No podemos encaminar ningún ejercicio agroecológico productivo que no dependa de su agrobiodiversidad funcional. Se compone esta, por la parte aérea (arquitecturas de las plantas) y terrestre (diversidad de bichitos o microrganismos vivos del suelo). De allí que la agrobiodiversidad es uno de los principios básicos a tomar en cuenta, en cualquier proceso, nivel, conversión y dimensión de producción agrícola.
La agroecología en experimentos controlados ha demostrado regir-se por ese principio rector el cual y en conjunto con la aplicación de otros principios nos ofrecen un sin número de ventajas técnicas, las cuales van ordenando los agroecosistemas productivos haciendo-los mas sustentables, devolviéndole al suelo su buena salud y recuperando las fuentes de agua.
Las virtudes anteriores, como otras tantas que técnicamente podemos señalar, son las que hacen vida en las propiedades de los agro-ecosistemas.
Olvidadas por el empirismo-accionar agro-ecológico, las propiedades nos determinan e indican atributos, comportamientos y cualidades de los ecosistemas y agro-ecosistemas agro-ecológicos. Es indispensable conocerlas para valorar procesos de conversión o “transición” y los que se han consolidado. Varias de las propiedades agroecológicas de interés se encuentran definidas y las podemos apreciar en Núñez 2010 (1). En dicho aporte bibliográfico una de las propiedades emergentes es la mitigación de los gases de efecto invernadero(GEI). Se trata drásticamente en reducir los gases de dióxido de carbono, oxido nitroso y gas metano que se están produciendo en la agricultura dependiente de los usos de los agro-tóxicos.
Desde el 2009 y en su amplia investigación descrita, el Greenpeace(2) sentencia “ la contribución total de la agricultura tóxica al cambio climático, incluyendo la deforestación y otros cambios de uso del suelo, se estima en 8,5 a 16,5 mil millones de toneladas de CO2 equivalente (entre 17 y 32 % de todas las emisiones de GEI producidas por el ser humano).
Contrario a la agricultura depredadora las prácticas agroecológicas encontradas en varias experiencias productivas controladas y sistematizadas reducen sustancialmente la producción de los GEI entre un 25 a 65%.
En este nuevo 22/05/2011 Día Internacional de la Diversidad Biológica que celebramos, nos parece lo más oportuno iniciar diferentes tipos de acciones en la definición y apertura de un amplio y pedagógico debate, sobre la pertinencia de lo que debiese ser una autentica propuesta funcional y operativa, adecuada a encontrar la direccionalidad política estratégica, para de verdad mitigar las distintas agresiones que viene siendo objeto la diversidad biológica de nuestros territorios.
Los lineamientos básicos para dicha participación, los sometemos a su consideración y pertinencia:
1) ensayar y fomentar nuevas formas sociales y productivas de integración de los conocimientos agrícolas ancestrales y los científicos.
2) avanzar más, y profundizar rigurosamente, en una nueva pedagogía agroecológica en todos los niveles, desde la enseñanza primaria hasta la secundaria (como en Venezuela se ensaya con el Programa Todas las Manos a la Siembra).
3) a niveles de educación universitaria, aceleradamente construir una política educativa agroecológica de Estado, la cual radicalmente trasforme los caducos enfoques y métodos de la enseñanza de la ciencias del agro y del mar, responsables directos de la tragedia agro-ambiental que seguimos administrando y perfile nuevos horizontes de gestión pedagógica liberadora.
4) a partir de un inventario y de las iniciativas de recuperación y preservación del potencial que nuestra diversidad biológica exige; tenemos que re-definir líneas de investigación en agroecología y otras áreas afines, asegurándonos de tocar revolucionaria-mente los sentidos de los actuales modelos de ciencia, tecnología e innovación productiva.
5) articular una nueva gestión por y para el avance de la agroecología en la preservación de la diversidad biológica.
6) re-dimensionar todas las fuentes de financiamientos, en términos de: programas de desarrollo de producción de insumos, proyectos investigación, becas, créditos y subvenciones de todo tipos y re-orientarlas con Sur firme hacia la protección ambiental y la producción sustentable-mente agroecológica.
7) avanzando a la creación de una ley del ejercicio de la agroecología se debe re-evaluar el cuerpo jurídico actual referido, incorporándoles la noción de los derechos colectivos y difusos de las comunidades indígenas y campesinas.
8) fomentar líneas de acción y trabajo verdaderamente transformador en las áreas especificas a los procesos productivos agroecológicos.
Los lineamientos presentados y otros que sin miedo y ni protagonismos pudiésemos agregar, motivan en el (caso venezolano) a convocar una gran comisión inter-ministerial (Educación, Agricultura, Alimentos, Ambiente, Planificación y Presidencia de la República) la cual meritoriamente sea apoyada, mediante el diálogo y la necesaria oxigenación, por la diversidad de los significantes aportes que nos viene proporcionando el heterogéneo y diverso movimiento social agroecológico. Así comenzaríamos a generar una direccionalidad social mente construida que atienda nuestras actuales carencias agro-ambientales.
Recordemos que la realidad internacional, que se refleja en Venezuela, nos enseña que podemos tener planes, programas, proyectos y propuestas, con o sin financiamiento, pero si no hacemos el esfuerzo por proporcionar, sostener y alimentar su orientación política agroecológica, exigida por las interpelaciones de la naturaleza y de los pueblos, muy poco o casi nada haremos, por encontrarle el mejor y adecuado provecho al potencial que nos brinda la diversidad biológica del territorio nacional, latinoamericano y tropical. ¿Seguiremos coleccionando los corolarios de anécdotas que se quedan en el vacío?
Referencias Consultadas
(2) http://www.greenpeace.org/espana/news/greenpeace
email:ipiat2000@yahoo.es