Al Comandante Hugo Chávez siempre le veía en Mariara o cuando se dirigía a su cuartel de trabajo, algunas veces en conversaciones con el pueblo. Era un hombre lleno de amor, que marco mi corazón desde aquel momento por su ejemplo de trabajo, viéndole trotar, acompañado de su familia y extendiendo su mano a las personas que convivían en la carretera nacional. En una oportunidad en Parque Aragua se sentó con un grupo de militares en una mesa de un cafetín y entre la tertulia, se levantó y recogió entre sus compañeros una porción de dinero, luego cancelo dos pizzas y refrescos y llamó a esa humilde pareja, preparó una mesa cercana y los sentó para que consumieran ese plato muy apetecido por los venezolanos, proveniente de Europa. Esta imagen del presidente siempre quedo grabado en mi memoria, un hombre de gran amor por los ancianos y el pueblo en general.
Siempre voy a Maracay, antes trabajaba en el eje Guacara- San Joaquín y mi relación con el diario el aragüeño, me llevaba a esta ciudad jardín a llevar mis artículos de opinión, allí en el batallón de paracaidistas veía mi familia a un hombre coordinar sus fuerzas sin diferencias, observaba sus movimientos, quien pensaría que éste hombre y joven militar seria nuestro presidente, marcando un paso en su transformación social como política, en el Estado Bolivariano, quería un ejército victorioso, más tarde le vemos formando un pueblo, todo lleva su tiempo. Ahora nos conocemos.
Siempre le veré vivo en mi alma por una sola razón, su voluntad hacia el bien. Siempre existirá una conjetura en mi, un hombre fuerte muerto de una grave enfermedad como es el cáncer, estamos en una guerra bacteriológica y el Sur es atacada por países desarrollados, muchos venezolanos están afectados de esta enfermedad y vías respiratorias
Mi comandante, la lucha continua bajo tu sello, es la construcción de una patria como lo dijo Ali Primera.