Que el virus de la pandemia del coronavirus fue creado en laboratorios norteamericanos, a estas alturas es más que sabido, no constituye, hoy por hoy, ninguna novedad: llevado a China por soldados norteamericanos a los que se les inoculó la bacteria, y se produjo la explosión viral en la ciudad China de Wuhan, y el contagio masivo de centenares de ciudadanos, hasta que la ciencia de ese país logró controlar en lo fundamental la pandemia. Pero después, inesperadamente, se extendió por todos los países de Europa: España, Italia, Inglaterra, Portugal… hasta que los Estados Unidos del Norte se convirtieron en el primer país en el mundo con más casos de contagios y de muertes, por la extrema irresponsabilidad de su presidente, igual a como ocurre en Brasil, compitiendo lamentablemente en muertes con los Estados Unidos, Gracias a la insensibilidad, estupidez y crueldad del gobernante Bolsonaro, que también se le fue la pandemia de las manos.
¿De dónde salió el virus? En el país del norte, que contagió a millones de personas y mató casi quinientas mil más, fue el mismo que crearon los "científicos" norteamericanos. Eso no es una novedad, pues los diferentes gobiernos norteamericanos han utilizado la guerra bacteriológica contra pueblos y naciones con miras a eliminar líderes que les son adversos. Tenemos a mano el caso de la guerra bacteriológica que durante varios años los diferentes gobiernos del imperio yanqui emprendieron contra Cuba con el objetivo de destruir su Revolución. Mencionemos sólo cinco. La Gripe Porcina, la Roya del Café, la Retinosis Pigmentaria, la Meningitis, el Dengue Emorrágico. No nos vamos a referir a los más de 600 intentos de atentados contra el Comandante Fidel Castro, con muchos elementos de virus en esos intentos.
¿Cuánto daño y muertes de niños, ancianos y gente inocente, muerte de ganado porcino, plantaciones de caña y café causaron por años esos virus, produciéndole sufrimientos al pueblo y calamidades a la nación, inmensos daños a la economía?
Toda la población porcina cubana, entre medio millón y un millón de cerdos, tuvo que ser sacrificada por el gobierno revolucionario que dirigía el Comandante Fidel Castro, para cortar de raíz la virosis que contra esos animales, comida fundamental en la dieta del pueblo cubano, se centró el objetivo criminal de los gobiernos y el estado norteamericano.
Hay infinidad de evidencias que señalan a los gobernantes norteamericanos como los siniestros impulsores de bombardeos de diversos virus, no sólo a Cuba, sino a otros países, y con esos antecedentes es muy difícil que no se los señale como los padres de esa terrible criatura que es el virus convid-19. Lo que ocurre es que al parecer se les fue de las manos el control del virus y éste se extendió por todo el territorio norteamericano, sin poder contenerlo o querer detenerlo. Hay quienes sostienen la teoría que sectores de la oligarquía yanqui, amantes de la criminal tesis malthusianista de reducción de la población en Norteamérica y en el resto del mundo, apoyaron la creación del virus y su proliferación por el globo con miras, precisamente, a reducir la población. Algo si es cierto, la incapacidad de Trump para enfrentar y contener la pandemia, es más que evidente, al punto que su hermano menor, Robert Trump, de 72 años, murió el 15 de agosto, presuntamente de coronavirus.
Es muy temprano para hacer un balance sobre los alcances de la pandemia en los Estados Unidos del Norte, con tres millones de contagiados y trescientos mil fallecidos, hasta ahora. El capitalismo norteamericano está seriamente herido, sin dudas que sufrió una merma en sus beneficios y el modelo sanitario-hospitalario evidenció una crisis total. El país capitalista más poderosos del mundo demostró una debilidad tercermundista en su sistema de salud, además de la crueldad que significa que si no tienes dinero, no puedes tratarte el contagio en ninguna clínica u hospital. Todo sugiere que la pandemia, y el pésimo manejo de la misma por el babieca de Trump, será la responsable de la derrota electoral del fatal presidente norteamericano en las venideras elecciones de noviembre. Así lo entiende el pueblo norteamericano y sus sectores más lúcidos.
EL EXTRAÑO CONTAGIO DE CORONAVIRUS DE LOS LÍDERES DE LA REVOLUCIÓN
Pero más allá de eso, quiero referirme al inesperado crecimiento de los casos de coronavirus a nivel del gobierno revolucionario venezolano y el contagio de cuadros del nivel de un Darío Vivas, recientemente fallecido, y otros líderes como Diosdado Cabello, Tareck el Aisami, Jorge Rodríguez, Freddy Bernal, el gobernador García Carneiro, el Alcalde de La Guaira, los gobernadores de Miranda, Zulia, Yaracuy, etc., etc.
¿Es casual el contagio de estos líderes, se expusieron en exceso, no guardaron la cuarentena, o podemos pensar que detrás del hecho mismo del contagio, haya otros factores desconocidos en la guerra bacteriológica proveniente de los Estados Unidos del Norte, interesado en minar ese liderazgo?
En ese sentido es oportuno citar al compatriota Darwin Solórzano, quien señala acertadamente en un trabajo publicado en Aporrea:
"Vean los comentarios del inquilino de la Casa Blanca al señalar, hace pocas semanas (11 de Julio del 2020), que algo iba a ocurrir en Venezuela y ellos estarían muy involucrados en tales actos. Lo que me lleva a inferir una hipótesis y quizás para alertar sobre la "posibilidad" de que los Gringos…, descubrieron la manera idónea de llegarle con el CoVid_19 a nuestros cuadros revolucionarios aprovechando la Pandemia, situación que los haría estar fuera de toda culpa".
Más adelanta agrega una decisiva hipótesis, que es la que nosotros sostenemos:
"El propio Imperio del Norte y el inquilino de hoy de la Casa Blanca, con su grupo de inteligencia, perros de la guerra y mercenarios, lograron conseguir el método directo para llegarle con el CoVid_19 a sus enemigos y, entre ellos, a los cuadros de la Revolución Bolivariana y más allá, sin tirar un solo tiro. Recuerden el "envenenamiento" por el uso de artículos de "aseo personal y vestimenta" de casos de la historia reciente (caso Yasser Arafat) y otro más cerca, aquel caso de la chica al "rociar en la cara un veneno letal", en pleno aeropuerto a una persona, lo que le produjo el fallecimiento casi inmediato"
"y las informaciones de cada uno están ampliamente difundidas. Del Comandante Supremo hay una, de tantas, hipótesis referida al tipo de "enfermedad" tan agresiva que le produjo la muerte en tan poco tiempo." (Darwin Solórzano, " El CoVid-19 llega a Revolucionarios. Cuidado, de que vuelan, vuelan". Aporrea, 14/08/2020)
Si hay una nación siniestra, con gobernantes crueles y asesinos, como lo demuestran los hechos políticos e históricos de por lo menos los últimos 75 años, son los Estados Unidos del Norte, no se detienen ante nada para alcanzar sus objetivos malignos, claro no pocas veces son enfrentados, neutralizados y vencidos, como ocurrió con Cuba y su lucha contra la sostenida guerra bacteriológica por años, que al final vencieron pero pagando un altísimo precio en vidas humanas, animales comestibles, cosechas, o lo ocurrido con el presidente Hugo Chávez a quien le inocularon (¿en Colombia, bajo el gobierno de Uribe?) un virus letal que al final lo mató, ni siquiera la extraordinaria medicina cubana lo pudo salvar. Y no sólo Chávez, está la sorpresiva muerte del presidente argentino Kichner, el presidente de Paraguay, Lugo…
Entonces, cuando se presentan tantos casos de líderes revolucionarios venezolanos contagiados, el gobierno de Nicolás debe estar alerta porque, quiérase o no, eso no es casual. Esa proliferación de casos amerita una investigación más profunda de los organismos de inteligencia y científicos, no aceptar los hechos como simples contagios por el crecimiento exponencial debido al ingreso clandestino de cincuenta mil connacionales infectados que ingresaron desde Colombia por las llamadas trochas y regados por todos el país, como ocurrió.
Mi madre decía: "en esa sopa hay un hueso". Y en esta crisis del coronavirus hay muchos huesos apareciendo que no tienen una explicación aparente. No olvidemos que el principal enemigo de nuestro pueblo, de nuestro Presidente, de nuestra Revolución Bolivariana, es el imperio yanqui. Ya el mafioso presidente de ese país nos hizo hace meses la señal de la cruz, nos condenó a muerte cuando dijo que contemplaba incluso la opción militar.
Hay que entender que el imperio yanqui nos tiene declarada la guerra, esa guerra hoy es bacteriológica, de eso no hay dudas, pero uno intuye que no sólo es la expansión del virus por lo que ya sabemos y decimos, sino que todo indica que hay un objetivo directo, el liderazgo de la Revolución, y éste hay que protegerlo. Hago este llamado de alerta y pido no se desestime esta visión política del asunto, que pienso que pocos la hemos planteado.