Fracasada en la monstruosa guerra mediática y aturdida ante las constantes derrotas políticas, la derechona venezolana ha recurrido a la Guerra de las Bocas como su última arma beligerante para derrocar al gobierno del presidente Hugo Chávez Frías y dar al traste con la revolución bolivariana.
En la aplicación de la Guerra de las Bocas, la derechona ha puesto en marcha la táctica y la estrategia del desabastecimiento. De tal modo, está disparando a quemarropa contra el estómago de millones de venezolanos, con la finalidad de provocar el estallido social de los jugos gástricos de quienes no encuentran los productos de primera necesidad en los repisas de las pequeñas bodegas ni en los anaqueles de los establecimientos de las grandes cadenas de supermercados.
El desabastecimiento ficticio no es nada nuevo en Venezuela, sino que es una vieja práctica que los empresarios y distribuidores de alimentos han venido aplicando desde la IV República. En la edición Nº 30 de la revista El Periodista, correspondiente a los meses julio-agosto de 1970, encontramos una prueba que demuestra la veracidad de nuestra afirmación.
En una nota publicada hace treinta y ocho años en la página 3 de la mencionada revista, encontramos la información siguiente: “El Ministerio de Fomento, a través de la Dirección de Comercio del despacho, ha pedido autorización a los jueces para proceder a allanar aquellos establecimientos comerciales, cuyos propietarios (mayoristas), aprovechándose de las circunstancias de cambio de políticas, que generalmente confunde un poco al público, están intentando no vender leche de 26 por ciento de grasa”.
Más adelante señala la misma nota de prensa: “Por otra parte, Min-Fomento asegura que se están fiscalizando las plantas industriales, productoras de leche en polvo con 26 por ciento de contenido graso, pudiéndose comprobar que varias de ellas están distribuyendo el producto (leche en polvo con 26 por ciento de contendido graso) directamente a los detallistas en los mercado populares, a fin de evitar la escasez de leche”.
Finalmente se expresa: “Asimismo, se ratifica que todo el personal de fiscalización del Min-Fomento está dedicado, en este momento, a la vigilancia en Caracas y el interior del país del problema del desabastecimiento de leche en polvo, pese a que existen otras actividades que también competen al Ministerio, y que son de vital importancia. No obstante, se ha cedido prioridad al problema lechero, porque la ministro Haydée Castillo de López considera que el desabastecimiento de un artículo de primera necesidad precede a cualquier otro problema que pudiera tener el Ministerio de Fomento”. Causar la escasez de la leche es una vieja arma utilizada por los empresarios inescrupulosos.
Como hemos podido ver, la primera gestión de gobierno de Rafael Caldera también fue golpeada, rolo a rolo y tolete a tolete, por los manipuladores del desabastecimiento en nuestro país. Parecido problema de escasez de productos, también hubo en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Pero entre aquellos problemas de desabastecimiento creados por los grandes empresarios a los gobiernos cuartos republicanos y el que se produce actualmente, existen marcadas y profundas diferencias que debemos resaltar.
En la IV Republica, el desabastecimiento era un elemento de presión dirigido a provocar exorbitantes aumentos de precios de los productos que desaparecían de bodegas, abastos y supermercados. Alcanzado el objetivo económico, los grandes y pequeños comerciantes hacían aparecer milagrosamente los productos, como si hubieran sido sacados de la chistera-anaquel de Mandrake El Mago.
Para los estrategas de hoy, además de perseguir el aumento de precios de los productos, el desabastecimiento tiene un manifiesto trasfondo político: generar un golpe de Estado. Por lo tanto, están muy lejos de la visión objetiva del problema quienes creen que la solución de la escasez de productos se resuelve simplemente con tratar de practicar el Tai Chi Chuan o de armonizar con la derechona empresarial a través del feng shui.
Mientras tanto, la derechona golpista de Fedecámaras está apaleando duro al aplicar la estrategia del pensador chino Sun Tzu y poner en marcha el marketing político de la Guerra de las Bocas. La nueva filosofía de la modernizada táctica guarimbera-golpista de la derechona está dirigida a mostrar vacíos los estantes de los abastos, mercados, supermercados y hasta provocar la escasez en los anaqueles de Mercal.
El objetivo es aporrear de manera severa, sin clemencia, el estómago de antichavistas y chavistas, para golpear con hambre a todos por igual y tratar de provocar un estallido social que derroque al gobierno del presidente Chávez.
Ya revelaba sin tapujos este objetivo el economista de la derechona venezolana Pedro Palma. Durante su reciente exposición en el foro Perspectivas Económicas 2008, organizado por la Cámara Venezolano-Americana de Comercio e Industria (Venamcham), Palma afirmó: “No estamos cerca de un estallido, todavía no hay espacio, pero para qué seguir metiéndole a una olla de presión, que por fuera no se le ve nada pero sabemos que por dentro puede estallar".
En tal sentido, para precipitar el añorado estallido, la derechona empresarial está aplicando al pie de la letra la estrategia recomendada por Sun Tzu en su conocido libro El Arte de la Guerra.
“La estrategia última consiste en someter al ejército enemigo sin trabar combate. Apoderarse de ciudades sin sitiarlas. Derrotar sus fuerzas sin espadas manchadas de sangre”. Ya decíamos que la derechona golpista ya no habla de calentar la calle o de marchar a Miraflores. Pues, cambió radicalmente su táctica por lograr calentar el estómago a los chavistas que no logran entender por qué, por ejemplo, en el caso del desabastecimiento de la leche, no aplica lo que el gobierno de Caldera exigía al Poder Judicial de la IV República.
“El Ministerio de Fomento, a través de la Dirección de Comercio del despacho, ha pedido autorización a los jueces para proceder a allanar aquellos establecimientos comerciales, cuyos propietarios (mayoristas), aprovechándose de las circunstancias de cambio de políticas, que generalmente confunde un poco al público, están intentando no vender leche de 26 por ciento de grasa”.
De no tomarse medidas duras para frenar la Guerra de las Bocas, la derechona venezolana seguirá aprovechando lo recomendado por el pensador chino Sun Tzu: “Tu meta debe ser tomar todo lo que hay bajo el cielo. De este modo tus tropas no se agotarán y tu victoria será total. Es el verdadero arte de la estrategia ofensiva”.
Esperamos que ese mismo pueblo que derrotó a la derechona en el campo de la guerra mediática y en la conflagración política, logre vencer la Guerra de las Bocas que se adelanta con el desabastecimiento.
Pero para logar imponerse nuevamente sobre la derechona golpista, el pueblo debe contar con el apoyo irrestricto del gobierno. ¡Pero que sea ya!
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