Verdades bien dichas

Radonsky asesorado por encuestólogos…

Los hijos de Bolívar dieron una nueva lección de fuerza, de unidad, de patriotismo y de soberanía al levantar su voz sin titubeos para confrontar al gobierno gringo. Venezuela se respeta, PDVSA se respeta gritó el pueblo venezolano a una sola voz. Pero no se trata sólo de un grito, los hijos e hijas de Bolívar estamos dispuestos a ejercer nuestro derecho soberano a la autodeterminación. A los gringos y a sus aliados les decimos: No se les ocurra meterse con Venezuela, porque cuando se trata de nuestra soberanía no hay imperio que nos detenga.

Algunos opositores pretendieron montarse en la cresta de ola y salieron a “rechazar” las sanciones de Estados Unidos contra PDVSA, pero enseguida se les vio el bojote. Capriles Radonsky, asesorado por  costosos “encuestólogos”, quiere emular a Chávez, habla de poder popular aún cuando ese concepto le produce nauseas, reclamó al imperio las sanciones pero inmediatamente envió un telegrama  pidiendo perdón, cita a las misiones sociales aún cuando desprecia a los médicos cubanos.  El mago del doble discurso cree que hemos olvidado su papel durante el paro petrolero que atentó contra la más importante empresa de nuestra industria nacional, lo que es lo mismo que atentar contra las misiones sociales y la economía del país. Radonsky quiere ser candidato a como dé lugar. El encuestólogo le dijo que Chávez sólo puede ser derrotado por otro Chávez. Por eso Radonsky quiere implantarse hasta la verruga. Claro el problema no es estético, el asunto es de formación, de compromiso, de ideología y de proyecto. En pocas palabras el asunto es de cerebro.

Reviviendo la OCI…

La Oficina Central de Información en tiempos de Jaime Lusinchi fue el sostén de una de las peores y más corruptas gestiones de gobierno de la IV República. El señor Carlos Croes presionó, chantajeó, amenazó,  acosó, persiguió y manipuló todo lo que pudo para mantener durante 5 años una gran mentira. Hay alcaldes que tienen su propia OCI. Mienten, chantajean, amenazan, compran espacios, suman centimetraje y manipulan a su antojo.

Lo bueno de todo esto es que la historia no perdona. En el caso de Lusinchi 5 años de mentira se desmoronaron en tiempo récord y de ser el más loado de los presidentes del puntofijismo, pasó a ser el más odiado, incluso más que CAP, el más gris, el más repugnante y no sólo por sus problemas con la bebida, sino por el daño que hizo a las instituciones del país donde él y su secretaria privada impusieron el irrespeto, la subordinación, el descrédito y las mafias. Cualquier parecido con la realidad vigente en Ciudad Bolívar es pura coincidencia, pero mejor que algunos pongan sus barbas en remojo.

Dice el sabio refranero popular que la mentira tiene piernas cortas, yo creo que tiene también futuro breve y acta de defunción prematura. La mentira no vive para llegar a vieja dice Sócrates. Y como estamos en una onda reflexiva con el objeto de sacudir nuestras conciencias, también es bueno citar un proverbio chino que advierte que la primera vez que nos engañan la culpa es del mentiroso, pero la segunda vez la responsabilidad es toda nuestra.

TVes 4 años después…

Hace 4 años un equipo pionero aceptó el reto, asumió sin temor el llamado de la Patria, respondió a una tarea crucial en un momento crucial. Lil Rodríguez, con toda su carga de valentía, sensibilidad, diversidad y humanismo fue encargada por el presidente Chávez de ser la primera presidenta de la televisora social precursora de nuestro país. Ella junto a un equipo del cual me enorgullece decir que formé parte, trabajó en un proyecto de Televisión Pública que quizá no fue entendido por muchos, pero que nos dejó el gusto del deber cumplido.

TVes nace en uno de los momentos más difíciles de la historia política de este país. Muchas mentiras se dijeron antes de su nacimiento y muchas más han surgido mientras el proyecto hace músculos y se desarrolla. Los dueños de la mentira en Venezuela se encargaron de cultivar falsedades para sembrar el odio, un odio que salpicó varias veces a periodistas, camarógrafos y otros trabajadores de la planta mientras cumplían su tarea. Eso no le importó a los autores intelectuales de estas matrices de opinión que buscaban defender lo indefendible, un canal al que se le había vencido una concesión y que se fue al foso por la soberbia característica, casi genética de sus dueños.

No una sino las veces que sean necesarias defiendo a TVes con sentido de pertenencia. No se transforman culturas en un día, ni en 4 años, pero aquel equipo y el que hoy está al frente de TVes, no escurren el bulto.  Apoyemos el proyecto de televisión, seamos críticos y autocríticos, pero seamos sobre manera leales. TVes es un proyecto nuestro, no lo dejemos solo ni sacrifiquemos su futuro en aras del rating, la envidia o el individualismo. Sin dudas es importante que a TVes la vea cada día mayor cantidad de venezolanos, pero me pregunto ¿qué hacemos para que eso sea así? ¿Le hemos dado a este proyecto de entretenimiento, recreación y servicio público el sitial que se merece? ¿Hemos dado el debate necesario?

TVes, así como VIVE y nuestra VTV, tienen mucho que mejorar, seguro que sí, y les pedimos que no desmayen, Venezuela necesita cambiar el menú. En la televisión privada de nuestro país hay mucho de la vieja escuela, muchos vicios por derrotar. La TV se ha convertido en caja de resonancia de los más violentos antivalores. El capitalismo tiene su mejor tribuna a través de las pantallas de televisión. La deformación cultural que ha padecido Venezuela y que aún hoy está visible, es, en buena medida, consecuencia de una programación televisiva banal, repetidora de lo estúpido, vitrina perfecta de la maldad, de la discriminación y del irrespeto.

Una verdad bien dicha para los mentirosos institucionalizados: “El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad”.  Aristóteles


natachainatti@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2324 veces.



Natacha Inatti


Visite el perfil de Natacha Inatti para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Natacha Inatti

Natacha Inatti

Más artículos de este autor