Desde el jardín

 
  Leyendo el libro “Desde el jardín” del escritor norteamericano Jerzy Kosinsky, recordé cada una de las escenas de la película del mismo nombre protagonizada magistralmente por el ya fallecido actor Peter Seller. Por supuesto, es de señalar que la película está inspirada en los argumentos y la narrativa expresada en el texto, pero no es la intención de este artículo profundizar en esa aclaratoria sino mas bien escudriñar en el mensaje real que contienen tanto las imágenes como los hechos, las letras, los personajes, los diálogos y los mensajes ocultos que salen en el lenguaje de los medios, de las instituciones y de los grupos de poder, que siempre terminan taladrando las realidades para perforarlas y retocarlas de apariencia.

 Basta insertar el mensaje profundo de la obra de Kosinsky en la realidad actual de las sociedades, los sistemas políticos, los Estados y la democracia para darnos cuenta que se siguen alterando los contextos para crear situaciones y condiciones que conlleven a circunstancias de entornos y escenarios maquillados, donde simula orden, estabilidad, tranquilidad y paz; mientras con el mantel constitucional e institucional se tapan  la corrupción, la desproporción, la ansiedad de poder de las elites económicas, políticas, eclesiásticas;  y hasta el hambre y la miseria de los pueblos se ocultan.

 Desde el jardín se pueden cultivar las más hermosas plantas que claven sus raíces en lo más profundo de la tierra y broten rosas rojas, pero también se pueden planificar los crímenes más horrendos contra el orden establecido, contra el Estado y la democracia.  Precisamente, eso fue lo que ocurrió en Honduras el pasado 28 de junio, cuando las Fuerzas Armadas, el Congreso y el Tribunal Supremo dieron un Golpe de Estado para adueñarse del poder y cambiar la realidad, que ahora el pueblo va entendiendo.

 Pudiera ser que este golpe seco se planificó desde el jardín de la Conferencia Episcopal hondureña, o desde jardín de las Fuerzas Armadas, del Congreso o del tribunal Supremo. Inclusive, pudiera decirse que hasta el jardín de la Casa Blanca en Estados Unidos luce sospechoso. Lo cierto es que desde algún jardín se planificó el golpe y desde allí salieron las tropas asesinas, tal vez bendecidas por el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga. Como diría el poeta Eduardo Brisset, ¡hay Dios mío si las plantas, las flores  y las hostias hablaran! los jardines servirían solo para adornar las verdaderas democracias y las misas serían de verdad para transmitir el  mensaje profundo de Dios, que no es otro que la justicia, el amor, la paz y la igualdad. Dios no quiere elites, ni falsos Cardenales que se arrodillen ante el poder de facto. Cristo no se arrodilló frente a los fariseos del Sanedrín, ni frente a Pilatos y Caifás.  

 No dejemos piedra sobre piedra y sigamos cultivando las semillas de la revolución para que clave sus raíces en el alma de nuestros pueblos y ver nacer la rosa roja de la verdadera transformación social, política, económica, religiosa y militar.  Desde el jardín miremos el escenario de lucha política. El enfrentamiento entre la derecha y la izquierda  es a muerte: o vencemos para vivir o nos derrotan para morir..  

Politólogo 

eduardojm51@yahoo.es    



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*Eduardo Marapacuto


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