Acababa de llegar Evo Morales a Cumaná, cargado de indignación por el reciente atentado en su contra y en contra del Vicepresidente Álvaro García Linera. Un hecho idéntico a los que se suelen dar aquí. La derecha poco antes de este atentado le habían colocado una bomba al cardenal Julio Terrazas (máximo jerarca católico en Bolivia); el procedimiento continuaba con los medios de comunicación, tanto de Bolivia como del mundo, que salieron a decir que lo del Cardenal era un atentado montado por Evo para tapar la acción contra Julio Terrazas.
Lo que debe quedar definitivamente claro es que son los medios poderosos los que animan, conducen y luego tratan de tapar con toda clase de inventos este tipo de terrorismo. Los medios son la maldición, la raíz y la esencia de todos estos crímenes en nuestros países. Y todavía no caemos en la cuenta, nos cuesta declarar que esas bazofias NO SON MEDIOS DE COMUNICACIÓN, y que por lo tanto no se les debe permitir ninguna clase de derecho para recoger información, participar en ruedas de prensa y meterse con sus cámaras y micrófonos en organismos oficiales.
Evo traía la mente encendida y el alma conmocionada, y dio unas declaraciones sobre la necesidad de que la ALBA reconociera los derechos humanos de los pueblos, y en verdad que esa propuesta apuntaba hacia los medios de comunicación, pero no se supo definir claramente en texto que recogió finalmente. En los apartados DIEZ y ONCE del Documento de los países de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) para la V Cumbre de las Américas de ese 17 de abril de 2009, firmada por los Jefes de Estado y de Gobierno de Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela, se colocan las siguientes sentencias que son extraordinarias y muy valiosas para lo que venimos sosteniendo:
“10) Los servicios básicos de educación, salud, agua, energía y telecomunicaciones tienen que ser declarados derechos humanos y no pueden ser objeto de negocio privado ni ser mercantilizados por la Organización Mundial del Comercio. Estos servicios son y deben ser esencialmente servicios públicos de acceso universal.“
11) Queremos un mundo donde todos los países, grandes y pequeños, tengamos los mismos derechos y donde no existan imperios. Abogamos por la no intervención. Fortalecer, como único canal legítimo para la discusión y análisis de las agendas bilaterales y multilaterales del Continente, la base del respeto mutuo entre los Estados y los gobiernos, bajo el principio de la no injerencia de un Estado sobre otro y la inviolabilidad de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.”
Qué bueno hubiese sido si el apartado DIEZ tomase esta forma: “Los servicios básicos de educación, salud, agua, energía, telecomunicaciones (medios informativos) tienen que ser declarados derechos humanos y no pueden ser objeto de negocio privado ni ser mercantilizados por la Organización Mundial del Comercio. Estos servicios son y deben ser esencialmente servicios públicos de acceso universal.”
Con esta declaratoria se le hubiese quitado a los medios privados el monopolio de la “información”, sin derecho a ir a ruedas de prensa y a recoger noticias para luego deformarlas a su gusto y convertirlas en elementos terroristas contra el pueblo, contra el Estado y contra la paz pública. De esta manera se está reforzando el hecho de la no intervención, “del respeto mutuo entre los Estados y los gobiernos bajo el principio de la no injerencia de un Estado sobre otro y la inviolabilidad de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.”
De este modo nunca más se aceptaba a Globovisión ni a sus pares como medios informativos, y que entonces sí, que queden con el derecho a inventar todo lo que les dé la gana. Ya no nos importa. Hubiese sido un gran paso. Lástima.
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