La República Bolivariana de Venezuela nació de un proceso libre y abierto de discusión democrática como jamás se había producido en el país hasta ese momento. El pueblo de Venezuela, en plena facultad de sus derechos, aprobó el texto constitucional que definía su propio rumbo político, económico, social y cultural.
Pero en los aciagos días de abril de 2002, Pedro Carmona, el entonces presidente de Fedecámaras y máximo representante de las corporaciones más grandes del país, secuestró estas garantías constitucionales, y además de cambiarle el nombre a Venezuela de un plumazo y profanar la memoria de Bolívar, decidió acabar con las instituciones democráticas del país, concentrar todos los poderes públicos y autojuramentarse como presidente-dictador en un acto aberrante y bochornoso donde personalidades de la alta alcurnia criolla aplaudían frenéticamente cada nuevo decreto que apuñaleaba por la espalda la voluntad democrática del pueblo y el legado histórico de nuestros libertadores.
Esta cultura autoritaria de la élite empresarial venezolana que durante el régimen puntofijista se acostumbró a hacer lo que le daba la gana con Venezuela y sus instituciones, es hoy encarnada devotamente por el Súmate de Maria Corina Machado, fiel representante de esta élite que no podía dejar de faltar a su cita en Miraflores aquellos días de abril en solidaridad con su colega de la Junta Directiva de Sivensa, corporación de su padre y primera beneficiaria del proceso de privatización neoliberal.
Súmate se define a sí misma como una ONG de la "sociedad civil", aunque todos en Venezuela saben que esto no es mas que un infausto disfraz donde se esconde la estructura golpista montada por Washington para intervenir de manera directa en los asuntos del país. Sus miembros aseguran que no es un partido político "porque no aspira a posiciones de poder ni a cargos públicos." (García Mora en El Nacional, 21 de Mayo de 2006 y Machado en CBC, 16 de Enero de 2006) Sin embargo, un partido político, como bien lo define el intelectual Jacques Cadart (BNC, ua: 22 de Junio de 2004), "es un grupo organizado de ciudadanos constituido para defender y hacer triunfar sus opiniones y sus intereses," definición que le cuadra a Súmate como anillo al dedo por su empeño en acabar con el proceso revolucionario bolivariano y asegurar que el país vuelva al carril neoliberal que tanto ha beneficiado a sus miembros, familiares y a la clase económica oligarca a la que pertenecen, así como a las transnacionales y centros de poder internacional que hoy la sustentan.
Desmontar la estructura del Estado-Nación y transformarlo en una suerte de neofascismo donde el poder se concentre en la mano de banqueros, inversionistas y empresarios, es la misión que tuvo Pedro Carmona en abril de 2002 y el objetivo central de Súmate, que hoy toma el testigo del breve dictador y se yergue como "suprapartido" opositor que no solo secuestra la discusión política antichavista, sino que de manera dictatorial impone su ideología ultraderechista a todo el conglomerado opositor por medio de la línea golpista-abstencionista que diseñó la Casa Blanca y el Pentágono para Venezuela.
No obstante, la usurpación de la oposición por parte de Súmate y sus patrocinadores en Washington tendrá irremediablemente el mismo desenlace fatal que acabó con las pretensiones golpistas de los medios privados que se aprestaban a tomar el poder por medio del dictador Carmona. Como sucedió en aquella oportunidad, el pueblo de Venezuela se levantará por encima de las pretensiones neocorporativistas de Súmate, re-elegirá a Hugo Chávez Frías como Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela y defenderá su soberanía ante el imperio y sus cipayos con dignidad y fortaleza revolucionaria.