y las doctrinas tradicionales de dominación cultural, política y económica, impuestas por los países industrializados.
¿Es qué acaso no percibimos como se arremete contra nuestros pueblos en nombre de la “democracia”, principalmente desde las estructuras más institucionalizadas del imaginario colectivo de los pueblos?
Este determinismo agresor es propio de mentes esclavistas, pertenecientes a la expresión más rancia de la dominación imperialista. Es un método para extirpar la resistencia de los pueblos (miedo, tortura y muerte) y un medio disuasivo (legalidad jurídica constitucional), desarrollado como sublimidad de la lengua y la comunicación; conducido, como un instrumento educativo permanente de tendencia fascista - “democrática”. De modo que… la fábrica de golpes de Estado adquiera un nuevo significado y un nuevo fin: garantizando el buen comportamiento del golpe de Estado se consagra el neo fascismo “democrático” y sus elementos mediáticos - jurídicos - constitucionales en la batalla contra los pueblos revolucionarios y las organizaciones de resistencia potenciales.
Atados a estas singulares se practican los efectos deletéreos de la manipulación en la estructura de la personalidad colectiva de los pueblos. Esta estructura distingue entre tres efectos premeditados: sacar por la fuerza y el miedo a los Gobiernos de Guatemala e Irán, manipulando las victimas directas y potenciales (pueblo en general). A la vez que se ocultan los autores organizacionales y se garantiza la impunidad de los militares, los políticos y la sociedad civil que perpetran un sin numero de atrocidades en nombre del modelo político “democrático”.
¿Queda todavía alguien que no se percate de la máscara que encubre al modelo político “democrático” o quedan muchos enajenados y enmascarados?
Es aquí, viendo a través de la máscara de la enajenación “democrática”, donde la cultura de dominación occidental ha obligado un pensamiento abstracto, absoluto e intelectual en el plano distributivo de dos tendencias: la “democracia” como doctrina de dominación de los pueblos y el modelo político “democrático” como estructura de custodia del sistema de explotación de los pueblos. De aquí nacen las condiciones concretas que rodean los golpes de Estado fraguados en contra de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, México, Haití, Guatemala e Irán en tiempo real. Y de esta estrategia proviene la representación de las contradicciones reveladas contra los pueblos por los partidos políticos garantes del status quo, las oligarquías y las estructuras de control impuesta a los pueblos mediante mecanismos de supeditación constitutiva y el miedo bien administrado.
La principal característica del miedo se reproduce a través de la domesticación de la resistencia revolucionaria al eliminar las diferencias y las alegaciones entre los pueblos y el modelo político “democrático”. De este modo se posicionan de las facultades de la imaginación y la memoria; atrofiándolas por completo, hasta sustituirlas por un sistema de ilusión - representación de partidos políticos y organizaciones “independientes”… distintivas de la tendencia de dominación prevaleciente. El camarada alemán Hugo Eberlein (1887 - 1944), en el Congreso de la Liga “Spartakus”, 30 de diciembre de diciembre de 1918, nos advierte: “El problema de la organización podría simplificarse, si adoptáramos cualquiera de los sistemas ya conocidos, pero se trata justamente de saber y dilucidar si deseamos ser una asociación electoral o una organización política. Las organizaciones del viejo partido social - demócrata puede decirse que carecían de sentido fuera de los periodos electorales. Se ha intentado hacer unas asambleas educativas, pero las organizaciones de educación no han procurado a los obreros las necesarias armas espirituales para emprender con eficacia la lucha de clases, limitándose tan sólo a darles un ligero barniz, que las primeras tempestades han diluido con suma facilidad. El trabajo de educación no ha impedido de ninguna forma, sino más bien lo ha favorecido, el paso de los obreros, tras el estallido de la guerra, al campo del imperialismo. ¡El organismo burocrático y administrativo de la social - democracia es un autentico fósil!”
Asumiendo las palabras de Hugo Eberlein nos preguntamos, si… ¿El desarrollo del modelo político “democrático” bajo la doctrina de la máscara descrita en el comportamiento de los que se asumen como “demócratas” en su realidad objetiva es un “auténtico fósil”? ¡Entendámoslo tal como la realidad lo expresa!
candelarioreina@yahoo.es