A nosotros siempre se nos inculcó que el terrorismo solo venía de la guerrilla, de luchadores sociales, o de todos quienes tengan que ver con la izquierda política, sobre todo el comunismo, así nos educaron los sistemas capitalistas apoyados por las grandes burguesías siempre aglutinadas en partidos policlasistas y la iglesia católica. Angustia, dolor, barbarie publicaban los medios de comunicación cuando se referían a un ataque guerrillero, o a una organización comunista, el adjetivo lo colocaban los Estados Unidos según sus intereses políticos, bandoleros, rebeldes, apátridas, guerrilleros, narcoguerrilleros, narcoterroristas, terroristas, con este último calificativo se quedaron las FARC, ELN, el IRA, ETA, LA GUARDIA REVOLUCIONARIA de Irán, y demás grupos del medio oriente especialmente palestinos y libaneses o cualquier otra agrupación que empuñe las armas para defender su libertad y soberanía, para mediante acuerdos políticos posteriores, alcanzar la oportunidad electoral, negada y asesinada, por la seguridad democrática, de los imperios. Los Estados Unidos y la Unión Europea se unieron para sancionar el terrorismo de los grupos en armas, olvidándose del terrorismo imperial, que lleva siglos afectando a la humanidad, de cuyo accionar la OTAN, OEA, ONU, son cómplices y encubridores.
La ocupación militar por ejércitos imperiales que someten a los pueblos al asesinato, al terror de ancianos, mujeres y niños son en sí actos de terrorismo. El sometimiento es lo que hizo al imperio romano, al imperio alemán, al imperio japonés y desde la segunda guerra mundial al imperio norteamericano. Inundar la ciudad de cadáveres, sangre, en matanzas sin nombre, para sus propósitos expansionistas explotadores.
Es necesario escribir una nueva historia, actualizándola, el mayor exportador de formas de terrorismo es el imperio norteamericano en toda la tierra.
La tierra, bajo las botas del imperialismo, es un planeta inestable, inseguro y violento. Las tensiones entre la gran potencia que como monstruo mortalmente herido se revuelca y las diferentes potencias regionales que necesitan jugar su papel y sobre todo las tensiones de los pueblos sometidos a su yugo, están despertando y luchan contra todos lo vientos huracanados por liberarse de sus tentáculos.
De ahí, que veamos como este monstruo pone sus ojos en la hermana república de Colombia aprovechándola para sus propios intereses y buscando desencadenar una serie de conflictos entre nuestras naciones, especialmente Venezuela, allí tratan de jugar su papel de potencia regional, pero las consecuencias son que cada vez se enloda más y más.( En un trabajo especial realizado en tierra Colombiana daré a conocer la estrategia del verdugo y la verdadera respuesta del pueblo, al monstruo, al Gallito Uribe y su gallinero.)
Su terrorismo es sistemático y su intención nos es otra que la de coaccionar a todas las naciones del Sur (La tierra prometida), así es como utiliza las organizaciones políticas, como las Uribistas en Colombia y las llamadas oposiciones en el resto de nuestros países.
En el Sur iniciamos una transición socialista, la cual se ataca, se afecta su credibilidad, se dice que es una propuesta indefinida y lo que se busca con su implantación es una dictadura. En consecuencia la necesidad de convertirnos en un elemento fundamental en la estructura para el cambio ideológico y poder tener la conquista y el ejercicio del poder político. El sentido sociológico de este pensamiento tiene que apelar inmediatamente al plan que alcance la realización del bien común. En esta dirección conservaremos toda la validez por encima de aquella doctrina deshumanizada.
Nuestra ideología, llama al combate del pensamiento, a la unidad, a la solidaridad, tenemos que salir de la postración e integrarnos como lo visionó nuestro padre y libertador Simón Bolívar. Hay dificultades, diferencias, abismos…, pero subyace una y es la voluntad de ser nosotros, ser libres y mantener nuestra propia justicia. Por ningún motivo se puede pensar que el objetivo es enredarnos ideológicamente junto a nuestros hermanos que mantienen su propio credo social y político. Al contrario, tratamos de estimular su horizonte, de que nos equilibremos en el marco de esta tarea común y grandiosa de todo el país nacional. Una es la lucha del pueblo; una, es este planteamiento, pero lo que si se tiene que resaltar como posición firme es que ambas están obligadas para la comprensión.
Nuestros movimientos sociales y revolucionarios mantienen como alternativa de poder el gobierno popular de transición al socialismo que no puede ser sino el resultado del actual desarrollo de la revolución socialista. Ahora bien, ¿en qué nos basamos? En el proceso histórico, concentrado que brotó de nuestra guerra emancipadora en la mente del libertador, recogemos toda la continuidad futura de nuestra contienda. Desde al atraso avanzamos hacia el progreso, favoreciendo por siempre a las capas olvidadas, a los marginales y a los desheredados de todos los tiempos. Estudiemos a Bolívar y al socialismo, procuremos leer todo lo del proceso y gritar a los cuatro vientos todas las sorpresas que ello depara.
La verdadera revolución ideológica de hoy tiene que consistir en renovar primero que todo el pensamiento mismo, esto no quiere decir que neguemos la doctrina y que hagamos pasar a Marx por un “viejo” constructor de sistemas que marchan más con la idea que con la realidad. No, esto es marchar con el nuevo tiempo, la descomposición política que hoy todos llevamos como conciencia y a su vez seria estar con Marx, con su intelectualidad interpretativa de ver al mundo para poder tener disposición a cambiarlo y eso es tan sencillo como transformar el pensamiento y no olvidemos que este se renueva a medida que él mismo forma al mundo, esto es nada menos ni nada mas, que la unión de la teoría y la practica.
(Continuará…)
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