Hace 13 años, el 25 de abril de 1999, el Presidente Chávez fue consecuente con una propuesta programática que surgió inmediatamente después de los hechos de febrero de 1989 y que se tradujo en pintas en distintas partes del país: ¡Refundación de la República, Constituyente Ya!
Ese día fue uno de los momentos más decisivos para nuestro pueblo. Todo era inédito: la disposición de cambio del pueblo era inmensa, no se podía torcer el rumbo marcado por un proceso revolucionario abierto en plena ebullición, Chávez es envestido con la banda que formalizaba su mandato como Presidente de la República dos meses antes, activaba el Poder Constituyente previo al juramento sobre la moribunda constitución de 1961 y desataba junto al Pueblo Bolivariano la democracia jamás vista y protagonizada por el poder originario:
¿Está usted de acuerdo con las bases propuestas por el Ejecutivo Nacional para la Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, examinadas y modificadas por el Consejo Nacional Electoral en sesión de fecha Marzo 24, 1999 y publicada en su texto íntegro, en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 36.669 de fecha Marzo, 25 de 1999?
¿Convoca usted una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento de una Democracia Social y Participativa?
El 25 de abril de 1999 fue el primer acto refrendario en el camino de la Refundación de la República. Los resultados de la consulta sobre la base de las dos preguntas anteriores, dados a conocer por el Consejo Nacional Electoral, fueron mayoritarios para el Sí con más del 80% de la votación.
Así, comenzó el proceso de elaboración de la nueva Constitución, que fue luego aprobada en un segundo Referéndum el 15 de diciembre de 1999. Siete meses después, el 30 de julio de 2000, ya con una nueva Constitución, se realizaron las elecciones generales para relegitimar los cargos a la Presidencia de la República, Asamblea Nacional, Gobernaciones y Alcaldías.
En menos de año y medio de gobierno, Chávez y el Pueblo Bolivariano producían una revolución política en el Régimen con nuevos cambios en los poderes que contribuyeron a blindar un proceso que adquiría y presagiaba, en medio de la dinámica, un modelo de carácter Constituyente y Refrendario.
La LOT su mayor déficit
En plena campaña electoral, previo a las elecciones de 1998 y de manera natural se inicia el debate constituyente que dio origen a varios Frentes Constituyentes: entre ellos, el FC de Trabajadores que tenía como propuesta principal la construcción de una Asamblea Constituyente de los Trabajadores. Una Asamblea que reflejara el poder originario de la clase y que tenía como finalidad refundar, sobre las nuevas bases participativas, protagónicas y el nuevo marco constitucional: un nuevo modelo sindical y organización de la clase que no podía escapar al debate de la Reforma Revolucionaria del Trabajo, tal como estaba previsto en las disposiciones transitorias que se establecieron en la CRBV.
Hoy a 12 años de retardo de esa reforma prevista en la CRBV y a 4 días del Primero de Mayo, los reflejos constituyentes y refrendarios del mismo gobierno que produjo una Revolución en el Régimen: no se activan. Reflejos que hoy se justifica aún más, por la importancia de esta ley, pero también para ser consecuente con un debate legislativo (constituyente) que el Pueblo Trabajador no ha dado porque el borrador o proyecto de ley es desconocido por todos. Y lo más importantísimo: llevarla a Referendo para habilitar el poder originario de la clase. Acaso se nos olvidó que el sentido de un proceso constituyente y refrendario es traspasar poder de decisión al pueblo explotado sobre la base del más amplio y transparente debate sobre lo que se necesita transformar. Eso fue lo que hicimos en 1999 y que ahora el gobierno con esta nueva Ley Orgánica del Trabajo tiene que potencializar: activar el sujeto constituyente revolucionario es un problema de vida o muerte cuando se habla de anticapitalismo y socialismo.
Este planteamiento lo venimos haciendo desde Marea Socialista a partir del mismo momento en que el Presidente fue habilitado para sancionar la nueva LOT. Por supuesto que estábamos a favor de que la Reforma de la LOT se le quitara a una Asamblea Nacional dividida y, al mismo tiempo, apostábamos a los reflejos constituyentes de Chávez para que él habilitara al Pueblo Trabajador a través de un Referendo Aprobatorio. Creemos que hay tiempo para ello y estamos convencidos que constituye una manera de cualificar, desde el campo de la revolución, la coyuntura electoral en lo que debe ser nuestro eje de campaña con miras al 7 de Octubre: prefigurar cada vez más el futuro antes del próximo gobierno. Una Ley Revolucionaria del Trabajo es una herramienta fundamental para recorrer la Transición y su debate constituyente y aprobación refrendaria se convierte en un mecanismo eficaz de defensa del proceso, porque fortalece los niveles de conciencia del pueblo y moraliza la disposición de cambio para nuevas victorias.
Ante las improvisaciones y el retardo que ha significado el desconocimiento por parte de la base trabajadora del país de un proyecto de ley que no se ha debatido de manera correcta: se impone rectificar y enrumbarnos por la ruta que marcó el propio presidente Chávez en medio del proceso de debate y aprobación que condujo a la actual CRBV.