La oposición perdió las elecciones de la Asamblea Nacional. Sus electores no salieron a festejar porque saben que el presidente Chávez ganó la mayoría de los estados, la mayoría de los circuitos y obviamente la mayoría de los curules del parlamento con 98. La oposición votó contra Chávez, pues en 11 años los medios privados locales, nacionales e internacionales le han dicho que el presidente es un dictador que debe ser sacado de la presidencia. Sin embargo, todos los argumentos de dictadura de la oposición se fueron nuevamente a la basura. Con una histórica participación del electorado, Chávez ha sido el gran triunfador porque la democracia participativa en Venezuela se convierte en la guía de muchos pueblos, incluso el de Estados Unidos, donde el primer requisito para ser senador es ser millonario.
Los resultados en Zulia, Táchira y Anzoátegui se evaluaron en muchas ocasiones en reuniones del PSUV. Los dos primeros pertenecían a los estados en riesgo, de allí la difícil tarea de buscar los 110 diputados que serían la mayoría calificada. La responsabilidad es de todos y quienes trabajaron duro en el PSUV sabemos lo difícil que es organizar la militancia de manera científica, eficiente y consciente. El PSUV está dejando atrás el viejo esquema partidista de grandes concentraciones y discursos, añadiendo organización, formación y trabajo permanente más allá de las coyunturas electorales. Quien no lo crea, es porque sencillamente ha estado en un “coma político” en los últimos 3 años.
Pero algunas mentiras ayudan a vivir, de allí la fascinación de la oposición por la televisión, la publicidad y la vida virtual. En ese circo de la realidad, la oposición miente. Ejemplo de ello es el estado Bolívar, donde Andrés Velásquez se midió con Tito Oviedo y Gil Barrios, ambos, rostros nuevos de la política regional que salieron victoriosos en las primarias del Psuv, derrotando al candidato más pequeño de la oposición, quien se mete escondido en la lista sin curarse de la yaga de 17 derrotas seguidas, quizás la maldición de vender la presidencia. Otra mentira es que unidos Rojas Suárez y Andrés Velázquez en las pasadas elecciones a gobernador, hubiesen derrotado al Psuv. Pues bien, se unieron y ambos perdieron. Rojas Suárez incluso pierde con Richard Rosas, un joven nacido de las filas de los estudiantes. Ni hablar de Pastora Medina, quien llegó a la Asamblea con los votos del MVR, y salió de la misma por brincar talanqueras. Quienes votaron por la oposición y contra Chávez, argumentaron buscar pluralidad y equilibrio en el parlamento. Otra mentira, pues sus candidatos son los mismos golpistas del año 2002, y en sus primeras declaraciones amenazaron ir por el presidente. Esas amenazas, en el país donde supuestamente se vulnera la libertad de expresión, anuncia los nuevos escenarios. En enero empieza el joropo, pero ahora el Psuv cuenta con un voto duro más consciente y una organización sin precedentes en la historia partidista venezolana. Me queda el gusto de retomar la columna después de un receso por el trabajo en el Comando de Campaña Bolívar 200, del cual me siento orgulloso porque me permite disfrutar el invicto en las campañas en que he participado desde el Comando Maisanta. Ignoro si estaré en el Comando del 2012, pero se me antoja que desde cualquier trinchera disfrutaré en desmentir las pendejadas de la “miyoría” opositora.
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