Nos sentimos muy orgullosos y bien representados cada vez que el Presidente Hugo Chávez Frías sale al exterior en nombre de Venezuela ¡Esa es la verdad! Chávez, no sólo enarbola y ondea la bandera de la dignidad de nuestro pueblo, sino la dignidad y el derecho a la vida que todos los pueblos oprimidos y esperanzados del mundo tienen. La pobreza y la miseria no tienen nacionalidad. Como no tienen fronteras quienes planifican y ejecutan sus tropelías en el mundo, a nombre del capital, la propiedad privada, el neoliberalismo y la globalización. Nuevamente, comenzamos a sentir y a estar conscientes que, la dignidad de los pueblos y de los líderes verdaderamente identificados con sus aspiraciones y esperanzas: ¡Se respetan y exigen respeto! Chávez alertó en la ONU , y lo compartimos plenamente, que: "debemos entender que hay problemas que ya no tienen solución nacional: ni una nube radioactiva, ni los precios mundiales, ni una pandemia, ni el calentamiento del planeta o el agujero de la capa de ozono, son problemas nacionales…
Ahora más que nunca necesitamos un nuevo orden internacional" Por eso, es evidente que no habrá éxito sustentable en las revoluciones nacionales como la nuestra, sin que, paralelamente, se logre realizar la necesaria revolución en otros países. Definitivamente, el carácter de la revolución de hoy es mundial. Para decirlo con palabras de moda: hay que globalizar la revolución ¡Esa es la verdad! Así le duela a Mr. Danger y a sus secuaces. No podemos continuar callados, tragándonos tantas mentiras, humillaciones e injusticias y aceptar que sólo nos llamen para pedirnos disculpas y decirnos "hakunamatata", como si todo estuviera resuelto ¡No, hermanos y hermanas! Llegó el momento de que los pobres del mundo, y quienes los representan, se hagan sentir en todo el planeta, para demandar no sólo a los Estados Unidos y a sus aliados, sino incluso a la OPEP y a las transnacionales, tanto o más que a la ONU , que estamos obligados a resolver "por las buenas" los graves problemas que agobian a la mayoría de la humanidad y que ponen en peligro la sobrevivencia de nuestra especie. De lo contrario, tendremos que hacerlo "por las malas". Porque como bien lo dijo el Presidente norteamericano, John Fizgerald Kennedy, en el proyecto Apocalipsis: "Los que imposibilitan la revolución pacífica, hacen inevitable la revolución violenta”.
Ahora bien: Si el mayor consumidor de petróleo es Estados Unidos ¿Por qué la OPEP , así se disparen los precios, no baja sustancialmente la producción petrolera y nos obligamos a racionalizar y hacer más eficiente el consumo energético? Ya lo dijo Chávez: "Para el 2020 la demanda diaria de petróleo será de 120 millones de barriles, con lo cual, incluso sin tener en cuenta futuros crecimientos, se consumirían las reservas petroleras en 20 años, una cifra similar a todo el petróleo que ha gastado la humanidad hasta el momento, lo cual significaría, inevitablemente, un aumento en las emisiones de dióxido de carbono que, como se sabe, incrementa la temperatura de nuestro planeta. Katrina ha sido un doloroso ejemplo de las consecuencias que puede traer al hombre ignorar estas realidades" La verdad es que todos somos corresponsables de lo que ocurre y pueda ocurrir en el planeta. Buena parte de la responsabilidad de los pueblos y gobiernos oprimidos del mundo, es que han validado con su silencio y su conformismo lo que los poderes mundiales han decidido. Por eso, nos sentimos orgullosos y complacidos de que el Presidente Chávez desenmascare, constantemente, la farsa de quienes temen lo que ya es inevitable: La rebelión y la revolución de las masas hambrientas y empobrecidas del mundo, incluso la de la propia naturaleza, que se ven amenazadas por modelos destructivos e insostenibles de desarrollo. Emulemos pues, la rebeldía y el compromiso de Hugo Chávez y abracemos la verdad, para ser dignos de un futuro mejor para la humanidad.
Prof. Jubilado de LUZ
hugomoyer@hotmail.com