Algunos dirigentes del PSUV, incluso periodistas como Maryclens Sterlin, creyendo que con eso beneficiarían al presidente Maduro, califican la convocatoria a la constituyente convocada por el primer magisdtrado, como "una gran jugada". Sin embargo, según nuestra modesta opinión calificar de esa manera este proceso, es lo mismo que calificarla de una gran maniobra; lo que, como se comprenderá, no le hace ningún favor al Presidente. Y no se lo hace, porque "jugada", en este caso, es sinónimo de "maniobra", y maniobra evoca algo impregnado de mucha astucia, o sea, algo que se hace empleando todo tipo de triquiñuelas con las perversa finalidad de obtener algunos resultados dolosos, o por lo menos, no muy limpios desde el punto de vista ético. Y no creo que esa haya sido la intención del Presidente.
SEGÚN ME LO CONTARON, TE LO CUENTO.
Se había formado una larga fila de personas frente al cajero del B.O.D, ubicado en el centro comercial "El Varillal", en el sector del mismo nombre, en Maracaibo. Esperaban, con un estoicismo espartano, que lo funcionarios del banco dotaran de dinero el aparato para efectuar sus retiros. En esa penosa situación habían permanecido ya varias horas con infructuosos resultados. Hasta que finalmente, y en vista de que llegaron a la conclusión de que seguir esperando sería inútil, algunos de esas víctimas bancarias optaron por retirarse. Tal vez lo hicieron porque no se imaginaron lo que poco después de su partida sucedería, ya que de haberlo sabido hasta hubieran pagado para presenciarlo.
Pero como decía, algunas personas se retiraron, pero no todas. Un grupo bastante numeroso se quedó, esperando tal vez que al dueño del banco, o al que hiciera sus veces, se le ablandara el corazón y les devolviera, aunque fuera en parte, su dinero. Entre los clientes del banco que se habían quedado estaba una señora que, por haber trabajado en esa entidad bancaria, conocía a muchos de sus empleados y las funciones que desempeñaban dentro de la misma. Por eso, al ver aparecer a un tipo gordo, les dijo a sus compañeros de infortunios: "menos mal, ya vamos a empezar a cobrar". "Y usted, ¿cómo lo sabe"? Le preguntó otro, sin poder disimular su entusiasmo. "Porque ese tipo que se está bajando de aquella camioneta es el que le mete lo riales al cajero".
Ante este comentario de la señora, otro personaje de la cola, dirigiéndose al recién llegado, que se encaminaba a las oficinas del banco, le preguntó: ""oiga, amigo, díganos si por fin va a haber dinero o no?". Y el interpelado, al tiempo que abría la puerta del establecimiento para ingresar a su interior, le respondió un tanto malhumorado, que no había dinero y que lo mejor que podían hacer era irse para su casa y esperar a que se les avisara.
Asombrados los presentes por aquella impertinente respuesta, decidieron quedarse hasta que los atendieran de una manera más formal, y les explicaran qué era lo que estaba sucediendo. porque ellos no estaban allí pidiendo nada sino reclamando lo que les pertenecía. Así permanecieron un rato más, sacándole la madre al dueño del banco y a toda su parentela. Y cuando ya se disponían a marcharse, observaron salir del banco al mismo gordiflón, pero esta vez cargando dos pesadas bolsas plásticas, que sigilosamente trataba de introducir en la camioneta.
Como obedeciendo una orden enérgicamente impartida, todo el grupo se abalanzó sobre el atribulado sujeto con la intención de arrebatarle las bolsas. Ni qué decir tiene que se formó un descomunal safarrancho, pues algunos lograron ponerles las manos a las bolsas y empezaron a tirar para que el tipo las soltara. Y mientras unos tiraban para un lado y el otro tiraba para otro, se formó un tumulto cuya gritería llamó la atención de una patrulla de la policía que casualmente pasaba por el lugar.
"Haber, ¿qué pasa aquí, ah?" –preguntó el que parecía ser el jefe de los uniformados, una vez que se hiciera presente en el propio lugar de los acontecimientos-. "Casi nada, que este carajo nos quiere robar nuestro dinero" –contestó alguien poseído de una gran indignación-. Y, sin tomar resuello, agregó: "ahí lo lleva, en esas bolsas, regístrela para que se dé cuenta.". Entonces, el policía, ante aquella acusación tan segura e inapelable, no le quedó más que ordenarle enérgicamente al implicado que abriera las bolsas. El sujeto obedeció y con manos temblorosas las abrió. Y ante una sonora exclamación de asombro de los presentes, aparecieron una gran cantidad de fajos los fajos de billetes nuevos.
Lo demás es fácil deducirlo, pues comprobado el delito y sorprendido in fraganti el delincuente, el policía le ordenó a éste que se metiera en la patrulla. Y después de agarrar las bolsas y meterlas en el maletero, se puso al frente del volante y se marchó. ¿Hacia dónde? No es difícil suponerlo. Para terminar, debo aclarar que este hecho ocurrió, según me dijeron, hace aproximadamente como un mes.
NOTA:
1) En torno de la bestial especulación que está desollando vivos a los consumidores, considero un deber expresar nuestra modesta y humilde opinión en el sentido de que el sistema acordado de precios tampoco va a dar los resultados esperados. Y eso, por dos razones incontrovertibles:
La primera de ellas es que el empresariado no acepta, por razones de principios –ellos también tienen los suyos- que nadie que no sea el mercado fije los precios de sus productos. No negamos que se puedan llegar a cuerdos con ellos sobre esta materia. Pero serían acuerdos cuyo fiel cumplimiento no estarían garantizados. Porque a la primera oportunidad que se presente, estos señores lo estarían violando expresa o subrepticiamente. Lo segundo es ¿qué se va a hacer con los pequeños y medianos comercios, con estos santos niños de Atoche, que al contrario de lo que cree Mario Silva son lo que más destripan al comprador? Allí, en esos comercios impera el más completo y absoluto libre albedrío. ¿Cómo hacer para dominar y acorralar a esta bestia de la especulación? ¿Cómo cortarle la cabeza a esta hidra de cien mil cabezas, como hizo Jasón con la de la Cólquida. Y lo que se piensa hacer debe hacerse ya, porque ya la gente está pensando que el gobierno está de brazos cruzados frente a un monstruo que, como el Minotauro, la está devorando viva.
-
Y apropósito de los hechos violentos protagonizado por el gobierno español en Cataluña, donde se reprimió con una ferocidad bestial una manifestación pacífica del pueblo de esa región, ¿qué dice Macrón, que de manera tan reiterada y servilista con los EE.UU. ha venido acusando al gobierno venezolano de violar los derechos humanos? No puede guardar silencio ante un hecho tan relevante como ese, o decir que no estaba enterado de lo que sucedía en el vecino país. Y no puede decirlo, porque estuvo tan cerca de la brutal represión, que hasta fue salpicado por la sangre de quienes estaban siendo masacrado por el gobierno ladrón y homicida de su colega Rajoy.
-
En la reunión con los líderes regionales que se acaba de realizar, Arias Cárdenas afirmó que en Maracaibo había dificultades con el agua, lo cual no deja de extrañar por lo siguiente: como dos o tres meses después de haberse encargado la nueva administración de Hidrolago, el ministro del ramo anunció que a partir de ese momento el suministro del vital líquido se iba a suministrar conforme al esquema de 36X36 horas, ese decir, 36 horas con agua y 36 sin ella. Y en efecto, ese suministro se empezó a efectuar más o menos, con algunas horas de diferencia, conforme al régimen anunciado. Así estuvieron las cosas por varios meses, hasta que de repente, sin que hubiera ninguna causa que lo justificara, el suministro del agua empezó a fallar y a comportarse como en sus peores días.
¿A qué se ha debido esta alarmante situación? Por falta de agua no es, porque los embalses están repletos y no ha dejado de llover. ¿A averías? , tampoco, porque en el supuesto de que se hayan producido, de todos modos han tenido suficiente tiempo para repararla. ¿A la incapacidad de los equipos para bombear suficientemente el HO2?, Esto no es creíble, porque de ser esta la causa real de la tragedia, el ministro no hubiera hecho el anuncio que hizo. ¿Y entonces? Lo cierto del caso es que en relación con este problemas existen suficientes motivos para una investigación.
LOS CLAPS, SI SE DISTRIBUYERAN POR LOS MENOS CADA QUINC DIAS, SERÍAN POR LO PRONTO UNA BUENA ALTERNATIVA. AGUA, AGUA, AGUA PARA MARACAIBO ES EL CLAMOR GENERAL EN ETA CIUDAD.