1.-La expresión del soberano en la contienda electoral del pasado domingo 26-S, con una participación sin precedentes para una elección parlamentaria cercana al 70%, deja más que claro; que el Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV, se consolida como la primera fuerza política del país.
Aún sin lograr la meta de obtener la mayoría calificada de 110 curules, cifra jamás alcanzada por ninguna fuerza política en nuestra historia republicana, el PSUV con 98 diputados, supera el triunfo alcanzado en las elecciones del 2000, donde el MVR y los partidos y fuerzas aliadas, obtuvieron también la mayoría, pero sólo con 92 escaños, y por el contrario; la derecha perdió esta vez 9 escaños con relación a aquellos comicios, en donde sumando los votos de AD, PV, Copei, Mas y otros, obtuvo 73 diputados.
Las matemáticas no mienten, y aquí todos sabemos sumar y restar, por eso invito a quien me lee, a revisar los resultados electorales, fríamente, sin pasión, para que vean donde está la mayoría, y hacer la respectiva comparación con la tendencia registrada en los últimos comicios para la elección de gobernadores y Alcaldes, de tal forma que la soberbia y la exagerada actitud de triunfo de los voceros de la llamada MUD, al intentar sumarse para sí, los votos de las opciones que no se plegaron a su fórmula lanzando candidaturas propias, incluyendo al PPT y sus dos diputados, no deja de ser una forma de no reconocer, como siempre lo han hecho, que el pueblo venezolano mayoritariamente continua apoyando la gestión del Presidente Chávez y el proyecto socialista Bolivariano.
2.-La nueva derrota en el Zulia, propinada esta vez, por los candidatos de la mesa de la ultra derecha, merece un análisis más detenido, pero también acciones profundas a lo interno, que abran espacios y permitan desde y con las bases del partido, reconstituir con el espíritu de las tres R, las alternativas y el plan de trabajo que deberá adelantar la militancia toda con vista al frente, lo cual pasa por una reestructuración de toda la línea directiva de la organización, así como de sus cuadros territoriales en todo el estado. Estas tareas deben llevarse a cabo, dejando a un lado y para siempre, inútiles protagonismos y las odiosas parcelitas de poder, convocando sin exclusión, a todas las fuerzas progresistas y revolucionarias que hacen vida en la región. Tales acciones deben tener efecto inmediato en la revisión, rectificación y reimpulso de la gestión de gobierno llevada a cabo en las 17 Alcaldías bolivarianas, así como también en la orientación que guie los necesarios, urgentes y verdaderos cambios en la conducción y dirección de todas las instituciones que representan al poder ejecutivo nacional en la región, para que como hemos afirmado en otras oportunidades, su accionar se exprese en lo cotidiano, traducido en bienestar para toda la colectividad, garantizando que se brinden desde esas instancias, como les corresponde a gobiernos locales e instituciones, las respuestas satisfactorias y oportunas que el pueblo zuliano requiere.
Continuará...
