Entre muchas
intervenciones de referencia histórica, cabe destacar a los cronistas
tuyeros, especialmente de Cúa; Profesores Adolfo Angulo Pérez y Manuel
Vicente Monasterios (investigadores de Apacuana), a pesar del esfuerzo
por rescatar y aclarar al máximo la historia de la indígena Apacuana
y su posible derivado en cuanto al nombre de Cúa, es necesario comentar
que todavía se perciben algunas dudas en la historia de Apacuana y
el posible origen del nombre de Cúa mitificado durante muchos años
por un “inexistente” y creado “indio Cué” que, cual herencia
española tergiversada, permanece presente como historia en el colectivo
de algunos cueños.
A principios
del siglo XVI cuando los conquistadores llegaban ante los indígenas,
estaban en la obligación de leerles un Requerimiento: anunciaban que
venían en nombre de un Rey todopoderoso para posesionarse de esos
territorios
y sus riquezas, y para inculcar a sus habitantes la religión católica.
Los indígenas disponían de un tiempo prudencial para expresar su
aceptación.
A veces alguien lograba traducirles esa lectura y, si los indígenas
aceptaban el vasallaje, los españoles tomaban posesión en un acto
solemne, ceremonia que se efectuaba en presencia de un escribano y un
veedor –incluidos en toda expedición- desplegando el estandarte de
la Corona y clavando una cruz de palo en el suelo (1).
El relato
histórico
anterior lo destaco, porque la investigación del cronista Manuel Vicente
Monasterios, deriva del libro “La Historia de la Conquista y Población
de la Provincia de Venezuela” del cronista José Oviedo y Baños y
de algunos cálculos matemáticos de leguas descritas por los españoles
y llevadas por Monasterios a posibles kilometrajes que acercan a Cúa
según puntos de referencia expuestos en su investigación. Sin embargo,
el poeta e historiador José Sáez (J. J. Berenguer), hace valer otra
investigación derivada de los posibles pergaminos de escribanos
españoles
sobre las “indias occidentales” que hablaban de los Quiriquires
y, según él, se encuentran en archivos históricos de Barcelona, España,
al tiempo que Sáez, parte del lenguaje Quiriquire que destaca
al cangrejo en los nombres aborígenes.
Tomando
referencias
de los cronistas, historiadores, pintores, mitos, leyendas y de la
propia
presencia científica animal; este narrador (Larry Márquez),
decidió escribir el ensayo “Cúa, tierra de cangrejos”, observando
que en el presente, pueden conseguirse todavía estos pequeños animales
que bajan desde la montaña de La Magdalena y llegan a los pozos ya
contaminados en Quebrada de Cúa y otros espacios y adyacencias de Cúa (2).
Aquel ensayo fue desestimado por el comentario de un seudónimo llamado
“Mongo” quien, en reiteradas oportunidades, solicita concluir y
resultar al sacar consecuencia de una cosa, es decir “inferir”.
Quien escribe, al escuchar el insistente “inferir” de Monasterios
en su intervención de orador sobre Apacuana, siente la sospecha del
hombre que ha dicho que José Sáez y Larry Márquez son unos poetas
utópicos y soñadores que desvirtúan la historia de Cúa en esos simples
relatos. Pienso que, al colocarse un seudónimo y evitar colocar su
nombre, me hace pensar de alguna duda o vacío en su investigación.
El 14 de junio
de 1579 se realiza la 1ra. Expedición contra los Cumanagotos comandada
por Garci González de Silva. Enviado por el Gobernador Pimentel,
González
de Silva intentó establecer una población en el Morro de Barcelona;
desistió de la idea por oposición indígena fundando entonces a Espíritu
Santo de Querequerepe, en las márgenes de Unare. El poblado fue
abandonado
al año siguiente. El 1ro de diciembre de 1584 se funda San Juan de
la Paz por Sebastián Díaz de Alfaro. El Gobernador Rojas quiso encargar
a González de Silva para que continuara con la colonización, pero
éste no aceptó por los contratiempos que había tenido. Se le encomendó
entonces a Díaz de Alfaro, quien fundó San Juan de la Paz a Orillas
del Tuy y a 4 leguas de la desembocadura del Guiare. Inicialmente
floreció
por el descubrimiento de las minas de oro de Apa y Carapa, pero después
fue abandonada a causa de lo insalubre y desapareció totalmente (3).
El escrito
de Monasterios basa el nombre de Apacuana según investigación
etimológica
de Arístides Rojas en lengua cumanagota; “árbol de vera”
(Bulnesia arbórea), Ku significa agua y Ana significa gente, es decir,
“gente del agua”, destacando la posibilidad de la palabra Cúa
proveniente
de Apacuana. El poeta José Sáez relata que según el lenguaje Quiriquire
en los pergaminos españoles, Apacuana significa “hermosa hembra
cangrejo”
y Cúa como tal, cangrejo. Aunque con la coincidencia de ambos respecto
a una indígena Caribe de la tribu Quiriquire (hombres de agua). Los
Quiriquires estuvieron asentados en los Valles del río Tuy denominado
por los aborígenes como Tucuy (Monasterios) y que Sáez traduce en
el lenguaje aborigen como “aguas turbulentas de yuca”.
En el
conversatorio,
se expuso un hermoso afiche y pendón con la indígena Apacuana
retratada por el pintor cueño Pedro Pablo Muñoz, aunque en la Casa
de Zamora se exhibe la obra Apacuana del escultor Escalante
“presuntamente”
bajo inspiración de la obra del pintor Muñoz, quien dibujó
los relatos del cronista Angulo Pérez. Monasterios, rechazó
la palabra “cacica” que le antecede a Apacuana en el afiche, (si
bien es cierto, la opinión es compartida por este autor, pues,
cacica es la mujer del cacique, término machista español que además
se orienta como la señora del vasallo, súbdito del rey). La
vice-ministra
de la mujer presente también corrigió la palabra “india” en el
insistente uso que marcó Monasterios, destacándole la utilización
de “indígenas” y “aborigenes” al igual que afrodescendientes
por negros.
En otras
historias
locales han dado la posibilidad que “Cúa” (nombre también de un
río en España) derive de los “cumanagotos”, al igual que la fecha
correcta de su “fundación”, un 18 de octubre, en vez de un 06 de
octubre como se celebra en la actualidad. A pocos meses de llevar al
Panteón Nacional (estimado para la primera semana de septiembre del
2010), a la aborigen Apacuana, como símbolo de resistencia indígena
en su liderazgo de aquellos tiempos, sería muy importante, terminar
de aclarar algunas dudas posibles en esta historia que considero con
vacíos. Debería constituirse una comisión que investigue verdaderamente
la posibilidad de manuscritos españoles y otros textos documentados.
Los testimonios coinciden en algunos aspectos, pero difieren
abiertamente
en otros puntos importantes, así el debate estaría abierto al pueblo
participativo para opinar y reflexionar en una lógica sustentada.
Recordemos
que el propio Comandante Chávez expuso hace unas décadas junto a un
grupo de militares, el árbol de las 3 raíces, el ensayo sobre las
4 Repúblicas y el nacimiento de una V República con nueva Carta Magna
y visión de otros paradigmas de Patria en una Constituyente inédita
en la historia de Venezuela, concreción aceptada hoy día por
historiadores
que diferían con 7, 8 o más repúblicas según análisis e intereses
propios de una clase pudiente.
- Cuadernos Historia de Venezuela (I), Cadena Capriles, año 2000
- “Cúa, tierra de cangrejos” (archivo 2009) – www.larrymarquezperalta.nireblog.com
- Hechos y Fechas en la Historia de Venezuela, Ultimas Noticias, año 2000