La miopía mental y la mezquindad son dos defectos terribles; la primera limita seriamente la visión del mundo de quien la padece y la segunda degrada el espíritu de forma degenerativa, hasta convertir a la persona en miserable guiñapo.
Los farsantes de la oposición y su combo de terroristas mediáticos tienen años dándose a la tarea de descalificar la maravillosa propuesta de integración latinoamericana, alegando una supuesta utilización dadivosa y perjudicial de nuestra renta petrolera. Los babiecas que acusan a Chávez de “Don Regalón” se basan en medias verdades, cifras incompletas y una sarta de mentiras para sustentar su tesis que además de antinacional es profundamente antilatinoamericana. Buena parte de ésos que hoy de rasgan las vestiduras por los convenios suscritos con naciones hermanas, nunca dijeron nada mientras aquí se le servía en bandeja de plata nuestra riqueza petrolera a las translaciones del norte industrializado. Fueron ellos quienes adelantaron la privatización del negocio petrolero, mediante esa vergüenza que se llamó “La gran apertura” de los años 90. Hoy día sabemos que esa fulana apertura y el proceso ilógico de internacionalización de Pdvsa significaron pérdidas nacionales por más de 30 mil millones de dólares. Bajo esa extraña política aquí se llegó al colmo de pagar bonos de hasta 1 millón de dólares diarios, como incentivo a empresas como la Exxon Mobile para que extrajera y comercializara crudo de la faja petrolífera del Orinoco.
Con esa misma brújula, Venezuela adquirió costosísimas
refinerías en Europa, con una tecnología que sólo permitía refinar
crudo extraliviano. Con ello se cometió uno de los sinsentidos más
grandes: Pdvsa compraba crudo en el mercado internacional para refinarlo
en Alemania. Ellos sí entregaron el país y sí derrocharon el dinero
por décadas, pero no decían nada, porque eran ellos mismos quienes
recibían pingue beneficio de sus amos del Norte. Ahora más recientemente
con su suicida paro-sabotaje petrolero descalabraron el empleo y provocaron
pérdidas de más de 17 millardos de dólares. ¿Con que moral abren
su bocota ahora? Denostar del hermoso proceso de integración que honrosamente
impulsa Venezuela, recuerda tanto la traición de Paez y Santander,
que lamentablemente –parafraseando al padre Libertador- parece que
516 años de coloniaje y genocidio no bastan, para echar sin miedo las
bases fundamentales de la integración latinoamericana. Qué duda cabe,
tenemos una oposición miserable
dcordovaster@gmail.com