Mencionar el Sistema Capitalismo, alude directamente su principal representante: el poderoso colectivo capitalista transnacional que tiene todavía su centro financiero en Wall Street y su cerebro político en Washington. Centroamérica fue el asiento de la extraordinaria civilización Maya y Honduras la sede de importantes asentamientos urbanos ceremoniales como Copan y Quiriguá. Por otro lado, Centroamérica por lo menos desde el siglo XVII ha sido un territorio abierto a los aventureros y piratas europeos y norteamericanos que, en colusión con las oligarquías terratenientes blancas, han sacado partido, se han enriquecido explotando la débil organización y la pobreza de la mayoría de de la población mestiza, india y negra. La más importante organización de mafiosos y aventureros es la United Fruit Company fundada en 1899 con la complicidad de las oligarquías terratenientes, por un aventurero estadounidense, Minor Keith. Una de las dueñas de la United Fruit, fue Doña Doris Stone, coleccionista privada y patrona de la arqueología centroamericana, a quien tuvimos la oportunidad de conocer en fecha ya lejana en Costa Rica.
Destacados accionistas de la empresa fueron igualmente John Foster Dulles, antiguo Secretario de Estado de los Estados Unidos y su hermano Allen Dulles, Director de la CIA bajo la presidencia del general Eisenhower y quien sabe si también buen número de actuales y destacados políticos costarricenses, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y panameños. La United Fruit es el verdadero gobierno de Centroamérica, con sus complicidades políticas bien plantadas en Wall Street y Washington. El gobierno de Honduras en la actualidad no es solamente propiedad de la United Fruit, sino también de poderosos colectivos farmacéuticos y maquiladores estadounidenses a los cuales parece estar vinculada Doña Hillary. Es por ello que siniestros personajes como John Negroponte, Otto Reich, Luis Posada Carriles, entre otros, se dedicaron a crear un ejercito de sicarios militares centroamericanos que, como hemos visto en Honduras, mantienen como rehenes a las oligarquías y a las clases políticas, prontas a dar el zarpazo cuando la situación se sale de madre y atenta contra los intereses políticos y económicos del colectivo capitalista transnacional estadounidense. Es muy poco probable que las conversaciones entre Zelaya y el gorila Micheletti lleguen a buen término, mediadas como están por otro prominente de la oligarquía centroamericana como es Oscar Arias, con quien sostuvimos también una larga conversación en su casa de habitación de San José, en la ya lejana década de los 80 del pasado siglo. El libreto elaborado por Doña Hillary podría posiblemente apuntar a la reposición del statu quo ante Zelaya, mediante el adelantamiento de las elecciones legislativas y presidenciales. De no aceptarlo, Zelaya permanecería quizás como jefe del gobierno en el exilio con mucho apoyo internacional pero sin ninguna capacidad de actuar sobre la situación hondureña y los intereses estadounidenses... por ahora. Ello permitiría al gobierno de los Estados Unidos retomar la iniciativa política, perdida frente a la ALBA en San Pedro Sula luego de la derrota de la exclusión de Cuba de la OEA, y tratar de formar un nuevo frente político apuntalado con sus gobiernos títeres de México, Panamá, Colombia y Perú y los gobiernos timoratos o moderados de Brasil, República Dominicana, Guatemala y Chile o aquellos países donde la derecha ha repuntado electoralmente como es el caso de Argentina y Uruguay.
La actual situación social en Honduras es pre-revolucionaria: el pueblo sempiternamente excluido se ha organizado, la estructura de los viejos partidos políticos liberales o conservadores, se ha quebrantado y ya no se conformará con volver a elegir a los mismos fantoches del pasado sino que exigirá una transformación radical de la estructura de dominación ejercida por la oligarquía terrateniente en representación del Imperio. Ello permite prever una nueva y feroz dictadura militar al estilo clásico centroamericano. Mientras tanto, el modo de vida capitalista y el sistema productivo real de Estados Unidos, se desagrega progresivamente día a día, mes tras mes. Es una tarea casi imposible para el Presidente Obama y su gobierno tratar de recuperar, al menos en el corto plazo los efectos de una recesión que carcome la vida de todas las instituciones de la Nación, incluyendo la universitaria. Ello sin duda influirá en la situación de los intereses estadounidenses en la periferia centroamericana, su perímetro de defensa más inmediato. Podría manifestarse en la acentuación de las tendencias golpistas en Venezuela, como se puede prever de la sospechosa entrevista sostenida por Doña Hillary con mafiosos como Ravell y el Matacuras. Pero la descomposición del modo de vida capitalista oligárquico y la situación social pre- revolucionaria se hace evidentes también en Perú, en tanto que la narcodictadura uribista, que se ahoga en su propia podredumbre, podría buscar una salida militar, apoyada por los Estados Unidos, dirigida contra Venezuela o Ecuador, el centro neurálgico de la ALBA. ¿Que debería hacer la Revolución Bolivariana?: una sincera reflexión sobre el camino seguido hasta ahora y sobre el camino a seguir en el futuro. Consolidar la obra ya hecha, que no es poca cosa. Entender que una Revolución no puede permitirse el lujo de dormir con enemigos asesinos como Globovisión, apoyados abiertamente por nuestro archienemigo el gobierno de los Estados Unidos. Debería acercarse, como lo esta haciendo el Centro Miranda, a los venezolanos que sinceramente queremos que esta Revolución se consolide y progrese porque, de lo contrario, habremos perdido el ideal por el cual hemos luchado por más de medio siglo, por no hablar de perder la vida misma fusilados o desaparecidos por los posibles golpistas.
(*) Investigador nacional emérito.
FONACIT-PPI. Premio Nacional de Cultura mención Humanidades.
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