El plan estratégico de desestabilización contra Venezuela tenía el fin principal de debilitar al Gobierno de presidente Obrero Nicolás Maduro Moro
Nada de lo ocurrido antes, durante y después de las elecciones presidenciales de Venezuela fue casual ni cayó del cielo. Todo estaba preparado a la perfección y fue un magnífico ejemplo de guerra electoral. ¿Sigue siendo posible la democracia soberana en tales
circunstancias?
Para entender lo que está ocurriendo en Venezuela en las últimas semanas hay que darse cuenta de dos cosas: una, que esas elecciones presidenciales tuvieron lugar en el «patio trasero» de Estados Unidos y dos, que el país sigue un rumbo histórico.
Todos los países de la región que han adoptado este rumbo izquierdista en los últimos 20 años se han enfrentado a intentos de desestabilización y cambio de régimen que iban desde golpes militares, batallas jurídicas y golpes institucionales , hasta intentos de revoluciones de colores .
Guerra híbrida
Venezuela no es una excepción, todo lo contrario. Venezuela está en la mira del Occidente, más que ningún otro país de la región por ser pionera en la construcción de un mundo multipolar en el que Occidente ya no puede afirmar su superioridad. Desde que Chávez fue elegido presidente en 1999, el imperio ha hecho todo lo posible por sabotear el avance histórico de la Revolución Bolivariana.
Hubo, entre otras cosas, dos golpes de Estado, un intento de asesinato del presidente, provocaciones militares a través de la ayuda al desarrollo, mortíferos Guarimbas bloqueos callejeros, un bloqueo por parte de los patrones del petróleo , aislamiento diplomático, acaparamiento de bienes esenciales para crear escasez, fuertes sanciones económicas, congelación de activos extranjeros e imposibilidad de realizar transacciones financieras.
Cuando pensamos en la guerra, inmediatamente pensamos en bombas y misiles. Pero en Venezuela, la guerra se libra de otra manera. Todas las agresiones enumeradas contra el país son ejemplos de lo que se denomina una guerra híbrida . Cada una de estas estrategias aplicadas fue trazada o financiada desde Estados Unidos.
Guion preciso
Nada de lo que ocurrió antes, durante y después de las elecciones fue casual ni cayó del cielo. Todo estaba bien pensado. De hecho, la oposición de extrema derecha había anunciado con antelación lo que estaba a punto de ocurrir .
Unas semanas antes de las elecciones el candidato de la oposición de extrema derecha Edmundo González había anunciado, al igual que Trump en Estados Unidos en 2020, que no aceptaría los resultados si perdía. En el pasado esto provocó disturbios y los infames cortes de carretera ("guarimbas") en Venezuela. Una vez más, estaba escrito en las estrellas que esto volvería a suceder.
Las maniobras de la oposición de extrema derecha siguieron un guion cuidadosamente preparado. Sus partes principales incluso fueron publicadas.
Paypal: https://www.paypal.me/... previamente por Mark Feierstein, experto en guerra psicológica y desinformación. Este hombre fue también una figura clave en la guerra sucia contra Nicaragua en la década de 1980 y en el golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo en Paraguay.
las sanciones han tenido un efecto devastador en la economía y las condiciones de vida. Han agotado a la población venezolana y parte de esta espera y desea que Washington cese su estrangulamiento económico cuando Maduro deje de ser presidente.
Democracia soberana
El conjunto de estos mecanismos es un poderoso manual estratégico. Dejan claro que a la derecha y a Washington no les interesan en absoluto la democracia ni unas elecciones justas. Solo buscan un cambio de régimen que vuelva a poner al país en línea con la oligarquía venezolana, Estados unidos y Occidente.
Este manual hace prácticamente imposible la celebración de elecciones soberanas y lleva casi inevitablemente a la violencia. Si estos mecanismos se aplicaran a las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, podría desencadenarse una guerra civil. El asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 fue un posible anticipo en ese sentido.
Cabe preguntarse hasta qué punto es útil convocar elecciones en tales circunstancias. En los países occidentales ya hay histeria sobre una posible influencia de Rusia en las elecciones. Pero, si la hubiera, sería nimio comparado con la injerencia y agresión masivas que tiene que soportar Venezuela.
Guerra mediática contra el proyecto bolivariano y Maduro. Los medios de comunicación en Venezuela siguen en gran medida en manos de poderosos grupos de capital alineados con Estados Unidos y virulentamente opuestos al gobierno de Soberano. Tanto en la prensa nacional como en la internacional se ha librado durante años una verdadera campaña de desprestigio contra el proyecto bolivariano. Se guarda un recatado silencio respecto a las aplastantes sanciones económicas y así se puede culpar al Gobierno de los problemas económicos.
¿Cómo puede un sistema político protegerse de tantas hostilidades externas e internas sin socavar su naturaleza democrática?
No es tarea fácil construir una ‘democracia soberana’.
Por el momento en Venezuela lo han conseguido gracias a la sólida expansión y movilización de las organizaciones populares. Pero eso no impide que la polarización en el país sea y siga siendo muy alta, y organizar elecciones en un contexto de guerra electoral es una empresa muy arriesgada.
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificó este jueves 22 de agosto la proclamada victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, sellando el respaldo institucional y la transparencia del Proceso Electoral de Venezuela
El proyecto bolivariano se enfrenta a retos muy grandes y necesita más que nunca nuestra solidaridad.