No existe referencia informativa alguna que lo certifique, que en alguno de los dos portaviones chinos el Shandong CV-17 y el Liaoning, sus marineros y cuerpo de oficiales, se hayan contagiados y enfermados de Covid-19. No podemos decir lo mismo de los portaviones de EEUU. Finalizando marzo, se hizo público que el portavión nuclear USS Theodore Roosevelt presentaba casos de marineros contagiados de Covid-19. Para entonces, se hablaba de 70 casos. Iniciando abril, el capitán Brett Crozier del USS Roosevelt, realiza llamados desesperados a sus superiores para que los marineros enfermos sean llevados a tierra para recibir atención médica. «Desembarcar a la mayoría del personal de un portaaviones nuclear estadounidense desplegado, y aislarlos durante dos semanas, puede parecer una medida exagerada. Pero es un riesgo necesario. Mantener a más de 4.000 hombres y mujeres jóvenes a bordo del buque es un riesgo innecesario», señalaba el capitán Crozier en comunicación que dirigía a sus superiores. Su llamado, no recibió respuesta hasta que el diario The San Francisco Chronique hiciera público los llamados del capitán y lograra que el secretario de la Armada de EEUU, Thomas Modly, contactara las autoridades de la isla de Guam y se admitieran unos pocos soldados en hospitales que no contaban con suficientes camas para atender los enfermos. En abril 13, el Pentágono, revela que uno de los marineros enfermos, cuya cifra ya se elevaba a 600, había fallecido. Días antes, el capitán Crozier, fue despedido por el Departamento de Defensa, alegando que creó: «un pánico innecesario» al hacer pública la situación por la que atravesaba la tripulación del portaviones. La pregunta generalizada era: ¿cómo se contagia una tripulación navegando en alta mar y sin contacto con tierra firme? Acaso será que: ¿Covid-19 persigue las tropas estadounidenses a dónde vayan? Preguntas sin respuesta, hasta tanto, no pueda la humanidad acceder a los documentos desclasificados de estos tiempos de pandemia.
Como hecho curioso, merece destacar, el hecho cierto, que desde la aparición de Covid-19, éste se ha hecho acompañar de las tropas de EEUU, tal cual se tratara del narcotráfico. Se han convertido, en una dupla que se acompañan mutuamente, vayan donde vayan. Este 2020, la OTAN, tenía planificado realizar sobre territorio europeo, los ejercicios «Defender Europe 2020», proyectados para los meses de abril-julio de este año. Participarían, aproximadamente, 37 mil efectivos militares y una importante cantidad de equipos como tanques, vehículos y demás blindados, lo que obligó al gobierno de los EEUU a realizar una avanzada de sus tropas, estimadas en 20 mil efectivos, 13 mil equipos de combate, tanques y vehículos blindados. Alrededor de 12 convoyes militares, recorrerían Europa, durante la noche por las principales vías terrestres. Tengamos presente, que para el momento de la llegada de las tropas estadounidenses a Europa; ya en China, Covid-19, iniciaba su despliegue. Recuérdese, que el 31 de diciembre de 2019, varios casos de neumonía son reportados por China a la Organización Mundial de la Salud (OMS), procedentes de la región de Wuhan, al este de China. Tan solo, una semana después, el virus ya tenía nombre y pasó a llamarse Covid-19. China, pasó de 44 casos a 30 mil en tan solo 20 días y totalizaron 35 mil enfermos en el mes de enero, con 3 mil fallecidos. De hecho, las tropas de EEUU, cuando arriban a Europa, lo hacen sin tomar medidas de bioseguridad alguna.
El 31 enero de 2020, el reino de España confirma y hace público, el primer caso de contagio por Covid-19. Al igual que España, Italia y el Reino Unido, detectaron sus primeros casos en el mes de enero. Austria, vecina de Italia, detecta la llegada de Covid-19, a finales de febrero. A mediados de febrero, Italia, comenzaba a registrar importante número de casos, en especial, en la región de Lombardía, 300 enfermos. Francia, contaba entonces, con 4 fallecidos y un poco más de 200 enfermos. El mundo, apenas llegaba a los 97.722 enfermos y 3.155 fallecidos, en tan solo 7 países. China, era el epicentro de la pandemia con 80.151 casos y 2.943 fallecidos. Después aparecían, Corea del Sur con 5.186 casos y 28 fallecidos, Italia con 2.502 casos y 79 fallecidos, Irán con 2.336 casos y 77 fallecidos, y Japón con 268 casos y 12 fallecidos. A finales de febrero, los EEUU, declaraban su primer fallecido por Covid-19. Un tuit de Donald Trump, da para pensar y reflexionar: «El año pasado 37 000 estadounidenses murieron por gripe común. Es un promedio de 27 000 y 70 000 por año. Nada se apaga, la vida y la economía siguen. En este momento hay 546 casos confirmados de coronavirus, con 22 muertes. ¡Piensen en ello!» Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 9, 2020. Días después, menospreciando la letalidad del virus, señalaba: «El coronavirus muere con el calor».
El 11 de marzo, la OMS, declara a través de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, a Covid-19 como Pandemia. Se han confirmado para entonces, 118 mil casos en 114 países y 4.291 fallecidos. Aparte de China, la mayoría de los casos detectados se ubicaban en Italia, Irán y Corea del Sur. Entre los países europeos, destacaban Francia, España y Alemania, que registraban cientos de enfermos. Con esa tendencia, el Mando Europeo de EEUU, EUCOM, toma la decisión y la anuncia, vía tuiter: «A partir del 13 de marzo todo movimiento de personal y equipo de EE.UU. a Europa ha cesado», alegando que la salud y seguridad de sus efectivos, es su principal preocupación. En el comunicado de la EUCOM, informan que para entonces, habían desplegado en Europa, alrededor de 6 mil efectivos y 9 mil vehículos y piezas de equipamiento militar, que estaban recorriendo toda Europa, sin observar norma de bioseguridad alguna. Con la salida de las tropas de EEUU, se inicia el ciclo de expansión de la pandemia de manera exponencial, hasta ubicar a Italia, España, el Reino Unido y Alemania, en el umbral del liderazgo de enfermos y fallecidos por Covid-19, en epicentros de la pandemia global.
¿Casualidad o causalidad? Mayo 24, la Embajada de EEUU, en su virreinato de la pequeña Colombia, anuncia la próxima llegada de una brigada de Asistencia de Fuerza de Seguridad, SFAB, quien según: «viene para ayudar a Colombia en su lucha contra el narcotráfico». Denuncia el senador, Antonio Sanguino, de la Alianza Verde: «Han llegado 800 gringos sin que pasen por aprobación en el Senado de la República, como lo ordena el artículo 173 de la Constitución Nacional, violando el principio de la integridad territorial y de la soberanía nacional». En Venezuela, para entonces, ocurría un hecho que todavía está en etapa de investigación, precisamente, el 24 de mayo, se hacía público un importante brote de Covid-19, en el Mercado de las Pulgas de la ciudad de Maracaibo, muy dependiente del comercio con poblaciones colombianas fronterizas, en lo referido a la adquisición de mercancías para su venta en Maracaibo. Al día de hoy, en tan solo 19 días, que han transcurrido desde de la detección de dicho brote de coronavirus, se han enfermado 121 compatriotas y fallecidos 07. Fallecimientos, que han llamado la atención de las autoridades sanitarias por lo agresivo como se ha comportado el virus, nada que ver con brotes aparecidos en otras regiones del país. Lo que ha obligado, al Gobierno Constitucional del Presidente Maduro, a tomar medidas excepcionales, muy duras, para frenar la expansión del brote, al resto de la ciudad. A la par que se investiga, el origen de la cepa de ese coronavirus y sus características. Al respecto, enfatizaba, Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información: «Provoca muchos más síntomas de los que aparecen en otros países y, además, genera una mortalidad mayor. Estamos muy pendientes, hemos hecho un abordaje integral».
Importante precisar, que la brigada de Asistencia de Fuerza de Seguridad, SFAB, presente en la pequeña Colombia, proviene desde Siria, en donde tuvieron la misión de crear la llamada Fuerza de Seguridad Fronteriza, entrenando combatientes que no tenían otro fin sino promover la separación de regiones a las que –inicialmente- les asegurarían su seguridad territorial para luego, en un segundo paso, reclamarles su separación del país, objeto de la agresión imperialista. En 2018, las SFAB estadounidenses, estuvieron trabajando en Siria, entrenando y apoyando la creación del llamado «Nuevo Ejército sirio del norte», respaldado por la coalición encabezada por EEUU. Una vez, que el Ejército Sirio, con apoyo de la aviación rusa, pudo derrotar las fuerzas paramilitares -entrenadas por las SFAB- el llamado Estado Islámico, EEUU, anunció su retirada del territorio sirio, en octubre de 2019. La excusa, para el traslado de estas fuerzas especiales a determinado territorio sigue siendo la misma, para enmascarar sus turbios objetivos ocultos: «asesorar y asistir», decían en Siria; pese a que el gobierno legítimo de Bashar al Assab, negaba haber solicitado cualquier tipo de cooperación al gobierno imperial. En un comunicado de la Embajada de EEUU, en Colombia, señalan, sobre el carácter de la misión de las SFAB: «asesorar y ayudar operaciones en naciones aliadas…». Alertamos, al Gobierno Bolivariano de los planes separatistas u otros de carácter desestabilizador, que pretenderán impulsar las SFAB, desde territorio colonial vecino.
La historia del Covid-19 y las fuerzas militares, se han entrelazado tanto que casi pudiéramos afirmar que su origen como virus de laboratorio, bien podría estar en el propio territorio de EEUU. Opiniones, surgidas en China, ubican el origen del despliegue del Covid-19 en los Juegos Mundiales Militares, que se celebraron del 18 al 27 de octubre de 2019, en Wuhan. Allí, participaron 9.603 deportistas militares, procedentes de 104 países. Para el momento de la salida del virus, Donald Trump, perdía la guerra comercial contra China, y necesitaba algún elemento que le permitiese desviar la atención de la opinión pública estadounidense. EEUU, participó con 172 atletas militares. La polémica, se deriva después que un periodista estadounidense, George Webb, afirmara que un atleta militar estadounidense, Maatje Benassi, quien estuvo en Wuhan en la fecha para la competencia de ciclismo en los Juegos Mundiales Militares, podría haber sido el paciente cero de COVID -19. Asimismo, Webb, ubicó en el laboratorio Fort Detrick, el sitio donde se creó Covid-19, el principal centro de producción de armas biológicas del planeta, que forma parte del Comando Médico del Ejército de los EEUU. Ante el emplazamiento Chino, al gobierno de EEUU, para compartir la información que tenía al respecto, y poder combatir la pandemia con mayor eficacia, la Administración Trump, se ha limitado a evadir el tema, y agredir a quienes solicitan su colaboración, limitando su respuesta a que Covid-19 es un producto made in China, sin sólidos argumentos que sustenten su afirmación. No sería la primera vez, que el Departamento de Defensa de los EEUU, utiliza como ratas blancas de laboratorio a sus propios soldados. En la «Operación Whitecoat», ejecutada entre 1954 y 1973, se utilizaron 2 mil 300 soldados que fueron infectados con la fiebre Q o fiebre amarilla, todo quedó documentado en el libro: «Anthras: The investigation of a Deadly Outbreak», del escritor Jeanne Guillemin, en 1999.
Post Scriptum: Determinar el origen de Covid-19, presenta importantes retos por superar a quienes intenten develar ese misterio. Donald Trump, cada vez que le indagan sobre esa materia se irrita y se torna más agresivo. Recientemente, el Secretario Pompeo, el mismo que fuera director de la CIA y en un foro del pasado 15 de abril, en la Universidad de Texas, declaró sin ruborizarse: «Yo era el director de la CIA. Mentimos, engañamos y robamos. Teníamos hasta cursos de entrenamiento». Refiriéndose al tema del posible origen del Covid-19, declaró a inicios de mayo: «Hay una cantidad significativa de pruebas de que esto vino desde ese laboratorio en Wuhan », declaró al programa This Week, de la cadena ABC. ¿Quién se arriesga a creerle?