1- Las informaciones coinciden en que luego de esta primera fase de la ofensiva terrorista contra el gobierno bolivariano, está en marcha una segunda intentona. Personas con las que he comentado esta posibilidad, se resisten a creer que la insensatez de la oposición llegue a tal extremo. Consideran que el fracaso del “golpe guarimbero” significó la pérdida de la batalla en el seno de la opinión pública. Uno de los resultados fue el surgimiento de una brecha entre el liderazgo opositor y los vecinos de clase media acosados por la violencia. También la caída en picada de la popularidad del sector -reflejada en las encuestas- y, por si fuera poco, la agudización de sus contradicciones internas. ¿Cómo es posible que, ante semejante debacle, la oposición se disponga a repetir la aventura, demostrando con ello que no aprendió la lección? Esta es la pregunta que muchos se hacen cuando tienen conocimiento de los planes que existen.
2- Lo cierto es que la oposición los tiene elaborados para un segundo asalto. En lo personal no me sorprende. Su dirección es prisionera de un rígido formato del cual no se aparta. Que, fatalmente, repite a pesar de las advertencias que se le hacen. Lo mismo ocurrió el año 2002. Luego del fracaso del golpe del 11 de abril, en vez de replegarse, de analizar el desastre, de formular una severa autocrítica y tomar el rumbo democrático, optó por preparar otra intentona: extremó la violencia en la calle, apeló al terrorismo, colocó explosivos en sedes diplomáticas, urdió asesinatos para conmocionar al país, auspició el deplorable espectáculo de los militares alzados en plaza Altamira y terminó lanzándose a la aventura de la huelga general y el paro de la industria petrolera.
3- Ahora, después del desastre del guarimbeo, en vez de recoger el reguero de vidrios rotos, de reflexionar sobre los errores cometidos, atender el reclamo colectivo de diálogo y de asumir el llamado a la paz, los dirigentes de la oposición se disponen a dar otro salto al vacío. Quienes dentro del sector tienen una actitud sensata y condenan la irracionalidad de los ultras que le han puesto la mano a la conducción del movimiento, lo saben. También lo sabe el gobierno. Por ejemplo, el general Miguel Rodríguez Torres conoce a fondo lo que planean, no solo por ser ministro del Interior, sino porque maneja abundante información y domina, sin alardes, la materia de seguridad de Estado. Él anuncia que los promotores de la guarimba terrorista cuentan con la logística necesaria para pasar a una segunda fase del plan, cuyo objetivo sigue siendo el derrocamiento del presidente Maduro. Vale decir, terrorismo selectivo. Para tal fin cuentan con recursos económicos suficientes, equipos especiales, armamento apropiado, personal entrenado y conexiones nacionales e internacionales. A quienes piensan que se trata de simples especulaciones, de tramoya publicitaria para golpear a la oposición, conviene recordarles que cuando se denunció, a comienzo de año, la existencia del plan terrorista, desestabilizador, de la guarimba, dudaron de que fuera cierto. Con el tiempo, y ante la gravedad de los hechos, asesinatos, heridos, destrucción de bienes públicos y privados, se disiparon las dudas. Ahora el país está colocado en la misma línea del plan para acabar con el orden constitucional. Con un nuevo desarrollo, incluso más letal. Con manifestaciones impredecibles y consecuencias que se pierden de vista. Por consiguiente, no hay que echar en saco roto las alertas. Los mismos que lanzaron a Venezuela al abismo de la doble aventura hace doce años, el golpe del 11-A y, luego, el golpe contra la industria petrolera, --algo inconcebible--, están detrás de este intento post-guarimba. Tratarán de hacerlo porque nada les importa el país, su gente, las instituciones, la Constitución, y menos que corra sangre, como lo demostraron durante el guarimbazo.
4- ¿Qué hacer? Hay que ir más allá del simple repudio. No perder la noción de lo que está en marcha. No sucumbir al terror ni las provocaciones. Y, sobre todo, unir a los venezolanos contra los terroristas. Dialogar con todos los que repudian esa aberrante práctica política. Enfatizar en la búsqueda de la paz. Tener fe en que la mayoria consciente y sensata de los venezolanos se impondrá, como ya ocurrió doce años atrás.
Un caso entre tantos: el directivo de una empresa encuestadora -no es chavista-, pasa las de Caín cuando da el resultado. Hace poco se filtró el del último estudio, adverso a la oposición y favorable al gobierno. A partir de ese momento le han dicho de todo a través de las redes sociales y ha estado a punto de ser agredirlo en los restaurantes…
Las medidas adoptadas por el gobierno respecto al dólar, descalificadas por los sabiondos economistas y analistas de la oposición, empiezan a dar resultados favorables. El dólar paralelo aún no ha sido pulverizado, pero lo cierto es que bajó más de 30 puntos en poco tiempo. Con la tasa SICAD pasa igual. Si sigue la tendencia, la oposición tendrá que llamar a María (pero no a la Morales)…
Por cierto, es patético el abandono tanto de Leopoldo López -quien se debe lamentar todos los días por entregarse a la policía en vez de pasar a la clandestinidad, como lo hicieron líderes de AD y PCV cuando la dictadura de Pérez Jiménez, y los comunistas la IV-, y de María Corina Machado que perdió la curul sin pena ni gloria, ante la indiferencia -o cierto júbilo- de sus compañeros de bancada en la AN. ¿Por qué esa situación? Sencillo: por moverse dentro de un nido de alacranes…
¿Cuándo se conocerá la lista de los empresarios de maletín y los funcionarios que se forraron con dólares de Cadivi? No hay que darle largas al asunto. La gente está pendiente. No lo olvida. Hay que sentar un precedente…
El diálogo Gobierno/Oposición: éxito del país nacional, y logro de la tenacidad de Maduro.