Oísteis que fue dicho: ¡No volverán!; sin embargo, volvieron

La pela que acaba de recibir el proceso revolucionario ha sido de antología. Y cuando hablamos de pela nos referimos a los estragos que en la psique del militante del PSUV ha producido estos resultados electorales.

Sí, es verdad, ganamos la Asamblea Nacional; pero, a veces ganando, también se pierde.

Las expectativas que al electorado PSUVista le creó el propio Presidente del Partido, el comandante presidente fue, que de no ganar la mayoría calificada, prácticamente el proceso revolucionario se vendría abajo. Esta predicción, casi que apocalíptica, la repitió Hugo Chávez hasta la saciedad y eso caló; y caló no sólo en el electorado “oficialista” sino también en el “opositor” y cada quien por su lado, le dio su lectura: pérdida para el oficialismo era estar por debajo de 110 curules y ganancia para la oposición el hecho que el oficialismo no alcanzara su meta. Esa es la verdad que nos transmitieron, duélale a quien le duela.

Pero además de eso, se suma el hecho de los números de votos que se emitieron, en donde de una ventaja histórica tradicional en términos absolutos de más de 2 millones de sufragantes a favor del proceso, ahora resulta que la brecha se acortó a la pírrica diferencia de 100 mil votos; hecho este que el comandante banaliza y da como una victoria estar 100 mil votos por encima de la oposición, pero que todos sabemos, como lo dijo él mismo en ocasión de la derrota cuando la Reforma a la Constitución: “Es una pírrica diferencia de mierda”.

Entonces, ¿qué ganamos? ¿Qué celebramos?

¿Acaso celebramos que la oposición está ahora a escasos 100 mil votos de los rojos cuando antes eran dos millones la diferencia?

¿Acaso celebramos que el muerto (AD) no estaba muerto sino de parranda?

¿Acaso celebramos que dentro de la MUD, AD obtuvo 22 curules en la Asamblea Nacional, que de roja rojita esta Asamblea pasa a ser ahora rosada rosadita? Porque si recordamos la escala de combinación de colores primarios, secundarios, terciarios y cuaternarios, todos sabemos que Rojo más Blanco resulta en rosado.

¿Y el Zulia? ¿Y Anzoátegui?

¡Ay mi hermano, que dolor!!!.

En mi estado, el Zulia, de donde somos oriundos y orgullosos de serlo; por eso nos llaman regionalistas, la paliza fue también de antología, pero elevada a la enésima potencia.

El Zulia, que pudo haber sido bastión del proceso revolucionario, conoció de traiciones por parte de la dirigencia política roja y de olvido por parte del gobierno central; y eso, como ha quedado evidenciado, no lo perdona el Zuliano.

Traiciones, porque no se puede olvidar que acá, en el estado Zulia, desde 1996; es decir, dos años antes de la llegada por votación popular mayoritaria a la Presidencia de la República del comandante Presidente, teníamos al frente del Ejecutivo Regional a uno de los cuatro comandantes de la asonada militar del 4 de febrero; que a pesar que no atendió el llamado de Hugo Chávez a no participar en esas elecciones para gobernadores durante la segunda mitad del mandato de Rafael Caldera, lo hizo y se coronó como gobernador de la entidad respaldado, en aquella oportunidad, por lo que se dio en denominar por parte de los Calderistas: El chiripero.

No obstante, Francisco Arias Cárdenas, tentado por la ambición de poder, en lugar de optar por la reelección en 2000 cuando le correspondía, para un período adicional de cuatro años más al frente de la Gobernación del estado Zulia, prefirió dar el primer salto de talanquera que se conoció en tiempos de revolución bolivariana; es decir, fue el pionero en esa “práctica traidora” que hasta nuestros días se mantiene en las filas rojas; tal el caso de Henri Falcón,  y decide disputarle a su hermano; a su amigo, Hugo Chávez, la opción presidencial durante aquel famoso evento de relegitimación de poderes convocado por el mismo comandante presidente posterior a la promulgación de la Constitución (La Bicha) de la República Bolivariana de Venezuela; quedando de esta manera la entidad zuliana, huérfana de liderazgo bolivariano y fue el momento que aprovechó, el filósofo del Zulia, que venía de cumplir una gestión relativamente exitosa como Alcalde de Maracaibo, electo  al igual que Francisco Arias Cárdenas en esas elecciones de 1996, para hacerse de la primera magistratura regional y desde entonces comenzó a rodar el proceso revolucionario en la región zuliana.

Pero además de traiciones, como ya lo indicamos, la región zuliana; la zulianidad, ha conocido también de “olvido presidencial”.

Cada vez que el comandante presidente venía a la región traía una carga de promesas para el estado; promesas como: la represa del Diluvio, inconclusa; el mamotreto vial llamado Metro de Maracaibo, vergüenza regional, que tanto caos urbanístico y vial ha generado en la ciudad; así como también, quiebra y ruina de comercios establecidos, inconcluso también.

¿Alguien recuerda la primera piedra a la vía alterna al puente sobre el lago, llamado puente “Cacique Nigale”, que hasta prometió llevaría un trayecto “sub acuático” y un tranvía? Eso también fue palabra muerta; palabra que se quedó en eso: en una primera piedra que hasta la naturaleza ya debe haber bio-degradado. Mientras tanto, la zulianidad veía con indignación, impotencia  y hasta frustración, como al estado Bolívar le construían su segundo puente y comenzaban a construir el tercero, dando muestras el comandante Presidente, de preferencias locales olvidando que para el Zulia, específicamente para la parte norte del estado, la vía alterna al puente sobre el lago, junto con el puerto aguas afueras del Lago, llamado Puerto Venezuela, en pleno Mar Caribe, promesa también incumplida, es de importancia capital para el desarrollo de este estado.

Por estas razones y otras cuantas más como: la inseguridad que azota a esta región; secuestros, extorciones y el maltrato adicional durante siete meses de racionamiento eléctrico; racionamiento tan duro que se le aplicó a esta región tan cálida, en tanto que a Caracas; a la “Gran Caracas”, dando muestra el gobierno nacional de ese perverso centralismo, nadie la tocó, fue que la zulianidad; ese pueblo zuliano, sumando y sumando, pasó factura; una dura factura que ahora tendrá que asumir el proceso revolucionario.

Por todo eso y otras cuantas más, es la razón del porqué ¡VOLVIERON!!!! y ojalá no sea para quedarse.

¡El que tenga oídos, que oiga!

(*) Dr.
Médico

elieceralvarado@hotmail.com


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Eliécer Alvarado (*)

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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