Enseñen a sus hijos, lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra."
Cacique Noah Seattle
Estoy muy triste… Y molesto también. ¡Mucho! Me encabr…, me da arrr…, me saca la piedra; la necedad de tanto ignorante de a pie y de tanto seudo-líder loco, que no terminan de admitir los peligros del Efecto Invernadero, ni lo correlacionan con los devastadores efectos del Cambio Climático. A pesar de las advertencias del Club de Roma, desde hace 40 años; de la Conferencia de Río en 1992, y de las dos docenas de Conferencias Mundiales realizadas anualmente, cuya 24ª versión se celebró el mes pasado en Katowice (Polonia). Ni siquiera porque los 400 expertos mundiales del IPCC han clamado por decisiones sensatas, diciendo que en 10 o 12 años más, el daño será IRREVERSIBLE hacia la auto-destrucción de nuestra especie. Si la temperatura promedio del planeta, sube un grado y medio (1.5º C); su "fiebre" exterminará toda forma de vida humana. Ya van 1.2ºC… ¡Y creciendo aceleradamente!
Hace 15 años (mayo de 2004), escribimos nuestro artículo "La Bestia Parda", utilizando la connotación bíblica de un animal mitológico que personifica el mal y concentra en su ser todo lo negativo y todas las desgracias; el cual es descrito como un monstruo aborrecible, con figura de dragón de siete cabezas y diez cuernos, que ruge como mil fieras y está lleno de crueldad. Esta semana lo he visto nuevamente en los llanos venezolanos y de verdad, me aterrorizó: Son eriales cuarteados por el sol, con grietas que parecen abismos y lo que fueron hermosos pastizales; comienzan a ser leguas de costra seca amenazando con mostrar pronto, carapachos de huesos cubiertos por cueros secos. Carapachos que estarán totalmente blancos, cuando las hormigas pulan el trabajo de los zamuros y conviertan cada hueso, en la huella de un infeliz que no encontró a tiempo la protección de la sombra, ni el frescor del agua.
Los pastizales están secos, los arbustos son chamizales de yesca, los grandes árboles están perdiendo sus hojas (como si ahora el Trópico estuviese en otoño); y en el horizonte, el verdor de la serranía se está convirtiendo en un amarillo que pronto será pardo, propenso a que manos criminales lo conviertan en humo y nos vistan de luto, en un país tan amenazado por la sequía, como por el bloqueo yanqui y su Guerra de IV Generación. Pero eso no está ocurriendo sólo en Venezuela: el lago Aral en Rusia, el Rio Colorado en los EEUU y la famosa laguna que servía de referente en Santiago de Chile. Según titula el portal de noticias chileno 24 horas "Desolador panorama en la laguna de Aculeo: Se secó por completo" (https://www.24horas.cl/nacional/ desolador-panorama-en-la-laguna-de-aculeo-se-seco-por-completo--2707321 Consult: 29-ene-2019) y allí el periodista nos reporta:
Impactante panorama se puede ver durante estos días en el lugar donde se encuentra la reconocida laguna de Aculeo, uno de los principales atractivos turísticos de la Región Metropolitana y referente nacional en la práctica de deportes náuticos.
Tal como da cuenta un reportaje de El Mercurio y registros compartidos por internautas en redes sociales, el tradicional embalse se encuentra vacío por completo. Se trata de una superficie de 12 kilómetros cuadrados donde, en vez de agua, hoy se puede apreciar una planicie seca resquebrajada (…)
"Es primera vez que ocurre en dos mil años", sostiene el hidrólogo y académico de la Facultad de Ciencias Forestales de las Universidad de Chile, Pablo García, en conversación con el citado medio.
La vida y la muerte caminan juntas frente a todos los seres y son las circunstancias las que determinan cuál de ellas prevalecerá. Pero... ¿Quién elige y determina las circunstancias? En el viejo artículo decíamos:
Hemos expoliado la Madre Tierra hasta casi matarla. Hemos exprimido sus entrañas, haciendo muy poco por ella (si es que alguna vez lo hemos hecho).
Vivimos de ella y en virtud de ella, mas, nunca para ella… hemos sido egoístas. Pero todo tiene su precio y estamos llegando al límite donde se oye la primera trompeta.
En este caso, como de costumbre, también el imperio está implicado. Desde que Bill Clinton se negó a firmar el Protocolo de Kioto, los demás presidentes de los Estados Unidos (Obama y Trump), se han mantenido reacios a ratificar cualquier convenio internacional que los obligue a "frenar su desarrollo" (léase carrera armamentista, expolio colonial y contaminación masiva). Denunciaron Kioto y están evadiendo el Paris Accord, instrumento con el que 200 países del mundo intentan controlar los GEI (gases de Efecto Invernadero). Así como sabemos que ellos mataron a Chávez, y demolieron las torres gemelas para justificar su intervención militar en Asia; sospechamos que su aparato militar-industrial tuvo que ver con el terremoto de Haití, mediante el uso de la Red HAARP y también sospechamos de ellos, como culpables de afectar el "río aéreo" que los vientos Alisios empujan por la Zona de Convergencia Inter-tropical, trayendo el vapor de agua que transpira la enorme biomasa amazónica, arrastrándolo y regando con copiosas lluvias al Eje Norte Llanero, para convertirlo en Granero de Venezuela.
La apocalíptica bestia satánica que está pintando con todas las tonalidades del color pardo, lo que antes fue un verde pensil; ha sacado de nuevo sus garras, ahora con mayor fiereza, atacando despiadadamente a toda la flora y fauna nacionales y junto con ellas, a la posibilidad de que los campesinos venezolanos enfrentemos de manera autónoma, la amenaza de hambruna planteada por el bloqueo económico. Esa bestia pone en peligro al desarrollo endógeno y a la capacidad venezolana de producir comida. Pero… el Arco Minero del Orinoco (AMO) es un autogol, que también les conviene a los gringos y a la oposición apátrida. ¡Párenlo por favor! No le conviene a la RBV y no queremos que nuestro gobierno, cumpla el mismo rol del lacayo fascista Bolsonaro.
Cualquier inversión en minería que se haga con las limitaciones actuales, debe ir dirigida a PDVSA, porque las instalaciones petroleras ya están construidas y aumentar, tanto la capacidad instalada, como la eficiencia del sistema; tiene un costo marginal, con una mínima afectación adicional sobre el ambiente. Ojalá que pudiera decirse lo mismo del AMO, pero lamentablemente NO ES ASÍ y en nuestra modesta opinión, es peor el remedio que la enfermedad… a menos que queramos jugar el juego del Hegemón y del capitalismo. No existe tal cosa como minería ecológica a cielo abierto y menos, hecha por el enemigo. Entonces: ¡Alerta! …Cuidado con los zarpazos de la Bestia Parda.
*Caficultor bolivariano, campesino con postgrado, eco-ciudadano y autonombrado contralor social nacional, en concordancia con el Artº 326 de la CRBV.
caficultor.sudaca@gmail.com