Chávez y Sabino marcan el camino

En estos momentos mi patria, nuestra patria se encuentra convulsionada, la muerte del presidente más amado y más odiado que ha tenido este país remueve las fibras de todos los que habitamos Venezuela y de muchos que están fuera de nuestras fronteras.
Ante esta gran conmoción pudiera pasar inadvertido que escasas horas antes de la muerte de Hugo Rafael Chávez Frías fue asesinado otro líder irrepetible de este país, Sabino Romero Izarra murió por las manos viles de sicarios en una comunidad indígena del estado Zulia.

Para quienes conocimos, de cerca o de lejos, la historia y las obras de estos dos hombres las comparaciones nos golpean. No es casual que muchos de sus seguidores y aliados los compararan al primero con Bolívar y al segundo con Guaicaipuro, figuras históricas, legendarias y mitificadas de las luchas por la liberación de esta nación y de la América Latina como totalidad.
Tanto Chávez como Sabino fueron amados y odiados al extremo por su propia gente; fueron admirados y seguidos por aquellos que compartían su visión del mundo y las rutas necesarias para alcanzarlo; fueron acosados, calumniados y difamados por conciudadanos y medios de comunicación que estando en manos apátridas no comprendían las decisiones que se tomaban.

Ambos comprendieron las urgencias de la inmediatez y la necesidad de los cambios estructurales, pero definitivamente los cambios no le gustan a los que están cómodos con el status quo; por ello las acciones de lucha tanto de Chávez como de Sabino, sus liderazgos, hicieron evidentes las divisiones solapadas de los pueblos y las gentes que ellos querían unir para seguir un camino victorioso, Sabino y Chávez representaron en su momento y desde su contexto a aquel niño valiente y sincero del cuento infantil que gritó “el rey está desnudo”, gritaron lo que muchos sabían pero no decían, unos por conveniencia y otros por cobardía, en definitiva fueron juzgados y culpados de algo que ya existía pero que era encubierto por aquellos que se benefician de las divisiones.

Las capacidades de liderazgo de Chávez y Sabino, su claridad histórica, su compromiso con la vida y con la igualdad es tanta que nos cuesta expresarla, ambos vivieron y lucharon en una época marcada por la globalización y el capitalismo salvaje, quizás aquí radica la única diferencia que en estos momentos encuentro para explicar la trascendencia de uno y de otro, en este sistema mundo en el cual se ha impuesto un pensamiento único, es muy diferente ser el presidente de un país petrolero y ser el jefe de una comunidad indígena golpeada social, política y económicamente por una relaciones interétnicas asimétricas, colonizadoras y devastadoras.
Sabino supo reconocer en Chávez la grandeza del hombre, del líder, del libertador, hasta el extremo que aun cuando las decisiones gubernamentales no lo atendían ni lo entendían, aun cuando las gestiones erradas de los entes de gobierno lo llevaron a la cárcel por 18 meses, nunca dudo de él. Sabino sabía e insistió reiteradamente que si Chávez lo veía y hablaba con él también lo reconocería. Sin embargo, las mentes colonizadas y las prácticas de conquistadores de muchos funcionarios de gobierno impidieron que estos dos hombres de espíritus libres y compromisos colectivos se encontraran en vida, como no se encontraron Bolívar y Guaicaipuro, por razones diferentes, pero aquellos que creemos en la trascendencia más allá de la vida material estamos seguros que Sabino y Chávez recorrerán juntos el camino a la eternidad. Camino en el que los intermediarios y las diferencias socioeconómicas no existen.

Esperamos que los que hoy juran fidelidad a Chávez puedan vencer las barreras y las vendas que sin darnos cuenta nos ponen el capitalismo y su concepción de desarrollo, sean capaces de ver no solo la justeza de las luchas de la sociedad criolla de origen occidental, sino que vean también que la revolución está en reconocer el derecho sobre los territorios que tienen los venezolanos ancestrales.

A los que desde ahora asumirán el poder político en Venezuela, en el nombre de Chávez, les corresponde reconocer que erraron al impedir el encuentro de estos dos libertadores y que pueden hacer justicia a ambos cumpliendo lo que Chávez dijo en diversas ocasiones “estoy del lado de los indígenas”.

Compañeros tengamos presente que cuando los dignos mueren los demonios se desatan y los débiles se quiebran, hay que unirse, cuidarse y luchar por el camino que Chávez y Sabino nos han señalado.

zaidyfer21@yahoo.es


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