“Donde no falta voluntad siempre hay un camino”
John Reuel…
Las revoluciones requieren de batallas, las elecciones en la revolución bolivariana no se ganan solamente con campañas electorales, se ganan con gestiones coherentes entre la praxis y la teoría. En Anzoátegui esta contienda, se basó sobre la premisa del mal menor, no sobre la consigna de los mejores revolucionarios. Como lo dijo un poeta: “aquellos polvos trajeron estos lodos”, que hoy empantanan el desarrollo de la revolución, pero aunque parezca paradójico, la reivindica como un proceso cualitativo más que cuantitativo, y en ese orden de ideas, las derrotas coyunturales representan victorias estructurales.
La primera cualidad de un Revolucionario, antes que la crítica, debe ser la autocrítica responsable y militante, el saber meditar, detectar y erradicar las causas de estos resultados adversos en la agenda de la Revolución en Anzoátegui.
Anzoátegui bajo el Mando del Gobernador Tarek, ha avanzado como nunca para hacer verdad la soberanía del pueblo Anzoatiguense, una lectura simplista de la coyuntura histórica nos lleva inevitablemente a conclusiones erradas, y también simplistas, lo cual es doblemente grave en una hora como la que atravesamos.
Se que habrá una revisión, no sobre lo que los demás hicieron, sino primero y centralmente, sobre lo que cada uno de nosotros haremos de ahora en adelante para consolidar este proceso del Gobierno Revolucionario de Anzoátegui, en una transformación real y contundente.
La revisión implicará inexorablemente desprendernos de las viejas prácticas politiqueras, heredadas de las estructuras políticas opositoras que hoy toman oxígeno, más por nuestros pequeños errores, que por sus virtudes. Corrigiendo estos pequeños errores es posible emprender el reimpulso necesario para recuperar los espacios perdidos.
Sabemos que revolución no es autocomplacencia, revolución es compromiso y protagonismo popular. Revolución no es competencia sino complementariedad. Revolución no es avaricia personal sino ambición colectiva.
Hoy todo lo que puede parecer derrota para mucha “sarna”, se convertirá en otra victoria que nos muestren las reales dimensiones de la correlación de fuerzas, para que ningún incauto se termine creyendo lo que en verdad no es, ni nunca lo fue, so pena de que en verdad nunca lo sea. Y ese es el reto ahora de Tarek William Saab.
Muchas veces el unir dos o tres palabras puede tener un efecto más luminoso que el de muchas obras completas. Cuando Descartes aludió en su “Discurso del Método” a una moral provisional estaba creando un concepto inédito de moral, sustituyendo los mandamientos divinos, sociales y tradicionales por reglas o valores que una persona es capaz de elegir y seguir. Se abría paso una religión de corte racionalista que empezaba por imponer la explotación de la naturaleza para acabar en la del hombre a través de la producción organizada como fin en sí mismo.
Este credo, que no exige la obediencia a ningún dogma ni doctrina férrea, sí somete cotidianamente al individuo mediante un nuevo pecado original: el trabajo. No es de extrañar pues, el bohemio, el que no quiere trabajar, adore a Satanás.
El Gobierno de Anzoátegui cumple su deber progresista al promover los valores culturales: sin sacrificar el egoísmo de los opositores en el altar de la cultura.
Las denuncias de muchos camaradas en la prensa, por lo del revés del 26-S, se explican por su carencia de cultura política: Esta situación tiene visos de arreglarse por completo con la invitación general, cursada por el gobernador Tarek, en la rueda de prensa donde explicó las aparentes causas de este revés a los intelectuales, periodistas, militantes. De convertirse en el adalid de revertir esta situación. Invitando a muchos que se pongan al lado del Gobierno Regional, a que se hagan solidarios. Sólo una cultura política coherente empapando de buenas intenciones revolucionarias el campo mediático, hará comprender a los opositores y a la prensa oposicionista la inutilidad y anacronismo de sus funciones.
Percasita11@yahoo.es
