Maracaibo y su vía crucis

Con motivo de los ataques cibernéticos que recientemente los Estados Unidos, en macabra e inmoral combinación con la oposición terrorista venezolana, perpetrara contra el sistema eléctrico nacional, faltó el agua durante tres días en la gran Caracas. Y se armó el escándalo del siglo. Todo el mundo en la región capital no hacía otra cosa que hablar sino del problema. Entre esas personas que se mostraron muy locuaces en relación con al falta del líquido, estuvo la ministra de agua. Lo último que le escuché decir a esta señora fue lo que mencionó en unas declaraciones suministradas al noticiero meridiano de VTV. En esa oportunidad, la mencionada ministra dijo que se había pasado todo el día yendo de aquí para allá y de allá para acá; en fin, que no había parado un momento en todo el santo día, pues se la había pasado visitado todos los embalases para lograr que el servicio se restableciera lo más pronto posible.

En contraste, aquí en Maracaibo tenemos no días, ni semanas, sino meses… ¿leyeron bien?, meses enteros sin el vital líquido y, a pesar de eso, nadie se ha dado por enterado. Y menos la ciudadana ministra, porque que yo sepa, jamás esta funcionaria se ha referido a un problema tan grave como este, que mantiene sumido en la desesperación y la angustia a los preteridos y olvidados habitantes de esta ciudad. La situación es tan grave, que después de cuatro o cuatro meses y medio sin una gota de agua, llegó por fin un chisguete. Pero fue tan poco el tiempo que duró, que penas permitió llenar un embase de 150 litros, o sea, unos 15 ó 20 minutos, y esto, como dije, después de meses enteros sin agua. De eso hace ya como un mes, y no se le ha vuelto a ver la húmeda cara a este elusivo elemento.

Y a propósito de este problema, ayer escuché por el canal del estado al gobernador Omar Prieto, diciendo que se estaba enviando agua por tubería. ¿Hacia dónde la estarán enviando, señor gobernador? No lo sabemos. Lo que si sabemos es que para la Urb. Urdaneta, o mejor dicho, para el sector Sabaneta y para muchas otras zonas de la ciudad no ha sido. Aquí, señor gobernador, por si no está enterado, no hay agua desde hace mucho pero mucho tiempo, tanto, que las llaves se están oxidando por la falta de uso.

¿Por qué Omar Prieto trata de presentarle al Presidente una realidad virtual que nada tiene que ver con la realidad real? Porque esa es la misión de lo felicitadores. Esta misión consiste en procurar mantener contenta a las altas autoridades así el mundo se esté viniendo abajo. De allí que siempre tratan de hacerles creer a esas autoridades que no hay problemas y que todo el mundo anda de los más feliz y contento, aunque la verdad sea todo lo contrario. De manera, que no le crea a estos aduladores, señor Presidente. Porque Maracaibo está, como desde hace mucho tiempo, cuajado de graves problemas y dificultades. Tan graves son estos problemas, que mantienen a la gente en un estado de ánimo verdaderamente irritado, y usted sabe que la soga siempre se revienta por lo más delgado, y lo más delgado en este caso es el gobierno nacional. Y no les falta razón a la gente andar así, porque lo que se está viviendo en los actuales momento en esta ciudad es como para volverse loco, o por lo menos, para desesperar hasta al más flemático e indiferente de los seres.

Porque como ya dijimos, desde hace ya mucho tiempo no hay agua. Y no porque eso ocurra por primera vez en la tierra del sol amada. Porque si por algo se ha caracterizado siempre esta ciudad es por la carencia crítica de este líquido, carencia que se agudizó, dicho sea de paso, con los gobiernos de la cuarta. Sin embargo, nunca llegó a los extremos a que ha llegado ahora. Pero además de eso, se están produciendo diariamente apagones que, por muy programados que sean, no dejan de provocarles a las personas los mismos perjuicios y dificultades que los provocados por el terrorismo de la oposición. Incluso, se están produciendo cuando todavía las personas aún no se han recuperado del tremendo trauma psíquico sufrido a raíz del mega sabotaje contra el sistema eléctrico. Pero no sólo eso, porque en relación con el problema eléctrico, se están produciendo también a cada rato unas violentas caídas y subidas de tensión, que mantienen alarmada a la población, porque eventos como estos son los que dañan los equipos hogareños y electrónicos, como computadoras, neveras, celulares, bombillos, etc. Es tan preocupante la situación creada por este problema, porque hay que ver lo que significa para la gente, incluso de la clase media, perder en estos momentos de grandes dificultades económicas, una nevera, una computadora, un celular a causa de esta situación. Y perderse, no por culpa del terrorismo opositor, sino por el de Corpoelec.

Pero aparte de los mencionados, existen otros problemas que están golpeando despiadadamente a la población. Como es, entre otros, la carencia por casi dos años del servicio telefónico en sectores como Sabaneta y otros lugares de la ciudad. Aquí los malandros de la oposición se robaron los cables de la CANTEV y todavía es fecha, dos años, repito, que la empresa no los ha restituido, por lo que densos sectores de la población permanecen incomunicados. Por otra parte, el transporte continúa siendo un verdadero desastre, tal como los adecos lo dejaron. La situación en este sector es tan deprimente, que la gente se está transportando en camiones de estacas y en otros vehículos nada apropiados para estos menesteres. Y eso, porque con el Zulia no se ha mantenido la misma situación de privilegio que se observa en relación con el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, quien, valga decirlo, sale más que los muertos. A este gobernador no hace mucho el gobierno nacional le donó unos 35 ó 40 buses del tipo yutong, lo que debía hacerse con otros estados o no hacerse con ninguno. ¿Tendrá en esto algo que ver el apellido?

Y como si todo lo anterior fuera poco, las amas de casa, que antes para hacer las compras caminaban sólo una o dos cuadras para adquirir los alimentos, ahora para comprar un plátano tiene que caminar kilómetros en busca de un abasto o tienda que se encuentre abierto. Eso se debe a que desde el día del sabotaje mencionado, la mayoría de las tiendas y abastos, por temor al saqueo, han permanecido cerrados. Pero si lo dicho pareciera colmar las dificultades que una ciudad pudiera sufrir en un momento determinado y que más allá de las mencionadas no pudiera sufrir más, sin embargo, en este caso lamentablemente no es así, porque la trágica situación, el cuadro de terror que hemos venido describiendo no está de ninguna manera completo. Ya que si a lo anterior se le añade los apuros y tribulaciones que pasan las desesperadas madres para mantener limpia la ropa de la familia y, particularmente la d de sus hijos y, de manera especial, los uniformes escolares de aquellos, entonces se tendrá un cuadro tan dantesco, que no dejaría de impresionar hasta al mismo autor de la Divina Comedia. De allí, que ante la situación como la descrita, no es difícil imaginar el estado de ánimo en el que se encuentran las víctimas de este desastre. Un estado de ánimo que ha hecho que la gente haya convertido al gobierno en el blanco de sus iras y dicterios. Cosa que es fácil constatar con sólo incorporarse en cualquiera de las colas que se forman en la ciudad.

He perdido la cuenta de los días que tengo sin bañarme. Sólo sé que son unos cuantos, porque ya me están ardiendo los sobacos. Cuántos habrá tenido Omar Prieto sin asearse? Hasta los alumnos y maestros están dejando de ir al colegio porque los sanitarios de esos planteles como los de las casas de familias están repletos de una conocida y desagradable sustancia fétida.

El jueves 21 Corpoelec nos dejó nueve horas sin luz. Desde la una del mediodía hasta las cinco de la tarde. Y después, desde la nueve de la noche hasta las dos de la madrugada del día siguiente.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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