Mario Briceño-Iragorry, gran escritor venezolano, escribía a mediados del siglo XX sobre un tema que para nada pasa, no de moda, sino de vigencia, como es el calificativo pitiyanki: “Cuando yo he usado la palabra como determinativo de quienes irreflexivamente puedan servir al imperialismo sin mirar los perjuicios que su conducta ligera acarrea al país, lo he hecho en orden a advertir el riesgo de que nuestra nación se pueda convertir en pueblo de resignados yanquicitos…”
Vale la pena retomarlo en el marco de las elecciones internas en la MUD, y lo que fue la conmemoración de los 20 años de la rebelión militar que alzó el pensamiento de Bolívar como inspiración que, al día de hoy, se hace verbo y carne en nuestro proceso revolucionario, tanto por las políticas implementadas, como por la legitimidad que ha llenado la conciencia de las mayorías de este país para darle sentido a sus esperanzas.
¿Qué enfrentaron los jóvenes militares de aquel febrero del 92?
¿Que enfrentó la nación entera cuando la “coordinadora democrática” atacó al gobierno del presidente Chávez de la forma en que lo hizo en el 2002-2003, inclusive el 2004?
¿Qué enfrentan los patriotas (vale decir los que quieren a su patria, en los hechos) ante los preparativos “electorales” de la mesa de la “unidad democrática”?
Como sistema político: fue y es contra la democracia representativa y el bipartidismo con un solo tipo de programa de gobierno neocolonial que despolitiza al ciudadano.
Como sistema económico: fue y es contra la disolución de la soberanía ante un modelo neoliberal que liberaliza los derechos sociales conquistados y desestatiza los sectores controlados en beneficio público, colocando la balanza a favor de los intereses privados-empresariales (no particulares-populares).
La promoción de programas como estos, hasta por las vías más inocentes, hace tener presente el calificativo pitiyanki en un momento en que las divisiones sociales por intereses contradictorios, se consagran en ciertos momentos como parte aguas.
Estar claros en el fondo de la propuesta de la Unidad de la derecha, es tener claros que no se tiene que decir yes sir para saber que el idioma y/o sistema (cultural, económico, político y militar) que promueve el futuro candidato opositor es el mismo que en el norte se encuentra en crisis desde el 2008.
En estos momento en que se ha hecho más evidente la corrupción de los gobiernos pro-empresarios y anti-trabajadores, bipartidismos decadentes, en fin, el entreguismo de quienes dirigen esos países es el programa de la unidad democrático-burguesa-antinacional de Venezuela.
Por eso y por más, en octubre, los que quieran patria, la vía que puede garantizar más soberanía, democracia, participación e inclusión es una sola.
Por las Misión 7 de Octubre con Chávez
Patria o muerte… viviremos y venceremos
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