Mario Vargas Llosa: otro áulico ciego de odio contra Chávez

Darle importancia a Vargas Llosa no suma méritos, ni recompensa al SXXI en nada, más bien lo expolia con una terquedad que esconde atributos de otros seres que le han dado un roce de sentido a los olvidados y a los oprimidos un consuelo: para no seguir viviendo como explotados que han sido toda la vida a respirar y, a querer y expresar admiración por los grandes personajes que se han ocupado de ellos con el sólo interés de que despierten, y afronten sus vidas dignamente en paz, como seres humanos a que tienen derecho.

Entre ellos tenemos: en primera fila a un batallador espontáneo por los pobres, como lo fue, Hugo Chávez Frías, quien surgió en un agónico momento de nuestra Historia y, a quien Vargas Llosa, trata de vilipendiar mediante un artículo recientemente escrito en, El País de España, bajo el título: “ La muerte del caudillo”, donde éste pone de manifiesto su baja postura de hombre “premiado” que corrió con la suerte de ser un nobel de literatura que hasta el presente no ha dejado de ser su talón de Aquiles por su pobre actuación pública como político fracasado que no le ha permitido refrendar nada nuevo de valor intercional y, más bien se ha capacitado intelectualmente como hombre de bajos instintos al voleo con una mediocridad sin parangón que le cubre el rostro a su perversidad de complicidad neoliberal que no oculta y que se vanagloria viéndose en el actual espejo de España a la que se acogió como un pusilánime que desprecio el Sur de su existencia.

Y el cobardón de Vargas Llosa cuando injuria lo hace con un regocijo de gorila yanqui que maquilla realidades a su antojo en la jungla de sus frivolidades de placer capitalista que le dan una arrogancia de “escritor chismoso” maniatado y ensartado inmoralmente al imperio del que debe sacar jugosos dividendos económicos como cobrador comprometido en tergiversar el buen desarrollo de los países que andan fuera del patio trasero de otras naciones y de aquél en particular que, se aprovechan del subdesarrollo e incultura política en que el socialismo comienza a levantarse como una arma de justicia social que trastoca la penetración capitalista y las miles formas de expoliar sus riquezas. Y, que él deshonestamente se presta a convalidar con calumnias y epítetos tormentos de desinformación que ya casi nadie en nuestro Continente le cree.

Vergüenza da que un personaje como, Mario Vargas Llosa, que se haya ganado o no: con legitimidad fecunda de su conciencia un atisbo de responsabilidad filosófica literaria se sirva vender -grosso modo- para vomitar y escandalizar con maldades ficticias la condición humana a injuriar, refritas de atrocidades perversas que van en detrimento de líderes regionales que como Fidel y, el presidente Chávez le han dedicado por años parte de sus vidas a servirle a sus pueblos y, que jamás le plació la línea de conducta de él (Vargas Llosa) y, éste los convierte en caudillos como una afrenta a su persona y a la convivencia de sus emociones. Y, ese medio –El País de España- como pasquín español en que lo han convertido se preste continuamente a fomentar con mentiras a vilipendiar y a freír conciencias que no le son afines a los dueños de ese pasquín que como pasquín europeo, donde escriben entre otros, además, de Vargas Llosa, un conjunto de tarados, tarifados, energúmenos y obtusos que pervierten el idioma español y lo contaminan de putrefacción maligna que acerca la racionalidad española a la colonia de sus vivencias con una vileza que no da tregua a la armonía y al entendimiento que los convierte quizás en un edén de dinosaurios.

Veamos parte de lo que, Vargas Llosa, expresa en su artículo sobre el caudillo Chávez.

Piedra de Toque. No hay que dejarse impresionar demasiado por las muchedumbres llorosas que velan los restos de Hugo Chávez. Los caudillos no dejan herederos y lo que ocurrirá a partir de ahora en Venezuela es totalmente incierto. (Además de mentiroso es un iluminado ultraconservador que peca de adivino).

El comandante Hugo Chávez Frías pertenecía a la robusta tradición de los caudillos… (Quizás quiso decir, caudillos Latinoamericanos como todos los que gobiernan en la región que no sucede en Europa).

Su popularidad suele ser enorme, irracional, pero también efímera, y el balance de su gestión infaliblemente catastrófica. (Es decir, que Venezuela se asemeja a España, a Italia, a Grecia, a Portugal, etc, como Estados catastróficos, pero con la diferencia que no somos neoliberales sino socialistas).

Nadie, entre la gente de su entorno, y desde luego en ningún caso Nicolás Maduro, el discreto apparatchik al que designó su sucesor, está en condiciones de aglutinar y mantener unida a esa coalición de facciones, individuos e intereses encontrados que representan el chavismo, ni de mantener el entusiasmo y la fe que el difunto comandante despertaba con su torrencial energía entre las masas de Venezuela. (Ya se ve por donde vienen lo tiros desde España y para ello apeló a un término coloquial ruso que se refiere a un funcionario a tiempo completo del Partido Comunista o de la administración soviética que es más elegante que haberlo llamado chofer de autobús-¡guácala!).

Pero una cosa sí es segura: ese híbrido ideológico que Hugo Chávez maquinó, llamado la revolución bolivariana o el socialismo del siglo XXI comenzó ya a descomponerse y desaparecerá más pronto o más tarde, derrotado por la realidad concreta, la de una Venezuela, el país potencialmente más rico del mundo, al que las políticas del caudillo dejan empobrecido, fracturado y enconado, con la inflación, la criminalidad y la corrupción más altas del continente, un déficit fiscal que araña el 18% del PIB y las instituciones —las empresas públicas, la justicia, la prensa, el poder electoral, las fuerzas armadas— semidestruidas por el autoritarismo, la intimidación y la obsecuencia. (Que bruto, copió textualmente lo que le pasaron PJ o, de la MUD y, no razonó como mediocre economista americano. ¿Será que España está mejor que Venezuela en la escala social-económica-cultural de: empleo, justicia social, deserción, hambre, miseria, migración y con un futuro en el aire bien lejos?).

El híbrido del socialismo del siglo XXI ya comenzó a descomponerse y terminará por desaparecer. (Yo te aviso y sí eso es así, porqué perdió su líder, Capriles Radonski, con el caudillo Chávez y, ahora va a perder con Maduro si es que se lanza, esperemos).

La muerte de Chávez, además, pone un signo de interrogación sobre esa política de intervencionismo en el resto del continente latinoamericano al que, en un sueño megalómano característico de los caudillos, el comandante difunto se proponía volver socialista y bolivariano a golpes de chequera. ¿Seguirá ese fantástico dispendio de los petrodólares venezolanos que han hecho sobrevivir a Cuba con los cien mil barriles diarios que Chávez poco menos que regalaba a su mentor e ídolo Fidel Castro? ¿Y los subsidios y/o compras de deuda a 19 países, incluidos sus vasallos ideológicos como el boliviano Evo Morales, el nicaragüense Daniel Ortega, a las FARC colombianas y a los innumerables partidos, grupos y grupúsculos que a lo largo y ancho de América Latina pugnan por imponer la revolución marxista? El pueblo venezolano parecía aceptar este fantástico despilfarro contagiado por el optimismo de su caudillo; pero dudo que ni el más fanático de los chavistas crea ahora que Nicolás Maduro pueda llegar a ser el próximo Simón Bolívar. Ese sueño y sus subproductos, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que integran Bolivia, Cuba, Ecuador, Dominica, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda, bajo la dirección de Venezuela, son ya cadáveres insepultos. (Este cínico alguna vez es su exquisita vida se habrá preguntado:¿ cuánto gasta su país de los sueños, los EEUU, en guerras fratricidas, en compra de conciencias, en corruptelas desestabilizadoras, en terrorismo, drogas, en financiar Ong entre ellas, la HRW que él alaba como organización objetiva y respetable en otro párrafo de su asqueroso y falaz artículo? Y, los despilfarros eran en la IV-R en que la oligarquía depredadora atracaba al Estado en sus miles formas y, jamás este pueblo aceptará volver atrás. Chávez fue un entregado seguidor de las ideas bolivarianas y, Maduro como sucesor de Chávez, hará lo mismo).

Finalizo dándole respuesta a su último párrafo.

Cuando el impacto emocional de su muerte se atenúe, la gran tarea de la alianza opositora que preside Henrique Capriles está en persuadir a ese pueblo de que la democracia futura de Venezuela se habrá sacudido de esas taras que la hundieron, y habrá aprovechado la lección para depurarse de los tráficos mercantilistas, el rentismo, los privilegios y los derroches que la debilitaron y volvieron tan impopular. Y que la democracia del futuro acabará con los abusos del poder, restableciendo la legalidad, restaurando la independencia del Poder Judicial que el chavismo aniquiló, acabando con esa burocracia política elefantiásica que ha llevado a la ruina a las empresas públicas, creando un clima estimulante para la creación de la riqueza en el que los empresarios y las empresas puedan trabajar y los inversores invertir, de modo que regresen a Venezuela los capitales que huyeron y la libertad vuelva a ser el santo y seña de la vida política, social y cultural del país del que hace dos siglos salieron tantos miles de hombres a derramar su sangre por la independencia de América Latina.(No es fácil decirle a Vargas Llosa que quien sufre de taras es él que, irremediablemente, morirán de desidia a priori si es que no se la tragan la transfusión del olvido y ojala que viva lo suficiente para que vea y observe que el pueblo de Venezuela es especial como extraordinario en lo largo de su Historia y, más ahora que tenemos Patria y, la remembranza del comandante presidente Chávez por su pueblo será eterno y en lo adelante vendrán colecciones de libros que lo atraparán en toda su dimensión que Venezuela lo tendrá para siempre embalsamado a su obra y a su socialismo y la cooperación entre nuestros pueblos va a seguir tal cual él la practicó y, recuerde usted –Vargas Llosa- que como Venezuela no hay dos y Chávez será eterno con las banderas del socialismo recubriendo la paz de esta gran Nación y, eso te duele, verdad que sí.


estebanrrojas@gmail.com


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Esteban Rojas


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